Recientemente atacó a los desertores del partido tricolor que se pasaron a Morena. Los insultó y pretendió burlarse de ellos, con eso provocó el enojo de muchos militantes que consideran que el fenómeno de la deserción en las filas priistas tiene por causa un serio descontento de muchos de sus miembros por la forma en que es manejado el partido surgido de la Revolución Mexicana. Eso es lo que debería investigarse, cuáles son las causas por las que los priistas, algo nunca visto, se salen de su partido para afiliarse a otro.

 

        Ayer se publicó en diarios nacionales el trascendido de que diputados federales priistas están solicitando la dimisión del dirigente nacional y que amenazan con boicotear la campaña presidencial si no se les hace caso. Pero el PRI es el PRI y un poco más tarde el partido desmiente tal versión y afirma que los 204 diputados apoyan al dirigente Ochoa Reza.

 

           La realidad, por lo que se comenta en los círculos del PRI en Puebla, es que sí hay descontento, que la cúpula del partido tricolor siempre desmentirá, pero eso funcionaba en otras épocas, en la actual no.

 

          El descontento es real, lo fue desde un principio y mal haría el que fue partido mayoritario y ha mantenido el poder durante casi un siglo, en hacerse el ‘tío Lolo’, como ha hecho siempre.

 

           El PRI tiene muchas virtudes y muchos defectos y uno de estos es el pretender que se siga creyendo el cuento de que sigue siendo un partido unido y que en su interior no pasa nada.

 

            ¿Si no pasara nada por qué termina la precampaña en tercer lugar? No ha sido la oposición la que ha originado la decadencia del priismo, sino la mediocridad de sus dirigentes, el abandono de sus bases, el no reconocer lo que sus afiliados han hecho y siguen haciendo por su partido, el pretender que los puestos de elección popular se sigan heredando a familiares y amigos. ¿Los priistas no son capaces de sentarse un día y dialogar sobre todo esto? Parece que los buenos políticos que tuvo ese partido ya se acabaron o se pasaron a otras agrupaciones y partidos.

 

          La protesta que hicieron más de 500 personas en pleno Informe de Labores de la presidenta de Tehuacán, Ernestina Fernández de Alatriste debería poner en alerta al priismo local, toda vez que la alcaldesa es miembro del PRI y Tehuacán es la segunda ciudad, el segundo municipio más importante de la entidad y el único de esa categoría que ganó una elección municipal en las pasadas elecciones.

 

          Como usted ya debe saber, en las elecciones pasadas de diputados locales y ayuntamientos el PRI no salió bien parado: no obtuvo la mayoría del Congreso y sólo ganó 85 de las 217 presidencias municipales, las más pequeñas excepción de Tehuacán, Tepeaca y  Ciudad Serdán.

 

            Y Tehuacán ha sido mal gobernado según informan habitantes de ese lugar. Nos dijeron que la ciudad y en general el municipio están pasando por la temporada más triste que les haya tocado vivir. Hay mucha inseguridad, secuestros, amenazas a comerciantes, asaltos a mano armada y muchos muertos van a tirar, posiblemente de Veracruz, a las orillas de la ciudad.

 

           Nos contaron el caso de un empresario de la construcción, secuestrado hace dos meses y del que nada se sabe pese a las investigaciones que dicen las autoridades que han realizado.

 

           El descontento de la población contra los políticos y los partidos se puso en evidencia el pasado sábado, cuando doña Martha Erika Alonso, candidata de la coalición por México al Frente (PAN, PRD y MC) realizó su cierre de campaña. Estaba anunciada una marcha por las principales calles de la ciudad y no pudo llevarse a cabo por falta de quórum. Y eso que el PAN ha tenido en Tehuacán, desde hace tres décadas, su bastión en el estado de Puebla.

 

           La lucha por las presidencias municipales más importantes, se inició ya al interior de los partidos y una vez que ahí se resuelva, se continuará en las calles. Esa lucha por las presidencias municipales es la que hace que las elecciones de este año, sean conflictivas y peligrosas.

 

             A las gentes de los pueblos les interesa más quién va a ser su presidente municipal que quién será el presidente de la República o el gobernador del estado. Lo de las diputaciones y senadurías les interesa, pero menos.

 

             Por eso la selección de candidatos debería ser muy cuidadosa por parte de los partidos, pero todo parece indicar que los que tienen gente, colocan a familiares y amigos de sus dirigentes y los que no tienen andan buscando entre los rechazados del PRI a algunos que puedan aprovechar para su causa.

 

            La idea de unificar en un solo día la elección de los tres niveles de gobierno partió inicialmente del PAN, pero la apoyó el PRI y el motivo según el partido que lo propuso, era “ahorrar dinero”. Como ya sabemos, nuestros políticos panistas y priistas son muy ahorrativos, pues piensan que la austeridad es sana para los pueblos y todos ellos son muy austeros.

 

            Sólo que la vida da muchas sorpresas y en las precampañas se hicieron gastos millonarios, que de arranque, ya superaron lo que antes se gastaba en las campañas. Y en las campañas se va a gastar como nunca, pero ellos dirán que se ahorró.

 

            ¿Y para qué sirvieron las precampañas? Para que los aspirantes se sacaran sus ‘trapitos al sol’, se insultaran, se descalificaran y no dijeran nada sobre la situación general del país o del estado, no plantearan ninguna solución a los graves problemas que padecemos y para dejar en el pueblo, en los electores, la impresión de que todo seguirá igual.