Friday, 26 de April de 2024


Se desinfla el movimiento Chalchihuapan: la guerra de divas




Escrito por  Arturo Rueda
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La ausencia de panistas como Ana Teresa Aranda y compañía el jueves pasado, por ejemplo, no sólo fue física. La ex candidata a la gubernatura desde su cuenta @anaterearanda no tuvo tiempo para tuitear contra el autoritarismo ni informó nada sobre la marcha. Tampoco Misraim desde su @politiconsultor. Ni siquiera @VioletaLagunesV lanzó algún tipo de mensaje

El movimiento político Chalchihuapan está partido en dos. De un lado, Roxana Luna, el edil auxiliar José Luis Montes y Elia Tamayo, la madre del niño José Luis Tehuatlie. Del otro, Ana Teresa Aranda, Violeta Lagunes, el líder del sindicato de telefonistas Marco Mazatle y activistas como Misraim Hernández. Las diferencias ya lucen irreconciliables entre ambos grupos. Lo que unía el rechazo al autoritarismo del gobierno poblano, lo dividió el éxito del propio movimiento tras la primera marcha #PueblaDeLuto. Algo se rompió desde entonces y no se sabe cómo pueda repararse. La manzana de la discordia fue la disputa por la paternidad del éxito de la movilización de 10 mil poblanos el domingo 10 de agosto. Aunque los actores de la ruptura pretendan negarlo, los hechos son prueba contundente.

 

 

¿Cuándo se rompió lo que era una causa común? Veamos la cronología. Después de la primera marcha #PueblaDeLuto que congregó a 10 mil inconformes, la siguiente movilización se realizó el sábado 30 de agosto. El objetivo era realizar una Cadena Humana desde el zócalo hasta Casa Puebla y clausurar simbólicamente la residencia oficial. Pero no hubo músculo: apenas asistieron 500 personas que no daban ni tres calles para la mentada cadena. Entonces decidieron mejor marchar. Caminaron por el bulevar 5 de Mayo y el pequeño contingente llegó rápido a Casa Puebla.

 

 

¿Por qué tan poca gente si tres semanas antes se había reunido a 10 mil personas? Los personajes visibles de ese día fueron Ana Teresa Aranda, Violeta Lagunes, Marco Mazatle y Misraim Hernández. Bueno, hasta alguien tan desprestigiado como “El Bony”, Javier Torres Sánchez, tuvo lugar estelar. Pero ojo, esa tarde del sábado por ningún lado aparecieron Roxana Luna, José Luis Montes y Elia Tamayo. Simplemente se esfumaron. Y con ellos, el músculo de la movilización. Esa fue la primera señal.

 

 

Pero la segunda y contundente fue lo ocurrido el jueves pasado en la nueva marcha de #PueblaDeLuto: con Roxana Luna, José Luis Montes y Elia Tamayo, ahora los que brillaron por su ausencia fueron, sí, Ana Teresa Aranda, Violeta Lagunes, Marco Mazatle y Misraim Hernández. Bueno, incluso hasta “El Bony”. ¿Qué pasó? ¿Por qué donde están los unos, los otros no aparecen?

 

 

El conteo, sin embargo, demuestra que el poder movilizador lo tiene Roxana Luna y compañía. Queda claro que su presencia, por lo menos, garantiza 3 mil personas como ocurrió el jueves pasado, mientras que entre panistas, telefonistas y activistas apenas son capaces de llevar 500 personas.

 

 

La ausencia de panistas como Ana Teresa Aranda y compañía el jueves pasado, por ejemplo, no sólo fue física. La ex candidata a la gubernatura desde su cuenta @anaterearanda no tuvo tiempo para tuitear contra el autoritarismo ni informó nada sobre la marcha. Tampoco Misraim desde su @politiconsultor. Ni siquiera @VioletaLagunesV lanzó algún tipo de mensaje. Solamente después de terminada hubo algún retuit aislado a otro comentario lanzado por otro personaje. Pero nada de apoyo o respaldo.

 

 

¿Entonces qué pasó? ¿Se hacen el vacío entre los antimorenovallistas? ¿Se pelearon o simplemente se vendieron? ¿Quién traicionó primero? ¿Fue una guerra de vanidades entre divas de la política?

 

 

Las fuentes más confiables afirman que hay por lo menos dos variables. Una, que después de #PueblaDeLuto se desató una guerra de divas entre Roxana Luna y Ana Teresa Aranda. La panista quiso colgarse una medalla que no tenía, pues es sabido que La Doña no convoca ni a sus nietos. Con su potente voz mediática, quiso desplazar del protagonismo a la diputada federal, quien dio la orden a sus huestes de hacerle el vacío para que quedara claro quién es dueña de las movilizaciones.

 

 

Pero también hay otra variable: los que siguen haciendo escándalo mediático, como Marco Mazatle, pero que en los hechos, desde que Francisco Hernández Juárez se reunió con el gobernador poblano, trabajadores del sindicato de telefonistas ya no son convocados a las movilizaciones. Y otros activistas genuinos en la causa, como Misraim, quedaron atrapados en la guerra de egos de las divas. Desde su cuenta @politiconsultor sigue haciendo fuerte críticas contra el régimen, algo que @anaterearanda ya olvidó.

 

 

Por supuesto, es una lástima que el movimiento Chalchihuapan se haya desinflado de esa forma. Aunque la ruptura también evidenció verdadera cuál es la facción peligrosa para el régimen. Y esa es la de Roxana, Montes y Elia Tamayo. Los demás, parece, no son tip@s de cuidado.

 

 

 

 

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