Thursday, 25 de April de 2024


Réquiem por la expropiación petrolera




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Finalmente se consumó lo que era evidente. La madrugada de este miércoles, el Senado de la República aprobó la famosa Reforma Energética, que permite la participación de capital privado en PEMEX y CFE.

Fueron los legisladores del PRI, PAN y PVEM los que, entre risas, abrazos, cuchicheos, elogios y palmoteos, votaron a favor de una Reforma que va en contra de los intereses de los ciudadanos a los que “dicen representar” y del país al que “dicen defender”.

 

 

Así es, por más que lo nieguen, por más que se esmeren en justificar con tecnisismos y eufemismos lo que hicieron, por más que traten de buscar otro tipo de calificativos, y por más que les duela reconocerlo, l@s Senadors y Diputad@s que avalaron este Decreto, PRIVATIZARON (así, con todas sus letras) la empresa pública más importante del país, la que prácticamente sostiene (o sostenía) a la economía nacional.

 

 

Ya se ha discutido mucho, y por más debates que haya, ell@s jamás lo van a aceptar (porque al hacerlo estarían reconociendo que entregaron al país en bandeja de plata), pero basta con citar la definición de PRIVATIZACIÓN para demostrarles lo que hicieron: aprobaron que se transfirieran algunas actividades y activos del sector público al sector privado, y eso, señoras y señores legisladores, es PRIVATIZAR (aquí y en China).

 

 

Hoy ya no pueden sostener su discurso demagógico de que “el petróleo es y seguirá siendo de los mexicanos”, puesto que ahora también será de las empresas extranjeras. Hoy ya no pueden decir que “la riqueza de PEMEX es sólo para los mexicanos”, ya que ahora la tendremos que “compartir” con las empresas de fuera. O sea que, ahora seremos co-propietarios de nuestro petróleo y co-propietarios de nuestras utilidades, es decir, que tenemos una soberanía nacional “a medias”.

 

 

Hoy el país debe estar triste; hoy le abrimos nuevamente las puertas del país al gran capital norteamericano, a ese que busca siempre mayores privilegios, al capital voraz que nunca pierde, al que busca la expansión del imperio yankee, al que piensa que cada dólar invertido le da derecho de piso; a los grandes empresarios gringos que siempre tratan de influir en las decisiones políticas de México.

 

 

Ingenuos l@s legisladores que piensen las empresas extranjeras sólo invertirán en PEMEX y serán “respetuosos” de nuestra política interna, ¡falso! El poder económico genera poder político. Eso lo sabía muy bien Lázaro Cárdenas, por eso decidió acabar con los intereses de las grandes petroleras estadounidenses en nuestro país, para evitar que intentaran controlar su gobierno.

 

 

Por eso lamento mucho el voto de mis compañer@s de Partido, los priistas, porque echaron por la borda todo el esfuerzo de un Presidente nacionalista que, con determinación y valentía, se dispuso a fortalecer nuestra soberanía para inclinar un poco la balanza en nuestra relación (desventajosa) con E.U.

 

 

A lo largo de estos meses, muchos priistas demostraron que NO están hechos para los tiempos de la democracia, optaron por el respaldo institucional a la investidura presidencial, en vez de oponerse a una iniciativa que iba en contra de nuestra historia, de nuestros principios y de nuestra ideología. Con presentaciones de Power Point, y como si se tratase de productos Omni life, muchos priistas intentaban “vender” una Reforma que ni conocían, la respaldaron a ciegas, porque sin guion, y dejando a un lado el “argumento” de la institucionalidad, eran incapaces de sostener un debate para hablar de los “beneficios” de la Reforma.

 

 

¿Con qué cara ahora los priistas que respaldaron esta medida celebrarán el 18 de Marzo? ¿Cómo serán sus discursos? ¿Se atreverán a evocar la memoria de Lázaro Cárdenas, siendo que le dieron una puñalada a su legado?

 

 

No señores legisladores, no se confundan, no se traten de auto convencer, no hay nada que festejar, no aprobaron algo benéfico para el país, al contrario, hoy dimos un salto gigantezco al pasado. Hoy nos hicimos más chiquitos y el gigante se volverá más fuerte.

 

 

Lo que aprobaron no fue algo menor. Su pueblo está triste, como en una canción de Silvio, o un poema de Benedetti, porque nos pegaron en el alma y en la entraña. Ojalá que su nombre se nos olvide pronto, ojalá pase algo que borre de pronto esto que hicieron, ojalá que se les acabe la mirada constante, la palabra precisa y la sonrisa perfecta que mostraron al momento de votar en contra de México. Recuerden en lo sucesivo que, una cosa es morirse de dolor como estamos la mayoría de mexicanos, y otra cosa es morirse de vergüenza como seguramente se encuentran ustedes.

 

 

 

 

 

 

 

 

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