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Lunes, 27 Agosto 2018 02:07

Desmantelamiento del sistema priista

Desmantelamiento del sistema priista Escrito Por :   Gabriel Sánchez Andraca

La estrepitosa derrota que el PRI sufrió el pasado primero de julio no se parece en nada a las derrotas del 2000 y 2006 (con los panistas Fox y Calderón). Ésta del 2018, además de aplastante, significa el cambio del sistema priista que se quedó con una mínima representación en la Cámara de Senadores, sólo 14 de 120 y en la Cámara de Diputados con 44 o 45 de 500.


 

          El priismo, que gobernó al país durante casi 80 años en forma absoluta, no sólo perdió el control del Poder Legislativo, sino el Poder Ejecutivo, la Presidencia de la República y no ganó una sola de las 12 gubernaturas que estuvieron en juego. La derrota fue total.

 

           Porfirio Muñoz Ledo, quien fuera dirigente nacional del PRI y secretario de estado en varios gobiernos federales, empezando por el de Luis Echeverría, embajador de México ante la ONU. Un priista destacado y distinguido, y Ricardo Monreal, también ex priista, ex gobernador de Zacatecas, diputado federal y senador de la República por el PRI, son los encargados, el primero como coordinador de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados y el segundo como coordinador de Morena en el Senado de la República, de ‘dar mate’ al sistema implantado por el partido tricolor.

 

           Ambas cámaras siempre han estado bajo el control absoluto del priismo, que mediante elevados sueldos, pero sobre todo mediante una serie de prebendas y privilegios, han mantenido sometida a la representación popular, a la voluntad omnímoda del presidente y del partido. Aquellos diputados o senadores que llegan a salirse un poco de la línea son castigados, privándolos de algunas prebendas y privilegios de las que han gozado. Eso significa mucho, en términos económicos, para quienes intentan salirse del carril.

 

            El desprestigio de la política y los políticos en gran parte se debe a eso, precisamente,  a la gran cantidad de beneficios que reciben los legisladores, muchas veces sin méritos y sin los conocimientos necesarios para desempeñar el puesto de representación popular que ocupan. Además, no hacen nada, una vez logrado sentarse en su curul, para ganarse la voluntad de un pueblo que padece las consecuencias nefastas de una política económica impuesta  contra los principios que su partido ha sustentado desde su creación.

 

              La caída del PRI se inició desde la llegada de la tecnocracia priista, capitaneada por Carlos Salinas de Gortari al poder. Fue entonces cuando se empezó a desmantelar el sistema, con un neoliberalismo empobrecedor de las mayorías, concentrador de la riqueza en las minorías, aumentando la corrupción y la impunidad, que junto con la inseguridad constituyen los problemas más graves que debe enfrentar el nuevo gobierno.

 

              Los dos gobiernos panistas no significaron un cambio sustantivo en la conducción del país, por el contrario, con ellos los problemas se agravaron, sobre todo el de la inseguridad y el del desarrollo económico.

 

             Muñoz Ledo dijo hace unos días a través del diario capitalino El Universal “vamos a reconstruir un Congreso republicano, a hacerlo austero, eficiente y con gran participación de la sociedad”.

 

              El sueldo de los diputados y senadores será rebajado un poco, pero los privilegios van a desaparecer. Los legisladores federales, diputados y senadores van a tener que pagar la gasolina de sus lujosas camionetas (todavía les dan vales). Van a tener que pagar sus celulares; no habrá viajes todo pagado al extranjero, salvo en casos realmente necesarios. Los señores legisladores no tendrán seguro de gastos médicos mayores, pero podrán recurrir al IMSS o al Issste cuando lo requieran. Las comisiones ordinarias y extraordinarias que han significado un ingreso extra para los que participan en ellas van a ser reducidas al mínimo necesario.

 

              Otra cosa muy importante: ya no habrá presupuesto para que los diputados paguen a asesores. Habrá asesores de la Cámara, los indispensables, los realmente necesarios a los que en lo individual puedan recurrir los diputados y senadores que los requieran. Se acaban los apoyos, muy substanciales por cierto, para la compra de automóviles nuevos, tampoco tendrán gastos de alimentación (pero podrán llevar sus tortas o sándwich) y se les quitará un privilegio que no tienen los legisladores de ninguna parte del mundo, el manejo del ramo 33, una cantidad millonaria que se asigna anualmente a cada municipio de los distritos electorales federales y que manejan los diputados y los presidentes municipales  ¿Sabe lo que eso significa?

 

             Los diputados y senadores serán “chinos libres”, podrán discutir y oponerse a las iniciativas que les sean enviadas por el Ejecutivo y no pasará nada, no habrá castigos ni por críticas que hagan a los otros poderes.

 

             Lo que se ha decidido en este tema cambia totalmente las cosas en el país. Dice Muñoz Ledo que con estas medidas se ahorrarán en la Cámara de Diputados tres mil 375 millones de pesos. Dice Ricardo Monreal que en el Senado el ahorro será de mil 500 millones. Pero además se recobrará el prestigio del Poder Legislativo mexicano, el de los políticos y el de los legisladores. Vamos a ver si es cierto.

 

             Este columnista que estuvo fuera de circulación unas semanas por una intervención quirúrgica, la primera de mi vida, agradece sinceramente a todos sus amigos y compañeros de trabajo que se interesaron por saber su estado de salud. Dicen los médicos que estoy muy bien, así es que desde hoy estaremos nuevamente en circulación.

 

             Aprovecho para agradecer al gobernador del estado, Antonio Gali, la carta que me envió deseándome una pronta recuperación.

 

           

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