Inauguran hospital de primera… sin luz

 

El Hospital General del Norte no tiene para cuándo iniciar operaciones


El hospital de ricos para pobres que prometió Mario Marín no funciona al 100 por ciento. Al viejo estilo priista, desde temprana hora el Gobierno del estado se dio a la tarea de acarrear a habitantes de Canoa, La Resurrección, San Miguel Espejo y Villa Frontera para ocupar las más de 600 sillas dispuestas para el anunciado corte de listón


Efraín Núñez Calderón

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El gobernador Mario Marín Torres confirmó que el Hospital General de la Zona Norte aún no cuenta con el servicio de electricidad funcionando a cabalidad, pues no pudo verificar cómo trabaja la tecnología con la que contará este nosocomio por falta de energía. Durante su recorrido, el mandatario también constató que el primer piso de esta clínica y algunos cuartos y laboratorios del segundo piso tampoco están en servicio:


—¿Cómo funciona este aparato?— cuestionó el mandatario.
—Es que no hay electricidad, señor— aclaró uno de los doctores que guiaron el recorrido.


Aún así, ayer fue inaugurado este nosocomio, sin que el constructor consentido del sexenio, Óscar García —dueño de Construcciones Mova, a quien el Gobierno del estado pagará más de 700 millones de pesos por la obra— diera la cara ante la opinión pública.


Por su parte, Javier García Ramírez, titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas (Seduop) aún no aclara si Construcciones Mova y Urban Fix serán sancionadas por el atraso en la entrega de la Segunda Etapa del Hospital de la Zona Norte, pues según la licitación OP/LPE/SEDUOP-20070178, los trabajos debieron culminarse el 31 de diciembre de 2007, es decir, incumplió el contrato.


Al viejo estilo priista, desde temprana hora el Gobierno del estado se dio a la tarea de acarrear a habitantes de Canoa, La Resurrección, San Miguel Espejo y Villa Frontera para ocupar las más de 600 sillas dispuestas para el anunciado corte de listón.


Personal de la Secretaría de Gobernación y de las secretarías de Salud y Obras Públicas también se trasladó al lugar para no dejar huecos vacíos. Sin embargo, ninguna otra persona tuvo permitida la entrada al nosocomio, siempre custodiado por guaruras y personal de seguridad del gobernador.


En la parte de trasera del sillerío un grupo de burócratas improvisaba carteles con consignas a favor del mandatario, todas con similar tipo de letra y con el mismo tono negro de plumón: “Villa Frontera le da las gracias por este hospital digno de los poblanos”, “ya contamos con un nuevo Hospital General, Gracias Lic. Marín”, “Gracias señor Gobernador, la tercera edad le agradece por este hospital”, “Los vecinos de Barranca Honda le dan las Gracias por este Hospital”, rezaban algunos de estos mensajes.


A un costado del presidium terminaban de prepararse los tradicionales lonches para los “invitados” a dicho acto. La escena la culminaba el excesivo cerco de seguridad en torno al mandatario, cuyos guardaespaldas se confundían con los de Óscar García, los que la semana pasada agredieron a Cambio mientras se le cuestionaba a su jefe sobre el incumplimiento en la obra.

 

“Un hospital de
ricos para pobres”


El gobernador Mario Marín recorrió su magna obra antes de iniciar el acto oficial. A las instalaciones recientemente terminadas se prohibió el paso a los reporteros: “sólo camarógrafos y fotógrafos” fue la orden hacia la seguridad, dispuesta a tapar el paso a los “entrometidos periodistas”.


La primera planta del hospital aún cuenta con pendientes de obra, en el segundo piso se aprecian cuartos sin terminar, cerrados con llave para que no lo comprueben los curiosos. Más grave aún, no hay electricidad para verificar los tomógrafos, rayos equis y demás tecnología para la atención de enfermedades:


“Los pobres tienen derecho a vivir, a tener servicios de calidad y calidez. Entregamos este hospital completamente terminado. Con 85 camas por el momento, pero es para más de 100.

 

Con nueve quirófanos. Un edificio construido con los mejores materiales, habrá hasta un albergue para personas de escasos recursos”, aseguró el gobernador Mario Marín tras inaugurar el nosocomio.


Javier García Ramírez optó por no dar una postura oficial respecto al escándalo que envuelve desde la semana pasada esta obra. Protegido por su gente de prensa, optó por salir huyendo de las instalaciones y reservarse sus comentarios. (Con información de Ulises Ruiz)

 

 

 

 


 
 
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