Viernes, 17 de Mayo del 2024
Miércoles, 07 Marzo 2018 02:03

Mujeres desesperadas

Mujeres desesperadas Escrito Por :   David Peral Rodríguez

Esta es la vida de cientos de mujeres que son victimas de violencia de género, es la historia de muchísimas mujeres que han sido violadas, ultrajadas y en casos lamentables han sido vilmente asesinadas. Esto ocurre de manera cotidiana en el transporte público, en la calle, en el espacio doméstico, en todos lados, a todas horas.


Una mujer camina lentamente, transita por la avenida llena de tierra, algunas miradas afiladas de monstruos llamados hombres la devoran lentamente. Ella, naturalmente, corre aterrada, sube agitada a un camión del transporte público invadido por olores vomitivos y personajes indiferentes. Sin embargo, los monstruos no se han ido, incluso el piloto de esa podrida nave es un monstruo, sólo que este es más peligroso, muerde, viola y mata. La mujer caminante no tiene escapatoria, tan sólo estruja entre sus manos un escapulario mientras el monstruo se toca la entrepierna y muestra una sonrisa retorcida en el espejo retrovisor.

 

Esta es la vida de cientos de mujeres que son victimas de violencia de género, es la historia de muchísimas mujeres que han sido violadas, ultrajadas y en casos lamentables han sido vilmente asesinadas. Esto ocurre de manera cotidiana en el transporte público, en la calle, en el espacio doméstico, en todos lados, a todas horas.

 

Las declaraciones de los feminicidas son siniestras y escabrosas. Transitan entre el breve “se lo merecía porque es vieja” hasta el terrorífico “así debe ser, yo soy el cabrón, que se aguante”. Y es que nuestra sociedad cada día es azotada por estos seres malvados que en palabras de Patricia Ortega Dolz son tipos que encuentran placer en el acto de matar mujeres, la superioridad es su bandera y la violencia su arma.

 

Me llama mucho la atención que en últimas fechas el feminismo está tomando verdadera relevancia en la escena pública nacional e internacional, ni qué decir de manera local, en este estado donde la cifra de feminicidios llegó a los 100 casos en 2017 y en lo que va del año sigue aumentando. Sin embargo, lo más preocupante de la ola de violencia de género en nuestro país y estado es el discurso de odio por parte de sectores de la sociedad, las justificaciones necias a los feminicidas, la revictimización, el morbo antes que la conciencia. Es preocupante percibir en los comentarios de las notas informantes de redes sociales a hombres y mujeres que condenan a la fallecida de su terrible destino porque le gustaba estudiar, divertirse o simplemente hablar. Es impresionante la cantidad de mensajes llenos de burla donde a las mujeres que luchan día a día contra estos terribles casos las llaman ‘feminazis’ y locas. La ignorancia hace gala en estas publicaciones, de las cuales no se salvan ni los llamados intelectuales o periodistas. Y allí vemos en un espectáculo dantesco las letras de los que aseguran que los hombres también recibimos violencia de genero y que nadie hace o dice nada. Allí vemos a mujeres burlándose de las que son feministas y hacen una alegoría del machismo millenial. Allí encontramos a hombres y mujeres que gustan de los adictos al botón de like con publicaciones tan singulares, explicando la desgracia de nuestro país, concluyendo que las mujeres que son feministas son viejas que no las consuela un buen hombre, en fin, el machismo al más puro estilo de los 50, la nostalgia de lo antiguo reivindicado a los delitos más pendencieros de esa época funesta para las mujeres.

 

También es preciso decir que existe un grupo de mujeres que gustan del oportunismo mediático, que son adictas para colgarse de mujeres que verdaderamente han sufrido violencia de género, violaciones, desapariciones y feminicidios. Mujeres que se autonombran feministas y no saben nada de Betty Friedan, Simone de Beauvoir, Judith Butler, Marta Lamas, Marcela Lagarde o Patricia Ortega, ni qué decir de los pensadores posmodernistas como Foucault, Derrida o Bourdieu. Mujeres ignorantes de la teoría de género, ignorantes de la situación actual pero muy ávidas en obtener a través de la desgracia una recompensa. Algunas construyen agrupaciones, frentes, asociaciones y otras más cínicas sacan de su imaginación: violencia, secuestro, desapariciones y demás casos llenos de desgracia, en el que faltaba más, ellas son las protagonistas. Ojalá que la teoría llegue a iluminarlas y puedan redireccionar el rumbo hacia un verdadero sendero de emancipación femenina, mientras tanto, seguirán entorpeciendo el camino de muchísimas mujeres que en verdad desean la transformación con perspectiva de género y lo peor del caso seguirán dándoles las armas necesarias a todos esos individuos estultos que van por la vida y las redes sociales demeritando el trabajo de las que ellos llaman de manera burda ‘feminazis’. Ojalá pronto recapaciten.

 

Mientras tanto la vida es un plano lleno de contraluz, en el que vamos de la magia luminosa de nuestras acciones nobles a la obscura esclavitud de nuestros actos y palabras mentirosas.

 

Anhelo que un día podamos caminar lentamente, transitar por las avenidas llenas de tierra, con la mirada en el horizonte, sonrientes, subiendo al autobús y llegar tranquilos a casa, mirando a los monstruos solamente en las películas o los libros, poder dormir y saber que la realidad es mejor que los sueños.

 

Entre líneas:

 

Quiero agradecer profundamente a la mujer que me ha impulsado a mirar las cosas de manera distinta, que me ayudó a conocer la teoría de género, esa mujer de la cual soy un aprendiz en estos temas y que, aunque no soy ni seré feminista me ha enseñado que la vida se puede y debe ver con perspectiva de género. Gracias Grace Achi.  

 

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