Ocultan apoyos a la tierra de Marín

En Nativitas Cuautempan han adoquinado más del 80 por ciento de las calles

Francisco Rivas / Agencia Reforma

Aunque la Secretaría de Obras Públicas (Seduop) admitió destinar recursos a la infraestructura en Nativitas Cuautempan, descartó que privilegie al pueblo natal del Gobernador Mario Marín.

Sin embargo, el titular de la Seduop, Javier García, no especificó el nombre del programa del que salieron los recursos, ni cuánto dinero se envió para el adoquinamiento de más del 80 por ciento de las calles de la comunidad. 

El funcionario expuso que en esa junta auxiliar del municipio de Coyotepec se aplica un presupuesto dedicado no sólo a pavimentación o colocación de adoquín, sino también para instalación de agua potable y drenaje.

García, uno de los hombres más cercanos del Ejecutivo estatal, trató de justificar los trabajos de mejoramiento en aquella comunidad mientras en otras aledañas viven en condiciones precarias.

Una de ellas es Cuatro Rayas, junta auxiliar del municipio de Ixcaquixtla, que se localiza a 10 kilómetros del sitio de origen del mandatario estatal y sólo cuenta con una calle pavimentada y una carretera con un vado sin asfalto, sin señales y en un tramo con baches.

"Se destinaron recursos de un programa de infraestructura, que es agua potable, drenaje, pavimentos, y eso se hace en todos los municipios no sólo en Nativitas.

"A Cuatro Rayas, podrás ver, se le hizo una carretera que es más caro que el adoquinamiento", refirió García.

REFORMA publicó este 13 de junio que en los tres años y medio de la administración de  Mario Marín, su pueblo ha visto mejorías como el adoquinamiento en más del 80 por ciento de sus calles, rehabilitación de su plaza pública, construcción de gradas en canchas y hasta la llegada de señal de telefonía celular.

Según García, los mismos beneficios llegan a otras poblaciones.

Sin embargo, incluso en el pueblo del Gobernador, consideran que el mejoramiento de la imagen de Nativitas Cuautempan, es por el "poder" de Mario Marín.

Alfonso Hernández, de 81 años de edad, cuenta que siempre pensó en morir y observar a su pueblo inmerso en la miseria y con sus eternas calles maltrechas.

"La mayoría de mis contemporáneos ya no lograron ver esto, tanta calle con adoquín, bien cuidada, las banquetas arregladas… Durante toda mi vida no pasó nada en el pueblo y ahora, en tres años, se transformó en otro.

"Y todo esto es por el poder, porque Mario Marín tomó el poder, porque si no fuera Gobernador los que quedan de mi edad nos morimos y no vemos nada, estaría igual o peor", refiere Alfonso.