En esta nueva vuelta terráquea los científicos perdieron a Hawking, los más románticos a Juan Gabriel, los literarios a Tom Wolfe, muchos sufrimos con la partida de Stan Lee y los politólogos cerraron ciclos con George W. Bush. También lamente sinceramente la partida de John McCain.

En Puebla, Rafael Moreno Valle y Martha Erika Alonso dejan un socavón enorme en el sistema político mexicano.

La tragedia sacada de un mal episodio de House of Cards o de un guión perdido de Designated Survivor dejo paralizado a una nación que venía alzando la bandera del "cambio" y a un estado que de por si estaba muy dividido.

Sufrieron los morenovallistas sinceros que veían en esta pareja el desarrollo poblano, pero también sufrieron los oportunistas que vieron perdido su nuevo trabajo y la forma de vida de los últimos años.

Se alegraron algunos mercenarios por ver en la tragedia oportunidad "a río revuelto ganancia de pescadores" paso por su mente.

Las redes sociales se volvieron el campo de batalla para quienes en su burbuja fílmica de Dross se iluminan con teorías de conspiración, ya sea  desde el flanco morenovallista culpando al presidente de la República por el helicopterazo o del de quienes aún creen ver a Juan Gabriel y a Michael Jackson vivos en las calles.

Nada polariza más a la sociedad que la política, excepto la muerte de un político. Teoría comprobada con Colosio y otros más , ahora reafirmada en Puebla.

Viene un 2019 que marca el fin de muchas cosas, el priismo está oculto en alguna cueva y el morenovallismo sin su líder supremo. La perla de la cuarta transformación podría ser Puebla y con esto consumar lo temido por algunos y anhelado por otros, la supremacía obradorista consumada.

Qué diría el autor que prestó su nombre para ese adjetivo: "maquiavélico" que tanto usaron para definir a Moreno Valle al ver este panorama tan entrópico en Puebla.

Cómo serán los libros de historia y los estudios políticos cuando hablen del 2018 mexicano.

¡Feliz Año Nuevo! ¡Feliz nuevo ciclo!

***

Pude leer a incautos comparar la llegada de "la cuarta transformación" con la venida del Superhombre Nietzscheano.

Esa es una de las cosas que no quiero recordar de este año.