Tuesday, 07 de May de 2024


LEGITIMIDAD PERDIDA




Escrito por  José Zenteno
foto autor
La crisis económica en que vive la mayoría de familias mexicanas se agrava con la crisis de inseguridad que tampoco se detiene

Los números del presidente de la República no le sirven para enfrentar las elecciones de mitad de sexenio. El desacuerdo con la gestión de Enrique Peña Nieto va en aumento y parece que nada la detiene. En diciembre pasado el 42 por ciento de los poblanos de la capital manifestaban estar en desacuerdo total con el presidente y 20 por ciento expresaron un desacuerdo parcial, sumados alcanzan un total de 62 por ciento de desacuerdo. Apenas 5 semanas después volvimos a levantar otra encuesta y el desacuerdo total subió 10 puntos porcentuales, mientras que el parcial se redujo a 14 por ciento, en total un 66 por ciento de poblanos manifiesta estar en desacuerdo con la gestión de Peña Nieto.

La caída de 4 puntos puede explicarse por las dificultades económicas que siempre ocurren en la “cuesta de enero”, sin embargo las autoridades estatal y municipal mejoraron sus números en el mismo periodo. Así que no se trata de un fenómeno estacional ni transitorio, sino que es una tendencia preocupante que se observa a escala nacional. Esta situación pone en riesgo muchas cosas, desde el control de la Cámara de Diputados en el 2015 hasta la gobernabilidad del país.

Todos sabemos que la economía es el principal problema de los mexicanos y que este gobierno no ha hecho nada sino agravar la situación con medidas tan impopulares como absurdas. La impericia y falta de contacto con la realidad del equipo económico del gobierno ha conducido al país a un estado de recesión con inflación; no se crean los empleos, los salarios son miserables, los precios de los energéticos suben a pesar de lo que afirma la propaganda oficial, la canasta básica ha incrementado su precio muy por encima de la inflación y lo peor es que no se ve para cuando mejorará la situación.

La crisis económica en que vive la mayoría de familias mexicanas se agrava con la crisis de inseguridad que tampoco se detiene. A pesar de lo que afirman los números oficiales, es claro que la población percibe que la delincuencia va en aumento, solo que muchos delitos ya no se denuncian y por lo tanto se argumenta que la situación ha mejorado. Lo cierto es que la gente tiene conciencia de la relación entre mala economía y delincuencia, ya que gran parte de la incidencia delictiva como robos a casas, negocios, autopartes y asaltos en la calle son manifestaciones de la delincuencia común y no de la delincuencia organizada. Quizá la gente tenga razón y la situación de seguridad mejorará cuando la economía del país alcance para más.

Es así que a 14 meses de haber regresado a la presidencia de la República, el PRI tiene menos de la mitad de la intención de voto que el PAN en la capital de Puebla. Cualquiera pensaría que el partido que recientemente conquistó el poder debería estar en la parte de arriba de las preferencias ciudadanas, fuerte y preparado para enfrentar las elecciones intermedias. No es así. Además del entorno económico y social adverso, está un conjunto de reformas impopulares que el gobierno y las cámaras han materializado en franco desafío a la opinión pública.

Todo lo anterior ha llevado al gobierno a enfrentar una enorme crisis de legitimidad al interior del país. La respuesta ha sido la profusa difusión de manifestaciones de aprobación provenientes de extranjero, con ello se quiere hacer creer a los mexicanos que cuentan con un gobierno reconocido y respetado en el mundo.

Esta semana la portada de la revista TIME pone a Enrique Peña Nieto como el salvador de México. En días pasados el secretario de Hacienda recibió la distinción del mejor ministro de finanzas del 2013 y con ella una serie de entrevistas en medios especializados del mundo financiero internacional. Los presidentes de varios países han señalado al gobierno mexicano como un “ejemplo” por su capacidad de impulsar cambios. Las empresas calificadoras han hecho lo propio al incrementar el grado con el que califican la deuda mexicana y en general las finanzas del país. En el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, fue recibido Peña Nieto con beneplácito por sus “atinadas reformas estructurales”. En fin, un ambiente externo harto favorable para Peña Nieto que contrasta con el descrédito ante sus gobernados.

Hasta ahora la estrategia de venderle “espejitos extranjeros” a la gente no ha dado resultados. De nada sirve a las familias mexicanas que el señor presidente y sus ministros se paseen por el mundo como estrellas de cine, mientras las promesas de bienestar no tocan a las puertas de sus hogares.

 

Valora este artículo
(0 votos)
comments powered by Disqus