Tuesday, 23 de April de 2024


Contra el bullying




Escrito por  Irma Sánchez
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Pese a que en los medios no fue “el notorrón”, hoy rescato el hecho ocurrido el viernes pasado cuando elementos de la Policía detuvieron a un adolescente afecto a molestar y violentar a sus compañeros.

Los hechos ocurrieron así y lamentablemente se dan en cualquier parte todos los días.

 

 

Un compañero de escuela, de 11 años de edad, jugaba en una de las maquinitas de la famosa tiendita de enfrente del plantel, cuando llegó “El terror” del colegio y comenzó a molestarlo con palabras, golpes y empujones.

 

 

La víctima pidió “ya deja de molestarme, hay más maquinitas”.

 

 

El agresor le contestó: pero quiero esta. Y lo empujó violentamente golpeándolo.

 

 

La víctima con discreción sacó su teléfono celular y le habló a su mamá, en tanto el victimario continuó agrediéndolo, burlándose de él.

 

 

La madre, lejos de ir a rescatar a su hijo, marcó el 066 y pidió auxilio.

 

 

De inmediato llegó una patrulla y mientras la víctima yacía en el piso, su agresor seguía burlándose coreando con sus seguidores denuestos.

 

 

Los uniformados acudieron de inmediato, sujetaron al agresor y lo remitieron al Ministerio Público, a donde fueron convocados sus padres a los que les advirtieron sobre la conducta del menor de 16 años, conminándolos a reivindicar la conducta de su hijo que es el terror del plantel donde estudia.

 

 

El hecho cobra importancia porque este tipo de casos de agresiones y bullying se dan en cualquier parte todos los días, haciendo efectivo aquello de que “el valiente vive mientras el cobarde quiere”.

 

 

Para este tipo de casos, en todas las escuelas hay carteles y avisos de que se debe de denunciar a los escolares violentos y agresivos afectos al condenado bullying; pero lamentablemente las cosas no cambian, el acoso se sigue haciendo desde los hogares hasta en las escuelas y nadie lo frena por temores mal entendidos que pueden alentar más agresiones.

 

 

Los reportes que se hacen a los maestros, no se han logrado erradicar y en los pasillos y los patios los mal llamados “poderosos” y “¡ay nanitas!” de las escuelas, prevalecen.

 

 

Por eso la importancia de la denuncia y los hechos expuestos a la Policía para capturar a uno de los que lo practican.

 

 

Esto debe de difundirse para animar a víctimas y espectadores del bullying a denunciarlo, con lo cual no sólo se defiende a la víctima, sino que se comenzará a trabajar en el verdadero control de la violencia estudiantil.

 

 

Al mismo tiempo, se podrá reivindicar la vida de quienes son afectos a molestar y agredir desde la infancia, lo cual si no es atendido oportunamente desde el seno familiar y con la asesoría de profesionales, puede dar paso a la formación de delincuentes con los consecuentes riesgos.

 

 

Por eso en este tipo de casos hay que insistir en la conveniencia de denunciar ante las autoridades para que procedan en contra de los agresores, reporten a las familias y se dé seguimiento sobre la conducta de niños y jóvenes violentos que hay que comenzar a atender por su bien futuro y la paz de toda su familia.

 

 

Aquí las autoridades sólo recuerdan que se educa con el ejemplo, y que para no formar seres violentos, hay que combatir la violencia desde el seno del hogar, y cuidar la higiene de las familias antes de que sea tarde y haya rejas de por medio.

 

 

 

 

 

 

 

 

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