Friday, 26 de April de 2024


Nay Salvatori: el pastelazo de la falsa doctora del IMSS que embaucó a una mujer golpeada




Escrito por  Arturo Rueda
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Nay Salvatori, quien tiene un gran talento, se equivocó en esta ocasión y lo más sano para su carrera sería reconocerlo. Se equivocó al llevar un tema tan espinoso como la violencia de género a sus “pastelazos”. Se equivocó al suplantar la personalidad de una médica del IMSS —que incluso puede ser delito—. Se equivocó al no avisarle a la señora que estaba al aire. Se equivocó al impulsarla a denunciar al marido sin la asesoría psicológica y jurídica a la mano, ni conocimiento previo en este tipo de temas. Luego, se equivocó al debatir con alguien que sí sabe del tema como Brahim

Soy uno de los miles de radioescuchas de Nay Salvatori, quien lleva tiempo sacudiendo el anquilosado espacio radiofónico de Puebla con una mezcla de desparpajo, irreverencia y valemadrismo. Sus competidores —que no pueden contender en rating— la acusan de vulgar. Sus razones tendrán. Pero así como al mejor cazador se le va la libre, la locutora cometió un grave error el lunes pasado. En su segmento Pastelazo, donde acostumbra exhibir o bulear a infieles, deudores, malos amigos y ex novios sin avisarles que están al aire. Pero en algo que quiso ser un giro de “seriedad” o de responsabilidad social al “pastelazo”, exhibió a una mujer que fue golpeada por su esposo. Se hizo pasar por médica del IMSS, y sin avisarle que estaba al aire, le dio cuerda para denunciar al marido “porque un día podía matarla” y porque “sus hijos también serán golpeadores”.

 

 

Entre lágrimas, la pobre mujer —insisto, sin saber que estaba al aire— justificó al marido con el clásico “se le pasó la mano”, lo que llevó a la conductora de EXA a reclamarle que “tuviera ovarios” para denunciar. Luego, la dejó colgada sin revelarle que había sido parte de una “broma pesada” radiofónica, bien satisfecho el rating de una mayoría de jóvenes que a diario la escucha. Grotesco, pues.

 

 

El conocido activista Brahim Zamora publicó un comentario al respecto en su blog de TodoPuebla.com, donde expresó su preocupación de por qué un tema tan grave como la violencia de género podía ser tratado con tanta ligereza e irresponsabilidad. Nay Salvatori, de alguna forma, leyó el texto, entró en estado fúrico, y tras un candente debate en Twitter, invitó al activista a su programa para debatir su texto. Con cierto morbo, y dado el rating de su programa, ayer varios escuchamos lo que se proponía un debate sobre un tema gravísimo, cuya expresión más violenta es la serie de feminicidios ocurridos entre 2013 y 2014, que ya suman más de 100 casos sin respuesta alguna del gobierno estatal.

 

 

El comportamiento de Salvatori fue desafortunado. Se la pasó gritando y nunca dejó que Brahim expusiera con claridad su punto de vista. Pero hubo algo peor: Salvatori puso nuevamente “al aire” a la señora golpeada, que en un audio distorsionado supuestamente agradeció la intervención de la locutora de EXA, e incluso ésta se ufanó de que gracias a los abogados de Grupo Tribuna la señora golpeada ya había presentado la denuncia contra su esposo. La salida más fácil: nadie salió herido de la “broma pesada”, ya que hasta la señora —cuyo nombre permanece anónimo— le agradecía a Nay. Más gritos y despedida a Brahim quien dejó una perla antes de irse: las posibles consecuencias gravísimas en caso de que el esposo golpeador hubiera escuchado al aire los comentarios de la mujer agredida.

 

 

Tuiteros y radioescuchas reaccionaron inmediatamente lamentando la actitud de Nay Salvatori y su irresponsabilidad al tratar un tema tan grave, así como el trato a un activista reconocido como Brahim. El reportero Edmundo Velázquez, en Twitter, le pidió a la conductora los datos de la señora golpeada así como de la averiguación previa, pero en vez de dárselos, le dio unfollow y le reclamó en privado que se sumara al golpeteo. Total, no hay certeza del nombre de la señora, ni de la presentación de la averiguación previa, ni de la actuación de los abogados de Tribuna. Es lo que pasa cuando lo “gracioso” quiere suplantar lo periodístico: la irreverencia da paso a la irresponsabilidad.

 

 

Nay Salvatori, quien tiene un gran talento, se equivocó en esta ocasión y lo más sano para su carrera sería reconocerlo. Se equivocó al llevar un tema tan espinoso como la violencia de género a sus “pastelazos”. Se equivocó al suplantar la personalidad de una médica del IMSS —que incluso puede ser delito—. Se equivocó al no avisarle a la señora que estaba al aire. Se equivocó al impulsarla a denunciar al marido sin la asesoría psicológica y jurídica a la mano, ni conocimiento previo en este tipo de temas. Se equivocó al dejarla colgada. Luego, se equivocó al debatir con alguien que sí sabe del tema como Brahim, y que además goza de mucho respeto entre los activistas de Puebla. Se equivocó al gritarle en su programa, a impedirle dar su visión. Y más se equivocó al negarle todos los datos al reportero Edmundo Velázquez que se los pidió en buen plan para rearmar el asunto como algo periodístico.

 

 

Las ansias de novillero hacen que estas cosas pasen. No sé cuántos radioescuchas va a perder Nay Salvatori con este lance fallido. No serán los de este periódico, porque este tipo de lectores no van a su segmento. Tampoco los tuiteros que la tundieron ayer, porque la mayoría ya despreciaba el estilo de su programa y sus bromas. Como dijo ella misma, a quien no le guste su programa le puede cambiar a Radio BUAP. En Twitter veo que decepcionó a algunos, pero con tantos que tiene, a lo mejor no le preocupa perder unos cuantos.

 

 

Para su carrera, lo mejor sería reconocer el error y aceptar la asesoría de alguien como Brahim Zamora y sus colectivos en defensa de los derechos de género y sexualidad. Eso, si quiere que su carrera tome algo de seriedad, aunque no lo necesita. Con sus “pastelazos” le seguirá yendo bien. Hasta que algún día, alguno de sus exhibidos, reaccione de forma inesperada, o quienes pidieron la balconeada. Entonces, la fiesta se va a acabar. En el nuevo mundo de las redes sociales, las equivocaciones se vuelven más caras para todos aquellos que pertenecemos a la esfera pública, y nunca se sabe en qué va a acabar el drama de una mujer golpeada y humillada, hasta por conductoras de radio. Algo hay de ética en el asunto, pero también de cómolos medios alimentan los estereotipos. Estoy seguro que Nay habrá de reaccionar, a menos que el personaje haya devorado a la comunicadora.

 

 

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