Sábado, 18 de Mayo del 2024
Martes, 26 Junio 2018 02:46

“El ofrecimiento de desayunos en la cama”

“El ofrecimiento de desayunos en la cama” Escrito Por :   Silvino Vergara

“Aunque no podamos todo lo que quisiéramos, ni en la medida en que nos parece deseable, sí está en nuestras manos trabajar para que en el futuro suceda eso improbable”. Daniel Innerarity


 

Afortunadamente, estamos a una semana de que se acuda a votar en México; por ende están por finalizar las campañas electorales que, si las analizamos concienzudamente, demuestran una crisis de ideas, de pensamientos y, por tanto, de propuestas; lo cual será sumamente peligroso para quienes finalmente tengan la fortuna —o la desgracia— de ganar las elecciones, pues, de todo lo que propusieron, no podrán cumplir ni la mitad. Esto abona, desafortunadamente, a la pérdida de legitimidad de las instituciones del Estado, en particular, a la pérdida de su propia fuerza. Y esto es algo que no debe perderse de vista, pues hoy el poder que efectivamente controla el mundo tiene como objetivo principal que los Estados se hagan más débiles e impotentes; y uno de los medios para esto es que exista una ausencia total de ideas por parte de los partidos políticos, candidatos e integrantes.

 

Ejemplos de lo que está sucediendo, se desbordan. Basta con observar cualquier medio de comunicación para observar que se propone desde la pena de muerte, cortar brazos, pasando por abolir impuestos estatales, impuestos federales, hasta llegar a proponer repartir celulares y médicos a domicilio; todo lo cual muestra la alta preocupación que deberíamos tener los ciudadanos y nuestra responsabilidad para votar —porque también es una obligación constitucional—, de preguntarnos cuáles son verdaderamente los pensamientos, las ideas y las posiciones de los candidatos en lo que resulta verdaderamente trascendental, en lo que no es mediático y en lo que se deberían enfrentar los funcionarios públicos, pero que no es, ni de lejos, mencionado en los programas, campañas, reuniones, mítines, etc. Hay muchos temas pendientes que no se han puesto en la mesa, menos aún debatido, pero ¿qué se puede debatir? Si, cuando se habla de ciencia y tecnología en el último de los “debates”, la propuesta es repartir celulares a toda la población, como si no se supiera que actualmente el problema con estos aparatos es la distracción permanente desde las escuelas, universidades, centros de trabajo, oficinas gubernamentales, talleres, hasta los propios policías que ha provocado la pérdida de miles de horas de estudio, producción, trabajo, etc. Esta es una preocupación que ha llegado ya a un grado extremo, pues —como cita el profesor Fernando Savater— el problema actual de los maestros en las escuelas no es la información que conocen, sino la capacidad para provocar la atención por parte de sus alumnos. (Savater, Fernando. El Valor de Educar. Barcelona: Editorial Ariel, 2009).

 

También se observó la propuesta sobre ese tema de tener a todos los ciudadanos registrados con su huella digital: “Para que pueda la ciudadanía abrir la puerta de cualquier dependencia pública” se dijo penosamente en el debate, cuando hoy uno de los grandes problemas con la tecnología es la vigilancia permanente que existe sobre la ciudadanía por parte de los órganos del Estado a través de estos medios tecnológicos en los tiempos denominados “post-panópticos” (Bauman Zygmunt. En busca de la política. Ciudad de México: Fondo de Cultura Económica, 2002) en que vivimos y donde no sabemos a ciencia cierta quién nos vigila ni para qué.

 

Adicionalmente, están los problemas que ha provocado la tecnología con el robo de identidad o suplantación de la identidad, al grado que se ha reformado el Código Fiscal de la Federación para implementar delitos fiscales sobre estos hechos que a cada ocasión se incrementan más y con lo cual corre peligro cualquier persona. Todo ello sin considerar que uno de los grandes problemas de nuestros tiempos es el avance en la tecnología y la ciencia. Ya lo dijo el máximo filósofo del siglo XX, Martin Heidegger, desde 1935: “la ciencia no piensa” (Feinmann, José Pablo. La sangre derramada. Buenos Aires: Booket, 2012). Así, tantas y tantas consecuencias de la tecnología demuestran que los comentarios que se hicieron en el debate de los candidatos a la presidencia son tan desafortunados y ausentes de ideas que pone en riesgo a los ciudadanos, como lo sostiene el profesor español Daniel Innerarity: “Nos jugamos demasiado como para confiarlo todo a que nuestros gobernantes sean competentes y buenas personas; no podemos jugar a la ruleta rusa de que éstos sean ejemplares y tengan propiedades extraordinarias” (Innerarity, Daniel. Política para perplejos. Barcelona: Galaxia, 2018). Pues bien, esos debates son ejemplo claro de la baja calidad con que la ciudadanía se enfrenta en estas elecciones. Ahora bien, en tanto esta preocupación es patente, solamente está pendiente que algún candidato en estos días proponga a los electores: “desayunos en la cama”.

 

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