Crónica sobre el último vendaval lopezobradorista


Tercera y última parte


Jesús A. Castañeda Montes

Notas Relevantes

Consumará la federación arrebato a marinistas

Crónica sobre el último vendaval lopezobradorista 26/03/08

Crónica sobre el último vendaval lopezobradorista25/03/08

No tengo gallo: Marín

Montero dice que no quiere

Doger destapa a Montero

Notas Relacionadas

Llama AN a candidatos a evitar golpes bajos

Doger defiende su gestión

Notas Anteriores

 

Está desde enero, creo. Pero es eso, una creencia. Y aunque no lo fuera: para mí, solipsista de ocasión, está (o estuvo) desde (en) febrero.


Febrero loco, dicen. ¿Dicen bien o esta locura es progresiva? Quizá, ya que a inicio de este febrero loco, caminando por el Centro Histórico el Zócalo me salió al paso.
Junto con él, el museo que inauguraron Claudio X. González, de Fundación Televisa, y
Marcelo Ebrad, de Fundación GDF 2006-2012.


En los inicios de la exposición Ashes and snow, según cuentan algunos snobs y otros que no, ésta estaba atiborrada. Razón de más para sacarle la vuelta. Sin embargo, precisamente el 8 de febrero, quién sabe por qué, el flujo de personas ingresando al museo era mínimo (comparado con el que tuvo días antes), y como que no quiere la cosa, yo ni lo planeé, ingresé. En menos de cinco minutos, es decir, en un tris, ya estaba adentro.


Para empezar nos regañan o advierten: “No tomen fotos”, “no se acerquen al agua”, “avancen”. ¿Así cómo? Un camino, una especie de mini calzada, nos lleva hacia la primera pantalla. Después, ya en la parte neurálgica del museo, otra pantalla. Y antes de salir por otra calzada, ¡otra pantalla! Es precisamente en estas calzadas donde se encuentran las fotografías que uno puede ver. Yo las vi. De todas, una en especial me llamó la atención: el ojo de un elefante.


¿Y los videos? Ésos no los quise ver. O más bien, no los pude ver. Creo que desde marzo de 2004 no he superado el trauma de los videos (escándalos). Pero no estoy solo en esto (“¡No-estoy-solo!, ¡no-estoy-solo!... ¡ya sé!”). Lo más grave, o lo que más me asustó, fue que en la entrada había una advertencia: ¡en el museo hay cámaras grabando todo! Y bueno, Televisa y Ebrad patrocinan.


Aparte del ojo del elefante, me impresionaron los ojos de la mayoría de los asistentes: plácidamente viendo y viendo las pantallas. De hecho, me tocó el final del algún video –lo alcance a ver de reojo-, y los televidentes se dieron la vuelta y salieron apresurados o medio asustados. Furtivos como muchos visitantes de sex shops. Sin palabras.


Y pues el shopping no falta. Nunca. Casualidad o no, tendré buen ojo o no, de las siete fotografías disponibles en las postales en venta una es del ojo del elefante que me llamó la atención. Compré cinco postales, no las siete (a diez pesos cada una). Las escogí, pero una la repetí. Quiero dos ojos de elefante, le dije a la persona que me atendió.

 

Y sus ojos se me quedaron viendo como preguntando: para qué dos ojos. Sin embargo lo único que realmente le interesaba era cobrarme para después cobrarle al siguiente, y así hasta que cerraran el museo. Como no me hizo la pregunta con palabras, sino con los ojos, así le contesté: es que los necesito para un amigo al cual le urgen. ¿Edipo o un viejo topo?


Al salir del museo observé que los (auto) paparazzis no dejaban de tomar (se) fotos…


…¿Lo quito o no lo quito? Pues no lo quito, lo pongo. Es más: ya lo puse. Pero ahora y aquí está otra vez el…
“¡Pre-si-den-te!, ¡Pre-si-den-te!, ¡Pre-si-den-te!” A las cinco y veinte de la tarde llegó Andrés Manuel López Obrador al Zócalo. La misma parafernalia de siempre. Arriba al templete. Y a lo que te truje… empiezan los oradores.


“Compañero Andrés Manuel López Obrador, Presidente Legítimo de México”, empieza Luis Maldonado, dirigente de Convergencia. Pemex fue su “tema”, y ésta su profesión de fe: “Brazo con brazo y codo con codo, hasta la victoria con nuestro líder


Andrés Manuel López Obrador”. Al terminar, alguien más hizo acto de fe…


O de presencia. Aparece tarde, pero aparece, Marcelo Ebrad Casaubon.

