Sunday, 28 de April de 2024

Martes, 18 Agosto 2015 01:38

Estábamos menos peor




Written by  Irma Sánchez

De que la vida política ha cambiado en México, no hay la menor duda.


Lamentablemente, el cambio no se ha producido para mejorar como muchos idealistas lo visualizaban en su lucha.

 

¿Qué pasó?

 

Condición humana.

 

Los viejos luchadores por la democratización de este país los fines de semana los dedicaban para hacer proselitismo que a algunos gobernantes llegó a molestar, al grado de encarcelarlos cuando su capacidad de convocatoria demostraba que la gente se interesaba en un cambio.

 

Hoy las cosas son diferentes.

 

En los partidos políticos ya no hay ideales, hay recompensas y proyectos de vida de unos cuantos que cada vez se alejan más de la sociedad.

 

 

 

 

 

Hoy los partidos políticos son franquicias a explotar.

 

¿Y la sociedad?

 

Bien gracias, jodida para que sólo aporte votos comprados al país.

 

¿Qué tendrá que suceder?

 

Y bajo la cortina, Aguirre

 

¡Los últimos chilaquiles y nos vamos!

 

Será la frase obligada con sabor a nostalgia que dirán los viejos poblanos al asistir a disfrutar de los exquisitos chilaquiles verdes con pollo deshebrado, rodajas de cebolla y frijolitos refritos con totopos y guacamole, como sólo se han servido y disfrutado en el legendario Café Aguirre en la primera calle de la 5 de Mayo, en el corazón del Centro Histórico.

 

Y es que después de atender a más de tres generaciones de poblanos a lo largo de 60 años, Café Aguirre decidió bajar la cortina este domingo para dar paso a nuevos proyectos de acuerdo a la dinámica de la vida comercial del Centro.

 

Son otros tiempos.

 

Otros, los asistentes al Centro.

 

Muchos poblanos se han descentralizado.

 

Pese a que cuenta con sucursales en el Hospital Betania y en la 31 Oriente, los poblanos de tradición, entre ambulantes, con plantones, en medio de obras interminables regresaban siempre al Centro a Café Aguirre para saborear sus chilaquiles, sus tamales y su café.

 

A lo largo de estos 60 años, el Café Aguirre de Vicente Aguirre fue sometido a varios cambios.

 

Comenzó con un mostrador lateral con venta y servicios para la fotografía, mientras entre sus mesas acudían a su cotidiana cita a partir de las 9 de la mañana.

 

Sus asiduos asistentes primero disfrutaban su café y sus platillos, entre los rechinidos de los motores de los autobuses urbanos que circulaban por la 5 de Mayo.

 

Después, durante el gobierno del doctor Alfredo Toxqui dejaron de escuchar esos ruidos, cuando tras varios ensayos se determinó peatonizar la primera calle de la 5 de mayo.

 

El calor entre poblanos surgió en torno a una buena taza de café servida por meseras que casi se volvían parte de la familia, dando trato incluso maternal a los asiduos asistentes.

 

Cómo olvidar a Delfi pidiendo el café para “m’ijo el magistrado”.

 

Irene, muy erguidita, interrogando “¿su tortilla de huevo con raja, señor Montero?”.

 

Agus, pidiendo los cafés para la peña del futbol con Pedro Ángel Palou, Enrique Montero Ponce, Carlos Roldán y un grupo de sabios futboleros.

 

Cristi, Amelia, y todas las chicas de la falda negra y la impecable blusa blanca que crecieron y maduraron a la par de los clientes.

 

Café Aguirre, escenario de encuentros y desencuentros, lo mismo pasionales que obligados entre políticos, comerciantes –que no fallaban–, banqueros, intelectuales y estudiantes.

 

Desde que abrió sus puertas hace 60 años creó expectación; recuerdo a Panchito Gómez, otro emblemático comerciante del Centro.

 

Su entrada ancha a todo el largo de su frente resultó novedoso, al grado de atraer a los asiduos cafeinómanos de La Princesa, Café Paris.

 

 

 

 

 

Rate this item
(1 Vote)
comments powered by Disqus