Dos hechos sustanciales son descriptivos de la autonomía con la que Martha Erika quiere inscribirse en la política estatal.

El primero fue, sin duda alguna, la inclusión de Rivera Pérez en la fórmula electoral. Y es que al interior del matrimonio Moreno Valle Alonso había dos posturas encontradas, radicalmente contrarias sobre la manera en que Lalo debería ser tratado.

Y es que mientras Rafael tenía toda la intención de llevar hasta sus últimas consecuencias el proceso administrativo contra el ex edil y con esto obligar a las instancias legislativas a no aflojar la soga, Alonso Hidalgo consideró que Eduardo sería más útil y provechoso como aliado que como víctima. Para la señora fue evidente que todo escenario de persecución sobre Rivera únicamente lo estaba convirtiendo en una especie de mártir y que, en contrario sensu, como aliado podría abonar a su causa y proyecto. 

Con una mentalidad serena y ajena a todo apasionamiento, Alonso privilegió la ley de la utilidad, por encima de la tentación de la vendetta.

Eduardo Rivera Pérez nuevamente es candidato a la presidencia de Puebla, no por la organización nacional Yunque, ni por la mano de Ricardo Anaya; no, para nada. La realidad es que estará en la boleta electoral porque Martha Erika se paró sobre la viga de la ecuanimidad y desde ahí juzgó que así convenía a las condiciones de su proyecto. Por eso la maquinaria dio un giro de 180 grados.

Otro ejemplo del carácter independiente de la abanderada lo vimos ayer, miércoles 7, luego de que se dio a conocer una grabación en la que el secretario general del Partido Acción Nacional, Javier López Cuevas hablaba con desdén sobre el tema de buscar mujeres de “bajo perfil… que no existan…” para simular un ejercicio de equidad de género.

Las descuidadas palabras de López Cuevas reflejan lo que representa una postura misógina y machista dentro del albiazul; algo que para Alonso Hidalgo es simplemente inaceptable, inadmisible.

En Puebla y Tehuacán el audio se viralizó y estuvo a punto de llegar a medios nacionales, lo que hubiera causado un grave daño a la imagen de la candidata y su discurso en pro de la sororidad. La decisión se tomó, no en minutos, sino en segundos. Alonso ordenó que López Cuevas presentara su renuncia al cargo partidista. Sólo así pudo apagarse un incendio que amenazaba con salirse de control.

La realidad es que la señora dio un manotazo en la mesa y ordenó cesar a quien cometió un descuido imperdonable. Este es el primero de muchos manotazos que veremos en el transcurso de la campaña.

Queda claro que Alonso Hidalgo tiene la mesura y el equilibrio de reconocer cuando un adversario debe convertirse en aliado; pero también no le tiembla la mano al momento de sancionar a un operador que se convierte en un problema. La campaña apenas está por iniciar. Así veremos cómo Martha Erika tomará decisiones y posturas que habrán de afianzar su perfil independiente y autónomo.

Al tiempo.

Como siempre quedo a sus órdenes en Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo., sin mx