 

Jesusa Rodríguez lo anunció, aunque era visible (es un hombre grande, de estatura). Ya antes había presentado a Encinas y a López Obrador, pero otra personalidad fue ignorada, al menos en lo que a mí me tocó escuchar de la maestra de ceremonias mencionara. ¿De quién se trató? Alejandra Barrales. ¿Por qué ese menosprecio? Una hipótesis: Alejandra
Barrales Magdalena es sólo la azafata en los vuelos (presidenciales) de López Obrador y
Marcelo Ebrad. ¿A quién le irá a servir primero el café?


“Licenciado Andrés Manuel López Obrador, Presidente Legítimo de México”, y es el turno de Alberto Anaya, líder del PT. Lo más contundente fue esto: “¡Andrés Manuel López Obrador, nuestro partido totalmente en la huelga legislativa!” Esto se llama lealtad, o fidelidad (en el léxico de Arnaldo Córdova). Anaya sabe sacarle jugo a sus lealtades, tan es así que gracias a su lealtad a Salinas de Gortari el PT existe.


¿No? Sí, no lo puedo creer, y por partida doble… ¡otra vez! Llegó el turno de Leonel Cota Montaño, líder del PRD. Uno, a mi lado un asambleísta grita: “¡Mejor que ya hable Encinas!” Y yo lo apoyó, al asambleísta, porque Encinas es y será tan virtual como Cota Montaño (al que le encontraron ¡genes trotskos! hace tres años). Dos, el trotskista espurio, Leonel Cota, no inició su discurso dirigiéndose al “Presidente legítimo”. Increíble. Pero claro, es la última vez que le tocará estar entre el club de aficionados al “legítimo”, así que se explayó. Habló y habló casi tanto como Jesusa. Ah, pero lo vamos a censurar (por espurio… perredista) y mejor le damos la palabra a un perredista de los años viejos: ¡Arnaldo Córdova!


Ahorita debería dirigirme a la Torre Mayor, para agarrar altura. Mejor haremos otro viaje espacio temporal…


El 30 de diciembre del año viejo, ¡cómo olvidarlo!, Arnaldo Córdova publicó (desconozco la fecha en que fue aceptado su artículo) en La Jornada algo con este título:


El PRD, ¿partido único de la izquierda? Lo guardé con celo debajo de mi cama, y posteriormente el articulista de La Jornada (al servicio de López Obrador) sacó otras cosas que por ahí dizque le rebotaron (en el hígado, por supuesto). Él ya dijo que sólo debate con nivel (o altura) porque, claro, son cosas de “izquierda”, “derecha” para…
“sesudos analistas”, digo yo, que se tendrán, también lo digo yo, que enfrentar a su
“magia visceral”. Son mis acotaciones, nada abstracto, así que ¿qué decía Arnaldo
Córdova en los estertores del año 2007?


“Recuerdo que un día (sin que pueda precisarlo con exactitud, pero debe haber sido a fines de 1988 o principios de 1989) estaba yo en una reunión del Frente Democrático Nacional […] Porfirio Muñoz Ledo se me acercó y me pidió que lo acompañara fuera del recinto […] Al salir me dijo que Cuauhtémoc Cárdenas acababa de anunciar a los dirigentes del Frente (incluido el mío, el PMS) que se disponía a formar un nuevo partido. Yo no lo podía creer. ‘Pero si el Frente es una fórmula ganadora’, y le pregunté: ‘¿por qué lo hace? ¿Qué va a ganar con eso?’ […] Conforme pasó el tiempo, me convencí de que Cárdenas se había precipitado y, más todavía, cuando vi cómo empezó a manejar el nuevo partido […] El asunto lo traté también con mi inolvidable Heberto Castillo y con Arnoldo Martínez Verdugo. Me topé con pared.


“Afortunadamente, diría yo, no estamos en las condiciones de 1988. Por ese entonces, Cuauhtémoc pensó que tenía su reino de los cielos en la tierra y le puso por nombre Partido de la Revolución Democrática, gracias, como en muchas otras cosas, al genio recurrente de Porfirio Muñoz Ledo.”


“Él –López Obrador- pensó que debía defender su Frente y eso quería decir defender a los pequeños partidos que tan fieles le han sido, lo que hace una diferencia abismal con Cárdenas en 1988 […] Lo más notable de la fórmula para hacer política de López Obrador es que es siempre unificadora, a diferencia de Cárdenas en 1988: PRD más Convención Nacional Democrática más Frente Amplio Progresista. Él no quiere meterse con el PRD, y hace bien. […] Y hace bien, asimismo, en sostener el Frente
Amplio Progresista […]”
Punto por punto.


