Friday, 19 de April de 2024

Matosas, corazón de León

Miércoles, 11 Diciembre 2013 02:58
Nació en Argentina pero uruguayo de amor incondicional y pasional por la celeste. El técnico de León y la paciencia de su directiva tienen a los esmeraldas vueltos fieras y peleando por el título con base en el buen futbol
  • Arturo Salgado Gudiño / 24 Horas



Cuestión de nacionalidad. Gustavo Matosas, si bien nació en Argentina, es un uruguayo de amor incondicional y pasional por la celeste. Un amante del futbol en el que el jugador sale a divertirse y por ende, la tribuna se derrite. Ignoramos si su paisano, el escritor Eduardo Galeano esté al tanto de las andanzas de Matosas con el León, porque si así es, seguramente corroboraría ese pensamiento en su Futbol a Sol y a Sombra, respecto a la concepción del deporte más popular del mundo: "por suerte todavía aparece en las canchas, aunque sea muy de vez en cuando, algún descarado carasucia que se sale del libreto y comete el disparate de gambetear a todo el equipo rival, y al juez, y al público de las tribunas, por el puro goce del cuerpo que se lanza a la prohibida aventura de la libertad".



Si bien Matosas hoy ya no juega, desde la banca sí maneja a un equipo descarado, una banda de carasucias, muchos de ellos sacados de la división de ascenso, que respondieron a la confianza de un técnico que supo amalgamar un equipo que lo mismo cuenta con chamacos como el Gullit Peña y Luis Montes, que experimentados de la talla de Rafael Márquez; todos con un mismo objetivo dar al León su sexto título de Primera División en la historia, y terminar con una sequía de prácticamente 21 años sin dicho merecimiento.



Matosas llegó al León en 2012 y le bastaron unos meses en los esmeraldas para regresarlos al máximo circuito, luego de vencer en la final por el Ascenso a Correcaminos. La directiva leonesa, en vez de volverse loca, y armar su equipo, ya en la Liga Mx, a golpe de talonario, le dio la confianza a Matosas para que continuara con el trabajo: los resultados, en su primer torneo calificó a la Liguilla hasta ser eliminado en Semifinales. No fue todo, Matosas también metió al León a la Copa Libertadores, aunque sucumbió a las primeras de cambio. Eso le costó no avanzar a la Liguilla del Clausura 2013.



Pero el León no se vino abajo. Otra vez hubo paciencia. Y el trabajo del uruguayo convirtió a sus huestes en un equipo que, igual de local o de visitante, su naturaleza es ir al frente. Y si no, preguntarle al Morelia y a Santos, damnificados y goleados durante las etapas de cuartos de final y semifinales de la presente fiesta grande.



Es Matosas un tipo que aprovecha las cosas de donde vengan. Así le mandaron a Carlos Peña y Luis Montes, desde Pachuca, donde ninguno de los hoy flamantes seleccionados nacionales había destacado; pero Matosas los pulió, exprimió y entregó a un equipo que juega un ballet sobre la cancha. Tanto que esos dos jugadores desechados, formaron parte del comando que rescató la eliminatoria mundialista para México y por Peña ya se apuntan para llevarlo a Europa.



Quizá por eso, el timonel uruguayo no ha ocupado los micrófonos para lanzarse a declarar contra el arbitraje que le espera al jugar ante el América. Matosas está más ocupado en la bacanal que partido a partido arman sus oncenas sobre el verde de cualquier estado de la República.



Cuestión de nacionalidad, no por lo exquisito del futbol uruguayo, pero sí cuando se habla de ser pasional. Eduardo Galeano, con todo el genio de su pluma quizá le llamaría descarado; Matosas simplemente trabaja sobre la cancha y sueña con regresar a los esmeraldas una época gloriosa que arrancó cuando le devolvió la categoría, no la de Primera Nacional, ni la de la vuelta a una final; sino la de ser una fiera loca e incontrolable cuando se trata de jugar.



 



 



 

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