Hacen misa en honor de Padre asesinado   
              'Sacerdote por siempre, estarás siempre en nuestro corazón', decía una manta colocada a un lado del altar de la iglesia 
			 
                              Ricardo Rivera / Agencia Reforma    
            
            
          Los aplausos de alrededor de mil fieles retumbaron este  domingo en la iglesia de Nuestra Señora de Fátima, en memoria del párroco Julio  César Mendoza. 
           
          Jóvenes, niños y hasta personas en silla de ruedas  abarrotaron la parroquia para darle el último adiós al cura de manera  simbólica, ya que su cuerpo fue trasladado a Sonora para ser sepultado por sus  familiares. 
           
          Los cantos y porras de los asistentes hacían eco en cientos  que no alcanzaron a pasar al recinto, cuyas lágrimas se evaporaban rápidamente  por el quemante sol de las 12:00 horas. 
           
            'Sacerdote por siempre, estarás siempre en nuestro corazón',  decía una manta colocada hasta el frente, a un lado del altar principal, en la  que estaba una imagen de la   Virgen de Fátima y una foto del Padre Mendoza. 
          Con un nudo en la garganta, 15 integrantes del coro Génesis  no dejaban de tocar sus guitarras y entonaban a todo pulmón el Himno a la Alegría y El Aleluya,  entre otros cantos. 
           
  "Era como un amigo, con nosotros podía echar relajo,  era un niño grande, muy entregado, daba todo como Padre y como director (de la Escuela Tirso de  Molina)", comentó Juan de Dios Campos. 
           
            El joven recordó cómo hace 7 años, Mendoza fundó el  Movimiento Juvenil Mercedarios, en donde organizaba campamentos y actividades  para que los adolescentes se acercaran a la iglesia, en una casa de retiro de  Chalco Estado de México, así como en la Marquesa y los Dinamos. 
           
  "Sí hacía que te acercaras, porque muchos entramos obligados  por la familia, pero cuando ya entrabas te hacía ver todo esto menos aburrido,  daba pláticas dinámicas de reflexión sobre drogas, desde el punto de vista de  los jóvenes", comentó Mariel, otra de las integrantes del grupo. 
           
            Uno de los curas salió del templo, al momento de la comunión  para ofrecer las ostias consagradas a los creyentes. 
           
            A las 13:30 horas, cuatro cohetones explotaron en el cielo,  al tiempo que una peregrinación salía de la iglesia con una figura de San  Charbel, anunciando la conclusión de la ceremonia. 
           
            El pasado jueves el sacerdote Mendoza fue asesinado por un  hombre que se introdujo a su departamento y le pegó con una botella de vidrio  en la cabeza. 
           
            El crimen sucedió en el inmueble que se ubica a un lado de  la iglesia, en la calle Cajeme 10, Colonia Obregón de la Delegación Venustiano  Carranza.
            En tanto, las autoridades del templo se reservaron hablar sobre el tema  e indicaron que esperarán a que el caso sea resuelto por las autoridades.  
            
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