Saturday, 04 de May de 2024


En Chalchihuapan ya no quieren justicia: el pleito de las comadres




Escrito por  Arturo Rueda
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Una semana después de la victoria en la CNDH, Elia Tamayo decidió quitarle a Roxana Luna, a su hermano Vladimir y al movimiento Los de Abajo toda la representación jurídica luego de que miembros del MAS convencieron a la mamá de José Luis Tehuatlie de que ellos podían conseguirle más beneficios y de forma más rápida. Acusaban a Roxana de buscar una negociación con políticos que impediría la justicia. Elia escuchó el canto de las sirenas, y desconoció a su benefactora

Si Chalchihuapan fue prólogo de la masacre de derechos humanos que se avecinaba en el país, también puede ser indicativo del epílogo del dolor de los padres de los 43 normalistas asesinados e incinerados en Iguala. El rompimiento de las nuevas lideresas del movimiento con Roxana Luna, expuesta en exclusiva por CAMBIO a lo largo de la semana anterior, es algo más que un pleito de comadres. Se trata del final de la fase de reclamos legítimos al régimen morenovallista para entrar en una etapa carroñera cuyo objetivo es vender a actores políticos interesados en lo que fue un movimiento capaz de sacudir a la entidad entre los meses de julio y septiembre. Más simple: lo que Araceli Bautista, Elia Tamayo y compañía quieren es venderse a alguien que las compre. A Luna Porquillo ya le exprimieron todo lo que le podían sacar. Es hora de entrar a la subasta del rencor. Malagradecidas.

 

 

En su versión de la ruptura, Araceli Bautista acepta que sí dirigieron la carta a la senadora Padierna en la que rompen con Roxana Luna, con el objetivo de “desvincular el movimiento del PRD” para poder “acercarse a otros actores y partidos”. ¿Y cuáles son esos actores y personajes? Responde la madre de Javier Montes, el edil auxiliar de Chalchihuapan: además de Dolores Padierna, el senador Ernesto Cordero y claro, Ana Isabel Allende Cano, la dirigente estatal del PRI. “Abrimos el paréntesis para poder tocar muchas puertas y ver a todos los partidos políticos, porque Puebla necesita de todos, nada más”.

 

 

Pero más adelante, Araceli Bautista cae en contradicciones insalvables. Primero, la vocera única del movimiento afirmó que el objetivo era acercarse a otros partidos, pero luego dice que lo que quieren es “tocar más puertas que no tienen que ver en nada con los partidos políticos, y refirió que han acudido a organizaciones sociales como Cencos y Cera Paz.

 

 

¿Entonces? ¿Quieren que Chalchihuapan se acerque a los partidos políticos o quieren tocar más puertas que nada tienen que ver con los partidos? ¿A poco Dolores Padierna no es militante del PRD? ¿Cómo dirigirle una carta a una senadora perredista para desvincularse del PRD? ¿Alguien le entiende?

 

 

Lo que Araceli Bautista se niega a reconocer es que su movimiento se subasta en el mercado electoral, para quien desee comprarlo y usarlo en contra de Moreno Valle. Y para ello han tocado todas las puertas posibles, a ver quiénes son los más interesados. Que si es Dolores Padierna, que si Ernesto Cordero, que si es Ana Isabel Allende o Cencos, da lo mismo. Cualquiera que les llegue al precio podrá montarse en los reclamos legítimos que movilizaron a miles de poblanos en #PueblaDeLuto y que hoy se ha convertido en un movimiento carroñero.

 

 

Araceli Bautista, además, no dejó que Elia Tamayo explicara sus propias razones para alejarse de Roxana Luna, la mujer que le tendió la mano en las horas más difíciles de su vida luego de que un cilindro de gas disparado de forma negligente mató a su hijo durante el violento desalojo de la autopista a Atlixco. Fue la diputada federal perredista la que estuvo con ella evitando que firmara documentos que exculpaban al gobierno. La acompañó en el funeral del “niño héroe” de Chalchihuapan y se hizo cargo de la defensa jurídica de la muerte de José Luis Tehuatlie.

 

 

Gracias a Roxana Luna, diputados federales de varios partidos se volcaron en el caso, dieron conferencias de prensa y respaldaron el llamado a la Comisión Interamericana. También gracias a la diputada se involucró el senador Luis Sánchez, quien repetidamente insistió en solicitar el juicio político a Moreno Valle, y personalmente cabildeó la intervención de la CNDH para romper el pernicioso vínculo Plascencia Villanueva-Piña Kurczyn.

 

 

Sobre todo, Roxana Luna se dedicó a la recopilación de las evidencias que incriminaron a los policías estatales y encabezó las reuniones de seguimiento con Luis Raúl Plascencia Villanueva. La victoria en la CNDH, sin duda, fue de la diputada federal perredista. Paradojas de la política: ese triunfo es hoy una derrota ya que Roxana no puede entrar a Chalchihuapan. Un cuasi decreto de muerte pesa sobre ella dictado por Elia Tamayo y Araceli Bautista.

 

 

¿Cómo ocurrió esta traición?

 

 

Por pura condición humana: una mezcla de ambición y mezquindad. Una semana después de la victoria en la CNDH, Elia Tamayo decidió quitarle a Roxana Luna, a su hermano Vladimir y al movimiento Los de Abajo toda la representación jurídica luego de que miembros del MAS convencieron a la mamá de José Luis Tehuatlie de que ellos podían conseguirle más beneficios y de forma más rápida. Acusaban a Roxana de buscar una negociación con políticos que impediría la justicia. Elia escuchó el cantode las sirenas, y desconoció a su benefactora.

 

 

Como podrá entenderse, todo en Chalchihuapan es hoy un asqueroso manoseo, en el que sus actores buscan beneficios personales. Hacer rentable la muerte de un niño y vender políticamente al movimiento más importante que ha habido en Puebla tras el de Lydia Cacho. Entre una Araceli Bautista que manipula a la hija del edil auxiliar de Canoa, a la esposa del presidente de La Resurrección y sobre todo, a Elia Tamayo, es previsible que el movimiento se ridiculice en la búsqueda de la legitimidad que tuvo entre julio y septiembre, pero de la que ahora carece totalmente.

 

 

Así son las revoluciones: terminan devorando a sus hijos. Los padres de los normalistas de Ayotzinapa tendrían que verse en el espejo de Chalchihupan para evitar que los deseos de lucro terminen restándole legitimidad a su movimiento. Elia Tamayo, Araceli Bautista y Roxana Luna tendrían mucho que contarles

 

 

 

 

 

 

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