Sábado, 18 de Mayo del 2024
Miércoles, 06 Junio 2018 02:26

“Los tiempos electorales entre depredación e indiferencia”

“Los tiempos electorales entre depredación e indiferencia” Escrito Por :   Silvino Vergara

“Estamos atrapados por una rutina cotidiana que nos dice que nada puede cambiar, que el cambio nunca va a llegar. Estamos en medio de esta vida plana, masificada, llena de miedo, sin mañana, en la que ya no sabemos ni quién somos.” Pbro. Alejandro Solalinde Guerra


 

En estas semanas que restan para llegar principalmente al día de la elección presidencial (ya que también se eligen otros cargos públicos), es evidente que la población se ha envuelto en un ambiente de depredación e indiferencia (Vergara Nava, Silvino. Entre depredación e indiferencia. Puebla: Paideia.Mx, y Mundo Digital del Libro, 2018); lo cual no abona a quien obtenga la victoria y asuma la nueva administración pública para que sea redituable, ni funcione tal y como los electores exigen que suceda. No obstante, la posición que los habitantes de nuestra nación han tomado en los últimos tiempos depende mucho, ya que es conocido por todos, en estas épocas de consumismo, en donde nos hemos segregado entre los que pueden consumir y los que no pueden consumir. Pareciera que esas son las dos clases sociales que subsisten en la actualidad, por lo menos en este mundo occidental.

 

Y sobre este consumismo, dos comportamientos al exterior, a saber: entre depredación e indiferencia, que muchos de nosotros asumimos ante la realidad que vive el país. En primer lugar, es patente esta indiferencia, pues, como nos nombramos a-partidistas, no nos interesa quién asumirá la presidencia de la República ni, menos aún, los otros cargos públicos, como es el caso de los diputados, senadores o, muchísimo menos, los regidores o presidentes municipales. Asimismo, ocupamos la postura de que cualquiera es igual o, bien, que eso de las elecciones no nos incumbe, que estamos muy alejados de poder formar parte de las decisiones más importantes del país; que, por ello, no hay por qué esforzarnos en, por lo menos, interesarnos en esos rubros de la política, pues enfatizamos que no somos políticos. Por ello, la indiferencia, lejos de que provoque bienes, es causante de muchos males. Y al respecto de esa indiferencia, cita el Pbro. Alejandro Solalinde Guerra lapidariamente que: “Los efectos ocasionados por la posmodernidad calaron hondo hasta trastocar la identidad misma de personas e instituciones, provocando incertidumbre e indiferencia. Sociedades, otrora proveedoras de referentes y valores humanos, éticos, espirituales, hoy están en crisis y ya no forman personas, dejando un gran vacío que ocupa paulatinamente la tecnología de punta; como un móvil” (Vergara Nava, Silvino. Entre depredación e indiferencia (del Prólogo). Puebla: Paideia.mx , y Mundo Digital del Libro,, 2018).

 

En segundo lugar y en el otro extremo, es decir, el que corresponde a la depredación, las cosas no son, desde luego, distintas ni mejores. Consideramos —asumiendo ese rol— que este periodo electoral es la única oportunidad que se tiene, que no hay cabida para otro tipo de oportunidades, que, si no se aprovecha ésta, se pierden las subsecuentes en los próximos seis años; y entonces aquellos que están esperanzados en que sea su candidato el ganador, sin importar el cargo público (puede ser un diputado, senador, regidor, gobernador, etc.), lo cierto es que depredan, es decir, desbaratan al prójimo de cualquier forma, a costa de lo que sea. Prueba de esto es que hoy observamos continuamente que no nos quedamos en simples confrontaciones verbales, sino que se llega a un grado máximo, pues existen homicidios a los candidatos de muchas regiones del país sin importar el partido al que representan, y esto se debe simplemente a esa depredación vivida en estos últimos tiempos, ahora agudizada porque resulta que son las elecciones y es la oportunidad, el último momento de salir adelante, porque después no volverá a presentarse dicha oportunidad.

 

Esa dualidad de depredación e indiferencia está provocando, desde luego, una sociedad fragmentada a la que hay que abonarle una nueva clasificación que no es de clases altas, medias ni bajas, sino de consumidores y no consumidores, lo cual simplemente agudiza las relaciones entre nosotros. Adicionalmente, observamos el posicionamiento de cada persona, bien sea la indiferencia hacia el futuro o la depredación hacia nuestra misma sociedad. Pues bien, ese es el comportamiento que estamos tomando los ciudadanos, lastimosamente, con las elecciones. Algo que, desafortunadamente, dejará heridas abiertas, como es el caso de las muertes de los candidatos e incluso periodistas y sacerdotes. Valdría la pena preguntarnos cada uno de nosotros en qué posición nos encontramos: ¿depredación o indiferencia?

 

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