Hunde PRI a los panistas en el Congreso

Sólo una comisión para los diputados panistas

Haciendo gala de su inexperiencia y de su hambre de poder, la bancada priista se apodera de 14 de las 19 comisiones, sólo una le entrega a la única oposición y con el resto premia a sus incondicionales y satélites.

Selene Ríos Andraca

El grupo parlamentario del PRI cumplió su amenaza: sin contemplación y sin rasgo alguno de civilidad política aplastó a la bancada de Acción Nacional en el reparto de las comisiones legislativas y prefirió entregarle a sus satélites e incondicionales responsabilidades en Derechos Humanos, Convergencia; Seguridad Pública, Nueva Alianza; Desarrollo Social, PRD y Trabajo, PT.

Desde las once de la mañana hasta pasadas las ocho de la noche, los integrantes de la Gran Comisión discutieron las presidencias de las comisiones legislativas, rezagando a Acción Nacional a Desarrollo Rural.

Como estaba previsto, la Comisión de Gobernación quedó en manos del dogerista-marinista Pablo Fernández del Campo; Hacienda Pública para el zavalista Humberto Aguilar Viveros y la Inspectora del Órgano de Fiscalización Superior para Rocío García Olmedo.

Para los priistas —avalado por los propios priistas y con el voto en contra de Acción Nacional— son 14 de 19 comisiones y cinco de los seis comités.

Durante las votaciones, los diputados priistas hicieron gala de su inexperiencia y falta de tacto político, al aprobar únicamente las propuestas de los priistas, ignorando las de los panistas.

Pese a que Acción Nacional fue aplastado por el PRI, su líder, Eduardo Rivera Pérez, se limitó a declarar ante los medios que la bancada tricolor pretende acallar a la única y verdadera oposición en el Congreso local.

Gustavo Espinosa, líder de la Sección 51 del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación y diputado por Nueva Alianza, declinó a ser el presidente del Comité de Informática y tras acribillar a los priistas ante los medios de comunicación, Rocío García y José Othón Bailleres cedieron la Comisión de Seguridad Pública y Protección Civil.

Fue casi a las ocho de la noche, que Rocío García se percató que la segunda y la tercera fuerza política del estado habían quedado rezagadas, por lo que el priista Juan Antonio González declinó a la de Seguridad para entregársela al elbista.

Uno de los detalles curiosos que evidencian la falta de experiencia y tacto político de los priistas fue cuando Eduardo Rivera propuso a José Othón Bailleres —líder de la bancada priista y de la Gran Comisión— como secretario de la Comisión de Transparencia y nadie de sus correligionarios le confió el voto. Sólo los dos panistas votaron por él.