Durante el último fin de semana de las vacaciones de verano, Playas Amalucan fue desairada por los poblanos, ya que no hubo la misma afluencia que en la primera semana de su inauguración; además, los pocos visitantes se quejaron de que los guardias de seguridad mantienen cerrado el estacionamiento, por lo que deben dejar sus vehículos a pie de banqueta, a pesar de los señalamientos de ‘No estacionarse’.

Así lo constató CAMBIO en una visita al parque durante el último día de vacaciones para los estudiantes de educación básica, donde se pudo observar que sólo los trabajadores del lugar gozan del privilegio de estacionar sus unidades en el área respectiva, mientras que los usuarios del parque deben conformarse con aparcar sus automóviles a las afueras del mismo, corriendo el riesgo de que sus placas sean retiradas.

De igual forma, aunque el mantenimiento en el espejo de agua es constante, se constataron algunos desperfectos en los sanitarios, en los cuales incluso no hay agua, lo que provoca descontento entre los usuarios.

Estacionamiento ‘exclusivo’ para trabajadores en Amalucan

A las orillas del Parque Amalucan había una gran cantidad de automóviles parados, propiedad de los visitantes que visitaban el lugar el último día de vacaciones.

Las unidades abarcaron desde la avenida Independencia hasta el límite del parque, en ambas direcciones; a pesar de contar con personal de seguridad que vigilaba los alrededores, se constató que se encontraban cerrados los dos estacionamientos que están habilitados para recibir al menos a 50 vehículos. En las puertas de ambos se observaron cartulinas con la leyenda de ‘No estacionarse’.

Este hecho incomodó a varios conductores, pues buscaban un sitio seguro para dejar su unidad, ya que está prohibido estacionar vehículos sobre la calle, por lo que no les quedó otra opción más que aparcarlo donde encontraran lugar.

“No nos queda de otra, espero que no me quiten las placas porque el estacionamiento está cerrado y nosotros venimos a disfrutar del parque como familia”, dijo un padre.

Sin embargo, llamó la atención de esta casa editorial que, aunque las puertas se encontraban cerradas, había algunos vehículos al interior de los estacionamientos; según testigos, éstos pertenecen a los trabajadores de las casetas de vigilancia y demás personal del parque.