No me voy, me quedo en México: Lydia Cacho


Los gobiernos de Francia, España y Estados Unidos le han ofrecido asilo político


La autora de Los Demonios del Edén ha decido quedarse en su país, porque está segura que el sistema de procuración de justicia puede cambiar e inclinarse a favor de los débiles: “Y por si las dudas, yo me quedo aquí para celebrarlo”.



Selene Ríos Andraca

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Por la aprehensión y violación a los derechos fundamentales que sufrió, los gobiernos de España, Estados Unidos y Francia le han ofrecido a la periodista Lydia Cacho Ribeiro asilo político, para que desde otra parte del mundo continúe su batalla contra la pederastia, la pornografía infantil y la impunidad que hoy goza el gobernador Mario Marín Torres.


La Organización de las Naciones Unidas (ONU) en voz de la comisionada Louise Arbour también le ha pedido a Lydia Cacho salir de México, en caso de que sienta insegura en el país, después de que seis ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) decidieran darle carpetazo a la investigación contra el mandatario poblano.


En su página personal, Lydia Cacho ha fijado una posición con respecto al asilo político que le han ofrecido: “No me voy, no voy a ninguna parte más que para adelante, hasta esclarecerlo todo. No me quedo en México por ser valiente, me quedo por dignidad. Ya nos han arrebatado suficiente a millones de mexicanos y mexicanas”.


Fue el gobierno español el primero en ofrecerle a Cacho refugio para seguir afrontando a los demonios. La oferta la hizo María Teresa Fernández de la Vega Sanz, la Vicepresidenta de España, narra la periodista en el mensaje de la web.


“El año antepasado (2006), la revista Yo Dona de España me otorgó un premio de Derechos Humanos y Periodismo, lo recibí de una mujer a quien admiro profundamente: María Teresa Fernández de la Vega Sanz, la Vicepresidenta de España. Ella conocía bien el caso (el de los pederastas y pornografía infantil y por ende el del dúo dinámico del coscorrón contra mí: Mario Marín-Kamel Nacif)”.


Continúa: “Luego de entregarme el premio, la vicepresidenta, en una charla emotiva, me ofreció con toda seriedad que en caso de que yo lo considerara conveniente, bastaría con buscarla para solicitar asilo político en España para seguir trabajando sin miedo a perder la vida”.


A decir de Cacho, ella rechazó el ofrecimiento que le hicieron a mediados de 2006, porque en aquellos días era el apogeo del escándalo de Marín y el máximo tribunal del país había atraído el caso.


“Le agradecí infinitamente su oferta, en especial porque en aquel entonces no había ganado la batalla legal a Kamel Nacif y pendía sobre mi cabeza la posibilidad de pasar 4 años en prisión por haber escrito Los demonios del edén: el poder detrás de la pornografía infantil”.


En el 2007, en una reunión con diplomáticos de varios países de la Unión Europea le ofrecieron refugio.


“El año pasado, luego de una charla con diplomáticos representantes de varios países de la Comunidad Económica Europea, recibí un ofrecimiento del gobierno francés. Dado que mi madre nació en Lyón, yo automáticamente puedo adquirir la nacionalidad gala, y con ello salir de México para protegerme de la venganza de las mafias criminales a quienes retraté con mi trabajo periodístico y a quienes he intentado llevar ante tribunales”.


Luego de los múltiples llamados de Amnistía Internacional, de Human Rights Watch y otros organismos internacionales “gente del Departamento de Estado norteamericano, me hizo el mismo ofrecimiento”.

 

El llamado de la ONU

 

Cacho cuenta que durante la visita de Arbour a México, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas la citó para hablar ampliamente de su caso y fue ahí donde le sugirió abandonar el país.


“Hace un par de semanas una extraordinaria mujer, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos Louise Arbour, me citó en un hotel de la Ciudad de México para charlar sobre mi caso durante 20 minutos. En realidad estaba perfectamente enterada de todo, simplemente me pidió que le explicara qué había sucedido en la Suprema Corte de Justicia mexicana”.


Agrega: “Cuando le dije que este es un caso de las y los mexicanos, no de Lydia Cacho, y por eso no me rendiría, me ofreció ayuda para entablar las denuncias en tribunales internacionales, al despedirnos con un abrazo me ofreció –en caso de sentirme insegura- la asistencia para exiliarme”.

 

Me quedo y me quedo

Después de que El Universal diera a conocer la oferta de la ONU, Cacho recibió en cientos de correos electrónicos para preguntarle qué haría, debido a que le ha sido imposible responder todos los correos y las llamadas de reporteros, la periodista hizo pública su postura en su porta www.lydiacacho.net, ahí detalla sus razones y motivos por los que ha decido quedarse en su país.


“No me voy, no voy a ninguna parte más que para adelante, hasta esclarecerlo todo. Porque perdemos en los tribunales pero ganamos al reivindicar el buen periodismo, nuestro derecho a conocer al verdad, a rescatar la honestidad, la solidaridad y la cultura aplicada de nuestros derechos humanos. No me quedo en México por ser valiente, me quedo por dignidad. Ya nos han arrebatado suficiente a millones de mexicanos y mexicanas”.


Cacho enfatiza que se queda en México porque no está dispuesta regalar su libertad ni su cercanía con sus amores, por el riesgo que corre por revelar la red de pornografía infantil.


“Yo, Lydia Cacho, a las mafias político-empresariales-criminales no les regalo mi libertad, ni mi derecho a estar cerca de mis amores y amistades. No les regalo ni una pesadilla más en su nombre, no les doy mi enojo sino mi paz interior; no les doy poder de ahuyentarme sino de saberse hombres y mujeres de espíritu pequeño”.


El texto concluye con una cita textual del poeta Eliseo Alberto “Si un minuto basta para morir, qué no va a ser suficiente para cambiar”, de ahí se basa para decir: “Ellos, los corruptos y malos son en realidad muy pocos. Nosotras, nosotros, en cambio, seguimos siendo mayoría, por eso no pierdo la esperanza de que México pueda cambiar. Y por si las dudas, yo me quedo aquí para celebrarlo”.

 


 
 
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