Uno. Recuerdo que un día (sin que pueda precisarlo con exactitud, pero debe haber sido a fines de 1992 o principios de 1993) Porfirio Muñoz Ledo recordó en Tijuana, Baja California, que en estas fechas que ahora nos recuerda Arnaldo Córdova, 1989, él impulsó la alianza PAN-PRD 3 para la elección a gobernador en el estado en cuestión (¿para ese tipo de alianzas también quería el FDN?). Asimismo, el ahora líder de las “izquierdas” lopezobradoristas se lamentaba de que no se haya concretado la alianza (¿quién paró esto?), dijo que se había quedado solo con su voto; que Arnoldo Martínez
Verdugo y Gilberto Rincón Gallardo le habían prometido votar a favor, pero que al final uno se abstuvo y el otro votó en contra. Pero, ¿cuántas veces Muñoz Ledo le levantó la mano a El Alto Vacío? Por cierto, alguien en 1992 ó 1993 recordó las palabras de Adolfo Gilly en la otra reunión: “El PRD no puede nacer con pañales blanquiazules”.

 

(Y el que sí nació con panales blanquiazules fue el Pañal de Elba Esther Gordillo.)


Dos. Efectivamente, fue Muñoz Ledo el que propuso el nombre del PRD. Pues resulta que el inolvidable Heberto Castillo, quizá con un argumento muy simple, se oponía a que el nuevo partido se llamara así, sobre todo por las iniciales: PRD, que eran casi idénticas a las del PRI (la i con una panza). Ahora podemos entender un cómo, que no tiene nada que ver con los cómo que “ve” Arnaldo Córdova. ¿Cuál cómo? Lo simple se transforma en complejo (caótico, si quieren).

 

Esa panza, sin duda embarazosa, con el paso del tiempo convirtió al PRD en un PRI (lopezobradorista).


Tres. Realmente lo más notable de la política de López Obrador no es una fórmula, es un signo: $. Y claro que se mete al PRD. Lo acabamos de ver el pasado domingo cuando exclamó en Copilco: ¡Viva el PRD!, que en su caso significa ¡viva el PRI lopezobradorista y sus tres sectores! Se mete y hasta el dinero se embolsa (como sus apóstoles).

 

Bueno, y si López Obrador hace (el) bien, ¿qué hace Arnaldo Córdova a través de su(s) artículo(s)? Al menos no la hace de nuestro Norberto Bobbio, quien sí llegó a la senectud con una lucidez admirable.


Hasta aquí, que es menos extenso que lo que dijo Cota (por cierto, ¿qué dijo?). ¿En qué vamos? En la inteligencia. “La flaquita ésa”, dijo Jesusa hace rato y ahora la presenta: Claudia Sheinbaum. “Esa inteligencia que se aventó la obra monumental del segundo piso”, informó Jesusa. Pues no sólo Sheinbaum es inteligente, también lo es López Obrador: por algo guardaron la información de los contratos de los segundos pisos. Ahora sí que como dicen ellos, respecto a los calderonistas (otro espejo, diría el subcomandante Marxcos):

 

“El que nada debe, nada teme”. Aquí ni la inteligencia generó viento. Todo quieto. Su discurso era el espejo de la propaganda gubernamental respecto al “tesoro”. La “privatización” ya está aquí, más cerca que las aguas profundas del mar. Los “espurios” nos “entusiasman” y los “legítimos” nos “espantan”. En realidad, ambos sólo nos dan lástima, pero de repente…


Un punto de inflexión. La inteligencia -de una técnica en asuntos de energía- se transformó. Y teníamos enfrente a un híbrido: mitad Perro Aguayo (o López Obrador) y mitad Martha Villalobos (o Valentina Batres). Rudísima. La lucha “social” apareció, pero también la pandillera: “Ponga la fecha, el lugar y la hora… ¡y ahí estaré!”, la secretaria de Estado (“legítimo”) Sheinbaum se dirigió a la secretaría de Estado (“espurio”)


Georgina Kessel. “Traiga a sus asesores españoles, traiga a sus asesores gringos, yo me apoyaré en técnicos mexicanos.”


Pero no sólo se apoyará en éstos. La inteligencia de Sheinbaum da para más. En primer lugar, nos recuerda el plan de acción (de la reacción lopezobradorista) que se aprobó (unánimemente) el 24 de febrero. Pero ahora agregó algo más, que puso a consideración de la asamblea: “¿Están de acuerdo en que las acciones de resistencia civil –los bloqueos y tomas de todo lo que se pueda- estén encabezadas por mujeres?” Y sí, todos levantaron las manos afirmativamente (algunos levantaron las dos… ¿traen viada del domingo?). No cabe duda, es inteligente la “flaquita ésa”.

