Propicia corrupción violencia
Ariadna García / Agencia Reforma
MÉXICO, DF, 28-Abr .- El combate al narcotráfico y al crimen organizado no tendrá éxito con el endurecimiento de leyes y operativos, sino con el saneamiento de las instituciones encargadas de su persecución, aseguró Mark Kleiman, de la Universidad de California.
El catedrático, especialista en análisis de políticas públicas para el combate al narcotráfico y crimen organizado, explicó en entrevista que el aumento de la violencia entre los grupos delictivos en México es consecuencia de la asociación entre tráfico y corrupción, que a su vez conllevan a un aumento del número de consumidores y a los enfrentamientos.
En esas circunstancias, señaló que la utilización de fuerzas armadas para el combate al narcotráfico no es el camino, que hay que concentrarse en las instituciones encargadas de evitar el paso de la droga, que no estén cumpliendo su deber.
"Cuando yo escucho que en un país democrático se tiene al Ejército colaborando en la tarea de aplicación de la ley se me eriza el cabello", apuntó.
El problema radica, dijo, en que todo se concentra en la persecución, arrestos, castigos y encarcelamiento de quienes comenten los ilícitos, pero todo ello conlleva un costo y no a un beneficio.
"El problema de la violencia hoy en México es que ésta se asocia al narcotráfico y la corrupción, pero el problema es que ahora la droga está generando consumidores en México y eso sí es un problema significativo.
"Por lo tanto, desde la perspectiva de México, yo me concentraría en las organizaciones más violentas, en donde hay más corrupción, las que hacen que las drogas se queden en México, y desde luego yo haría una reducción en lo que es la aplicación de la ley", comentó.
La aplicación de la ley, agregó, debe ser al interior de las corporaciones policiacas, a las que primeramente hay que pagarles un buen sueldo para que funcionen bien.
"El primer paso tiene que ser la capacidad policiaca que debe ser fuerte y enérgica", apuntó.
Por otro lado, Kleiman subrayó que México y Estados Unidos tienen dos frentes de un mismo problema, el tráfico y el consumo, y que cada uno debe concentrarse en atender el suyo.
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