Fue entonces cuando se hicieron célebres aquellas llamadas telefónicas entre Germán y Ernesto Echeguren en las que decían toda clase de lindezas. Pero sobre todo, quedó para la posteridad aquella expresión de ‘la pinche señal’. Sierra Sánchez esperaba un mensaje político, un guiño público, un apapacho en el presídium que fuera la señal de un destape de facto en su favor.

 

La política poblana está llena de esas expresiones folclóricas que reflejan la idiosincrasia local: ‘La nalga es la nalga’, ‘Es mi voz pero no es mi voz’ y, por supuesto, ‘La pinche señal’ así como ‘Que no le haga al tipitoche’.

 

Pero en ese momento histórico, Melquiades Morales no quiso tomar la decisión y dejó que fuera el Comité Ejecutivo Nacional del PRI, encabezado por Roberto Madrazo Pintado. Días después, la unción llegó en favor de Mario Marín.

 

‘La pinche señal’ nunca llegó, y Germán Sierra, una de las promesas de la política poblana, no consumó su sueño de ser gobernador.

 

Parodiando aquella etapa de la historia local, seguramente en este momento Miguel Barbosa Huerta está esperando ‘la señal’ de López Obrador que sea un manotazo en el escritorio de los magistrados del Tribunal Electoral.

 

Sólo basta que invite al poblano a una reunión en la casa de transición; que lo lleve en el Jetta blanco a una mesa de trabajo o que declare: ‘No iré a Puebla hasta que se limpie el proceso’.

 

Sólo basta una pequeña señal, una sola frase para que los magistrados tiemblen y sepan a que atenerse.

 

Estamos a unos cuantos días de que se emita la resolución. Ya veremos si llega esa ‘señal’. En este momento nada es seguro; puede ocurrir, como también puede que nada de esto suceda.

 

Cada día falta menos para conocer el veredicto.

 

Dulcería poblana.  

 

El gran circo de la 5 Poniente continuará sus funciones.

 

No tardará en que las imágenes videograbadas al interior del Congreso del Estado circulen en medios nacionales. El espectáculo de legisladores rijosos, violentos, que llegan a los golpes será retomado por espacios informativos de la Ciudad de México.

 

En esta Cúpula desde hace semanas lo apuntamos: la crisis de gobernanza y la falta de un verdadero liderazgo legislativo llevarán a Puebla a una parálisis gubernamental.

 

En los próximos años veremos una deleznable, deplorable, retroceso político en todo el estado.

 

Las escenas que hemos visto en las últimas semanas se repetirán por tres años. Debe subrayarse que aquí no hay victimarios ni víctimas. Es claro que tanto ‘morenovallistas’ como ‘morenistas’ están atizando el fuego de la confrontación.

 

José Juan Espinosa evidentemente cae en excesos tan viscerales y arrebatados como inútiles. Morena tiene la mayoría absoluta y puede ejercer su preeminencia sin gritos, ni sombrerazos. La violencia es el aditivo que agrega de su ánimo personal.

 

Por su parte, Marcelo García Almaguer y Gerardo ‘Jerry’ Islas Maldonado evidentemente tienen la encomienda de hacer parecer al recinto como un circo, una patética parodia con pleitos de cantina. Y lo están logrando con toda facilidad. La prensa morenovallista apoya a crear esta imagen de una ‘cena de negros’ y hacen a Morena responsable.

 

El conflicto poselectoral por el que atraviesa Puebla, el litigo que se va prolongando por más y más semanas, abona a esta crisis legislativa.

 

La realidad es que si el morenovalismo tuviera la sartén por el mango, desde cuando ya habría sacado el resolutivo a su favor. Pero mientras más se acerquen a la toma de protesta de Andrés Manuel López Obrador, más difícil será un resultado favorable al clan que controla Casa Puebla.

 

Ya lo veremos.

 

Como siempre quedo a sus órdenes en Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.