 

Pero también López Obrador es inteligente (¿“¡Que vivan las enaguas… de Obrador!”?). Bueno, ya no dijeron quién va como segundo contingente, pero son tan inteligentes que no dudo que avienten a los Emos despuecito que a las mujeres. De eso se trata, ¿o no? A eso van, a “defender el petróleo”.


Y claro, está difícil que alguien como el general Alejandro Encinas encabece la batalla. Así que mejor vayamos nosotros… completando la lista: mujeres, Emos, ancianos, menores, ciegos, minusválidos…


En paralelo, el turno del “Pre-si-den-te” y el viento (o ventosidad de un lópezobradorista de los que están aquí cerca) se hacen presentes. Esto sí que es irrespirable. Mejor me voy para atrás, de todos modos el sonido llega a toda la plaza (no sé si la ventosidad también). Creo que fue uno de los que estaban comiendo chicharrón.


Metano, etano, propano, butano… ah, sólo alguien con la inteligencia y conocimiento de Sheinbaum sabe lo que se está aventando este tipo.


Sí, 20 de noviembre está más concurrida que el 18 (de noviembre). No mucho, pero creo que si triplicamos la asistencia del 24 (de febrero). Si hace tres semanas éramos veinte mil, ahora somos sesenta mil. Sólo espero que no entren, al igual que con “¡Pre-siden- te!” y “¡Es un honor estar con Obrador!” (en lo que gastan la mitad de su energía), en resonancia con el tipo de la ventosidad.


“¡Pre-si-den-te!” “¡Es un honor estar con Obrador!” López Obrador inicia el discurso: “Agradezco a todos ustedes su participación en esta importante asamblea ciudadana. Aquí estamos de nuevo, mujeres, hombres, adultos mayores, jóvenes, niñas y niños de todas las clases sociales y de todas las regiones del país”. Esto dijo, y además apareció íntegro en la página del “gobierno legítimo”, como a las nueve de la noche del 18 de marzo de 2008, ¡hora en que Carmen Lira, la directora vitalicia de La Jornada, no subía el discurso!

 

Los que sí vamos al campo de batalla nos merecemos esa atención, para no estar transcribiendo y transcribiendo… al menos el discurso principal, pero de todos modos lo hacemos: para comparar. Pero yo estuve en el Zócalo y algo que dijo después de esto, y que no está en el texto en internet, fueron las gracias que dio a Marcelo Ebrad Casaubon por su presencia. ¡Ah, las improvisaciones de López Obrador no tienen desperdicio! En cambio las ventosidades, éstas sí que lo son por definición.


Habla del “fraude”, otra vez. Da sus razones para rechazar la reforma energética.


Ya vimos cómo andan las cosas por 20 de noviembre. Pero, ¿cuál es la primera razón? La defensa de la soberanía. Se remonta al Porfiriato y llega al artículo 27.

 

Además,
“descubrió el hilo negro”: una de las razones que hicieron posible la Expropiación
Petrolera fue la Segunda Guerra Mundial.


Por 16 de septiembre no hay concentración más allá de la plaza, aunque el viento (que no ventosidad) se siente un poco. Y en lo que pasamos esto, ya estamos en la segunda razón: “No aceptar la privatización porque sería una violación a la Constitución”. Y cita a don Jesús Reyes Heroles, pero no en aquello de la resistencia y el apoyo, sino en torno a lo que significan los contratos de riesgo: “contratos riesgo, para Petróleos Mexicanos, y de seguridad y beneficio para los extranjeros”.


Llegar a Madero es más difícil, y un poco a lo lejos alcanzo a ver a una mujer con un cartón que exhibe desaforadamente con esta leyenda: “Cuauhtémoc Cárdenas y Jesús


Reyes Heroles, traidores de sus progenitores”. Parece que han “estudiando” un poco.


Pero con cierta distancia de la pantalla que está enfrente de la entrada del museo, se encuentra muy atento Lorenzo Meyer… ¿tema de tesis el discurso de López Obrador?


“La tercera razón es que detrás de la privatización está el interés de un grupo para hacer negocios privados al amparo del poder público.” López Obrador ya está en lo suyo.


Mouriño llega a la plaza (estaba como monigote, pero ahora está en el discurso). Yo también estoy en lo mío, comprando una chácara: un prendedor del águila del “gobierno legítimo”. La solté; cayó más rápido que el volante. Y otra vez, es la resistencia… del aire. Pero, ¿Mouriño volará o caerá?


