Sombras y luz invaden los caminos más inhóspitos del valle poblano, en el camino encontramos personajes peculiares que son parte importante de nuestra sociedad, algunos son engranes fundamentales para que la maquinaría del sistema siga funcionando, otros más sirven de espectadores que aprovechan cualquier oportunidad para culpar a los demás de sus fracasos y también habitan entre nosotros algunos seres amorfos, éstos se resguardan entre la maleza de los campos de cultivo, se hidratan con alevosía de un líquido amarillento que emana de ductos ultrajados por algún huachicolero, se alimentan de la carne putrefacta que encontraron de algún cuerpo desmembrado y se divierten jugando a ser líderes de sus comunidades o regiones.
Estos seres amorfos son una amenaza, pues la mayoría tiene acceso a privilegios económicos y acuerdos secretos con altos mandos de la política aldeana. En viejos años, orgullosos se promocionaban como los cabecillas de alguna célula delictiva, lo hacían con cautela pues sabían que podían ser atrapados en cualquier momento, sin embargo, nuestra sociedad postmoderna ha causado efectos en estos entes. Ahora van de traje, transformándose en políticos, algunos gobiernan municipios y otros sueñan con serlo, la redención está a su alcance a través de la corrupción de autoridades electorales y por desgracia con la ignorancia de la sociedad que en algún momento se verán embaucados por sus recursos ilimitados para entregarles la confianza de su voto.
En esta elección, los monstruos hacen presencia como candidatos en los municipios más conflictivos de nuestro estado, sonríen y piden el voto allí donde el crimen reina con el huachicol, con linchamientos y narco mensajes atemorizantes del Cartel de Jalisco Nueva Generación que nos hace ver mas como un estado del norte a ser una entidad segura y plena.
Si a toda esta desgracia municipal le agregamos las declaraciones que emiten los altos funcionarios del Instituto Electoral del Estado, la situación se torna obscura y siniestra, más cuando sabemos que son ellos quienes defenderán nuestra trastocada democracia.
En su irresponsabilidad algunos consejeros electorales aseguran que la aparición de violencia el día de las elecciones es improbable, en la que descartan graves problemas de acoso e inseguridad a los candidatos, vamos, ellos habitan en un estado de fantasía en el que no existe ningún cartel delictivo con atemorizantes mensajes y donde las amenazas a personajes políticos son cartas de amor de algún fanático obsesionado. Una desgracia impera en las regiones de Puebla.
Las sombras se apoderan de nuestra democracia, de nosotros dependerá que la luz se haga presente para combatir a los monstruos con la espada del valor y la información. De lo contrario, debemos ser conscientes que la zanja del error será nuestra condena en los próximos años.