La inclusión de nuevos nombres nos trajo sorpresas inesperadas ya que Lalo Rivera y Martha Érika Alonso se colocaron rápidamente en la parte superior de la lista. Veamos los datos.
El “ranking” de conocimiento lo encabezan Tony Gali y Blanca Alcalá con 95 %, les siguen Eduardo Rivera con 88 % y Enrique Doger con 86 %. En un segundo grupo aparecen Martha Érika Alonso con 70 % y Jorge Aguilar Chedraui con 62 %. El tercer grupo lo conforman Juan Carlos Lastiri y CabalánMacari con 36 %, seguidos por Guillermo Deloya con 30 %. El único que mejora significativamente sus números de conocimiento es CabalánMacari, al pasar de 23 % a 36 % en el periodode diciembre a mayo.
La imagen de cada uno de los políticos evaluados comienza a describir sus posibilidades de competir en el mercado electoral del municipio de Puebla. Eduardo Rivera puntea la lista con 21 % de imagen positiva contra 24 % de negativa, y un balance de -3 puntos. Le sigue Martha Érika Alonso con 17 % de imagen positiva y 14 % de negativa, con el único balance positivo de 3.1 puntos. Tony Gali ocupa el tercer lugar con 17 % de imagen positiva y 25 % de negativa, con balance de -8.1 puntos. Blanca Alcalá obtiene 13 % de imagen positiva y 50 % de negativa con el peor balance de todos de -37 puntos, le sigue Enrique Doger con 10 % de positiva y 37 de negativa, y un balance de -27 puntos. Jorge Aguilar Chedraui alcanza 8 % de positiva y 17 % de negativa con un balance de -8.7 puntos.
La imagen de Tony Gali comienza a sufrir un desgaste entre los capitalinos, ya que en el periodo de diciembre a mayo casi duplicó sus negativos al pasar de 13 % a 25 %. Otro caso es el de Blanca Alcalá que no logra mejorar sus números en el municipio que gobernó y donde como candidata al Senado quedó en tercer lugar, ya que sus negativos pasaron de 36 % a 50 %. Al también ex presidente municipal Enrique Dogerle subieron sus negativos en 7%. Jorge Aguilar Chedraui se mantiene en el mismo rango de positivos y negativos.
El “ranking” de potencial de voto muestra el porcentaje de entrevistados que sí o que no votaría por cada político evaluado, en este caso para gobernador del estado. El indicador mide el peso electoral de los aspirantes por sí mismos, sin involucrar en forma explícita al partido al cual pertenecen. La lista también la encabeza Eduardo Rivera con 30 % que sí votaría por él para gobernador, le sigue Tony Gali con 27 %, Martha Érika Alonso con 18 %, Enrique Doger y Blanca Alcalá con 16 % cada uno, y Jorge Aguilar Chedraui con 12 %. En cuanto al potencial negativo (aquellos que no votarían por cada político evaluado), Blanca Alcalá alcanza 61 %, Enrique Doger 52 %, Tony Gali46 %, Eduardo Rivera 42 %, Martha Érika Alonso y Jorge Aguilar Chedraui empatados en 37 %.
La intención de voto para gobernador por partidos sigue siendo favorable al PAN en una proporción de 2 a 1, pues obtiene 31 % de las preferencia brutas, contra 16.5 % del PRI y 5.8 % del PRD. En un lejano cuarto lugar aparece MORENA con 1.2 % de menciones, pero supera al resto de partidos llamados pequeños. Como referencia, en diciembre de 2013 el PAN obtuvo 30.2 % de las preferencias contra 15.7 % del PRI, prácticamente igual que en mayo de 2014.
En cuanto a la identidad partidista los que se dicen identificados con el PAN alcanzan un 26.7 % de menciones, los identificados con el PRI 18.7 % y los del PRD 6 %. Los independientes que no se identifican con ningún partido sumaron 43.3 %. En este aspecto destaca que la batalla interna por la dirigencia nacional del PAN no tuvo un efecto significativo en sus niveles de identidad partidista en Puebla, ya que en diciembre el porcentaje de panistas era de 27.5 %, es decir, perdió menos de 1 %.
Faltan varios meses para la elección del 2016, tiempo en el que pueden ocurrir muchas cosas. Si bien Puebla representa poco menos del 30 % de la lista nominal estatal, hoy el PRI no es competitivo en la capital del estado y eso es una desventaja de cara a la elección de gobernador.
No todo está perdido, recordemos que en abril de 2010 el PRI todavía punteaba en las preferencias de los capitalinos, quienes terminaron dándoles un triunfo contundente a los candidatos de la coalición opositora solo 2 meses después. En la democracia ni la victoria ni la derrota son para siempre.