Ya no me moví. Desde el lugar donde entré, continué escuchando (y transcribiendo algo) el discurso. Además, ya hay un poco de viento, pero de Céfiro ni sus luces (o sus vientos).


Me llamó la atención el hecho de que citará a Lázaro Cárdenas en más de una ocasión. Sin embargo, aunque habló de desarrollo, modernizar Pemex, etc., jamás mencionó algo como “reforma fiscal”. De hecho, no sé si estaba contextualizando todas las citas de Lázaro Cárdenas, pero pues para no quedarnos atrás…


Lázaro Cárdenas escribió poco antes de morir: “El gobierno posee instrumentos eficaces y legítimos para canalizar útilmente la riqueza acumulada y promover el progreso económico con justicia; para ello bastaría decretar una reforma fiscal profunda que hiciera recaer una proporción considerable del costo del desarrollo sobre los sectores adinerados (Testamento político, agosto-septiembre de 1970)”.


Pero parece que el “Presidente legítimo”, como dique, sí está en contra de todo.


Ya dijeron que nada pasa, parece que no quiere nada. Bueno, sí, dos cosas. La primera, el dinero del PRD, lo resolvieron este fin de semana. ¿Qué sigue? La reelección en 2012. A ver cómo le hacen, para esto sí que no les va a alcanzar (no les alcanzó en 2006). Sólo que pidan asesoría desde el más allá (a Fidel Velásquez y/o algún Papa desaparecido) y desde el mas acá (a Elba Esther Gordillo y/o Carmen Lira).


Y ya entre el 18 y 19 de marzo, alguien sí estará hablando del tema petrolero en
Radio UNAM: Cuauhtémoc Cárdenas. Ya lo ha hecho en otros foros y él sí tiene un conocimiento profundo, no superficial (a propósito de las aguas), del tema.

 

¿Otra diferencia? Cárdenas va a Radio UNAM, no implora salir en la tele (en Televisa y Tv
Azteca). Ahora sí que como dice el clásico: “Qué sería del pelele sin la tele”. ¿Por qué necesita López Obrador la caja idiota para convencer? Porque así convenció (como Fox) a millones mientras articulaba sus discursos vacíos (como los de las “asambleas informativas”) en sus conferencias de las seis de la mañana.
Y aquí ya pasan de las seis de la tarde del 18 de marzo de 2008.
Inteligencias resonantes.

 

Como ya había informado Claudia Sheinbaum, el 25 marzo es muy probable que se presente “la iniciativa de privatización”, y aquí volveremos a estar (las mujeres por delante… ¿siguen los Emos?). López Obrador antes de terminar el discurso cita para el 25 de marzo.
¿Con qué vivas terminó?
¡Viva la Expropiación Petrolera!, ¡Viva el General Lázaro Cárdenas! y ¡Viva
México!”
¡¿Y Benito Juárez?!


Juárez nació un 21 de marzo.

 

Después nacieron el 22, el 23… ¡y muchos otros marzos! Entre éstos estuvieron, digamos que recientemente, el de 2005 –en la época álgida del proceso de desafuero en contra de López Obrador que culminó en abril- y el de 2006 –en el cual se desarrolló parte del proceso electoral del mismo año-.

 

En marzo de 2006 el candidato Andrés Manuel López Obrador encabezaba las preferencias electorales, pero posteriormente inició su declive como ave -no se llama Cuauhtémoc, así que en concreto águila no es- que cae. Después llegó el verano. Como es bien sabido, un ave de rapiña no hace verano: las cuentas -más que del IFE- del lopezobradorismo no uadraron.

 

No cuadraron y se entró en un círculo vicioso del cual algunos todavía no salen: son adictos al poder. Y a propósito de la cuadratura del círculo, ¿cuántos ilusos aún ven en Andrés Manuel López Obrador a un Benito Juárez o un Lázaro Cárdenas del Río?

 

3 Las siguió impulsando, tanto como Heberto Castillo. Quizá la única salvable, al hacer el balance, fue la de San Luis Potosí (1991). Pero aquí la alianza no fue con el PAN, sino con el navismo. Y al navismo tanto el PAN como el PRD lo traicionaron. Aquí sí. El PRD lopezobradorista fue en pleno desafuero en alianza con el PAN en Oaxaca (2005), llevando no a un navista como candidato, sino a un ex colaborador zedillista, Gabino Cué, actual senador de Convergencia… y colaborador con votos a favor de


Encinas en el proceso interno del PRD.


 
 
Todos los Columnistas