Ya sobre la marcha, lo que nos preocupa a usted y a mí es que nuestras nuevas autoridades ¡cumplan! con todo lo que ofrecieron cuando eran candidatos.

Terminaron las campañas de los candidatos y hoy están convertidos en autoridades, y no pueden fallar a sus propias propuestas como históricamente ha ocurrido incluso antes de comenzar con el tiempo de la cuarta transformación de México.

En la ciudad de Puebla, ante todo, aspiramos a vivir con seguridad, la cual debe verse desde los primeros días.

Con calles sin baches y socavones que se han convertido en trampas para los automovilistas que, o caen en uno, o rozan el vehículo de al lado por librar otro en defensa del automotor.

Son innumerables las peticiones que, a lo largo de la campaña, hicieron los representantes de los poblanos, pero en forma insistente y hasta con enojo y decepción en temas de seguridad, calles, alumbrado y agua.

En el caso de nuestra capital, hoy con la alcaldesa Claudia Rivera se espera mucho. Sobre todo  por venir de una corriente diferente que no ha tenido la oportunidad de gobernar y que siempre ha jurado honestidad, limpieza  y legalidad.

La moneda está en el aire. Claudia Rivera ya no es la candidata de Morena, es la alcaldesa de “todos” los poblanos que aspiran a que en su gestión haya un giro para que las condiciones mejoren para todos.

Y desde luego el compromiso debe involucrar a todos los gobernados, a usted y a mí, para alcanzar la ciudad que todos deseamos, sin rezagos, segura y lista para disfrutarla con todos los proyectos que nos garantizó desde su campaña.

Hoy sólo resta decir, ¡a trabajar!, y ¡a comprometerse! Como ciudadanos de primera, con autoridades igual de primera, pese al costo de llegar por primera ocasión a éste ámbito de responsabilidades de las que sólo hay teorías, manuales y apenas se entra al terreno de los hechos.