Antorcha Campesina se suma a las filas dogeristas


Selene Ríos Andraca

 

A menos de tres semanas de culminar su cargo como presidente municipal, Enrique Doger Guerrero cumplió su palabra de empezar a recorrer el estado para buscar la gubernatura. El sábado pasado en Tecomatlán, el edil capitalino recibió el espaldarazo político del mítico Aquiles Córdova Morán, líder nacional de la organización priista Antorcha Campesina.


Aunque Aquiles Córdova y Enrique Doger cuidaron sus discursos, el mensaje fue inequívoco: “Doger está aquí porque en lo profundo de lo que él quiere y nosotros queremos, estamos de acuerdo. En lo sustancial, en lo fundamental estamos con usted”.


Enrique Doger se limitó a sonreír tímidamente, aunque los dos mil deportistas que participaron en la tradicional Espartaqueada Nacional —edición XIII— aplaudieron y avalaron con gritos de euforia cuando su líder aseguró: “No hay misterio, la presencia de Doger no es casual”.


La espartaqueada se realiza año con año en la cuna antorchista, donde los militantes de la organización de todo el país —este año fueron jóvenes deportistas de normales rurales, secundarias técnicas y de la Universidad de Chapingo— compiten durante una semana en diferentes deportes: atletismo, fútbol, lanzamiento de jabalina y básquetbol, entre otros.


Aquiles Córdova trató a Enrique Doger como su invitado especial, entre sus invitados especiales. A nadie como al aún alcalde capitalino le llovieron los halagos, los saludos y los mensajes políticos. Y Enrique Doger no dejó pasar la oportunidad para agradecer el apoyo de Antorcha Campesina.


Siguiendo el ejemplo de Córdova, Enrique Doger cuidó sus palabras desde el principio hasta el final de su discurso. En ningún momento titubeó ni mostró su juego. Sus cartas quedaron ocultas bajo el intenso sol de la Mixteca poblana.


El ex rector de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP) hizo gala de su diplomacia y de su experiencia política, y a pesar de entender que Antorcha Campesina lo respalda en su proyecto a la gubernatura, Doger se limitó a decir: “Quiero reconocer la lucha de Antorcha Campesina en la ciudad de Puebla, en su imbatible lucha por la igualdad, a nombre propio y del ayuntamiento de Puebla.”


La actitud de Enrique Doger fue notablemente distinta a la que ha adoptado en los últimos actos políticos. Basta recordarlo en la comida de la “unidad priista” celebrada en Atlixco o el Consejo Político Estatal subsiguiente a las elecciones, donde Doger no era el aplaudido ni el mejor recibido.

 

El sábado pasado, pese al bloqueo de los marinistas para recorrer el estado, Doger visitó la Mixteca poblana, habló ante los antorchistas y recibió su vitoreo, compartió secretos con su homólogo saliente Nibardo Hernández y con la entrante Concepción Muñiz.


En su camino rumbo a la comilona de la espartaqueada, una antorchista de Atlixco le suplicó a Doger ser el candidato a la gubernatura, debido a su experiencia en la máxima casa de estudios y a su actuar frente al Palacio Municipal.


El comentario de la antorchista ruborizó un poco la cara del alcalde, quien solamente respondió con una tímida sonrisa y alcanzó a Córdova Morán, mismo que le agradeció la apertura del ayuntamiento para los problemas de la organización.


Enrique Doger y Alberto Jiménez Merino, secretario de Desarrollo Rural y representante del gobernador Mario Marín Torres, fueron los invitados especiales a una junta deportiva, y ambos se sentaron junto al líder nacional de la organización campesina.


Javier López Zavala no asistió al acto, pese a haber sido invitado por los antorchistas.


Y sin Zavala cerca, sin el gobernador observándolo, Doger disfrutó su primer acto como precandidato a suceder a Mario Marín en Casa Puebla.

 

 

 


 
 
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