Sunday, 28 de April de 2024

Martes, 07 Julio 2015 02:44

Y NOS DEJAMOS…




Written by  Irma Sánchez

¡Que mal andamos!


Y lo peor del caso es…

 

¡Que nos dejamos!

 

Todo lo toleramos, resignados a soltar el coraje y voltear la víscera con quienes redondean nuestro primer círculo.

 

Históricamente así nos formaron.

 

Pero las condiciones hoy nos colocan en la disyuntiva de cambiar a partir de la primera persona, sin confiar en que otros van a venir a resolver nuestros problemas y retos que son muchos en lo individual y lo colectivo.

 

Cheque usted: como peatón o como automovilista cúanto hemos padecido esta temporada de lluvias con baches, convertidos por las aguas en verdaderas lagunas y que se transforman en tremenda trampa para los vehículos que resultan averiados.

 

El impacto también es para los peatones que tienen que ponerle muchas ganas para cruzar una calle, poniendo en riesgo su calzado.

 

Ya es común observar a jóvenes empleados oficinistas cruzar las calles inundadas descalzos —25 Oriente y Boulevard 5 de Mayo, por ejemplo—, con sus zapatos en las manos para no afectar su único par y poder regresar impecables al otro día al trabajo.

 

A nivel de servicios médicos, hay que llegar haciendo acopio de buen ánimo para enfrentarse a la casta privilegiada de los empleados que desde que colocan sus colecciones de figuritas y florecitas, para abrir su ventanilla y “atender al público” ya están predispuestos a defender primero su saludo matinal entre ellos y luego la hora del almuerzo, como ocurre en la clínica 14 del IMSS.

 

Clínica que al igual que en todas, los derechohabientes deben de ser sosegados, no deben de reclamar, y regresar cuantas veces sea necesario porque pasan las semanas y los meses y no hay medicamentos, ante lo cual los empleados recomiendan “¡si lo necesitas cómpralo!”

 

En otros hospitales, como el General del Sur, si es derechohabiente del Seguro Popular, contrariamente a lo que se publicita en radio a toda hora, para recibir atención primero se debe de ir a comprar un CD para que le hagan los estudios que tiene que interpretar el médico tratante y los conserve en su expediente.

 

Y desde luego, medicamentos sólo si se retuerce del dolor. Si requiere de otros recibirá la receta para ir a buscarlos a dispensarios o a donde pueda.

 

¡Ya no más callados ante casos como el del pequeño al que le extirparon el ojo bueno y lo dejaron ciego!

 

Lamentablemente, de este tipo de negligencias los tribunales de la Comisión de Arbitraje Médico cuenta con cerros de documentos, con casos denunciados que quedan en el anonimato.

 

No se trata de medrar con esto, pero sí de exigir responsabilidad a los médicos que han desgraciado muchas vidas por su irresponsabilidad.

 

Tengo el caso de una criatura que en Ortopedia le voltearon el pie tras lo cual suman tres cirugías y todavía no lo pueden regresar a su alineación correcta.

 

Casos que se reciben, pero que lamentablemente se archivan para que sea el tiempo quien lo cicatrice, porque no hay médicos que se arriesguen a dar un veredicto negativo en contra de un colega.

 

Y cuando se acude a poner la queja a la institución que falló, se orienta al afectado para que redacte su denuncia y la deposite en el buzón de quejas.

 

Con estas actitudes y el solapamiento a los empleados irresponsables, ¿cuándo vamos a salir adelante?

 

Desde luego que hay muchas cosas buenas, sobre las que siempre se alardea, pero sólo se les pide que se responsabilicen a los que fallan, para que no se sigan cometiendo casos de negligencia e intolerancia desde instituciones que están para servir, no para forjar mas políticos que solamente llegan a hacer currículo, nombre y a posicionarse para las que siguen.

 

Es hora de hablar ¡no se quede callado! 

 

 

 

 

 

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