La designación del ex diputado y ex líder magisterial Guillermo Aréchiga Santamaría como secretario de Gobernación ha sido considerada como un acierto. Aréchiga Santamaría, que en la Legislatura pasada fue presidente de la Junta de Coordinación Política, lo que en el pasado reciente era la Gran Comisión, es un político con sensibilidad, con oficio, dispuesto al diálogo y a la negociación. Hará sin duda un buen papel al frente de la Secretaría de Gobernación municipal y las juntas auxiliares recibirán un trato digno, respetuoso y justo, algo que con frecuencia les ha faltado.

Con un buen secretario de Gobernación, Gali puede estar seguro de que las problemáticas juntas auxiliares estarán tranquilas. Han sido problema porque los egocéntricos funcionarios municipales les dan poca importancia, las tratan mal, como seguramente los españoles trataron a los indios y en sociedades conservadoras como la poblana, hay muchas personas —principalmente entre los panistas— que todavía ven a esas demarcaciones como pueblos de indios, es decir, como mexicanos de segunda y poblanos de tercera.

La postración política, económica y social de las juntas auxiliares, no sólo en Puebla capital sino en todo el estado, se debe a la poca atención que los ayuntamientos ponen en la solución de los problemas que confrontan.

Se hace necesario que las juntas reciban el apoyo necesario para resolver sus carencias que son las básicas en todo conglomerado humano, educación, salud (incluye servicios de agua potable y drenaje) transporte digno y trabajo.

El ofrecimiento de Gali

Como es conocido el futuro alcalde, durante su campaña, hizo un ofrecimiento a las juntas auxiliares que todavía pueden considerarse como rurales, que podrían ser un detonante para sacar a miles de habitantes del desempleo y la marginación.

Dijo que daría apoyo a los pobladores dedicados a las labores del campo, para que obtuvieran el mayor provecho de sus tierras.

Pueden impulsarse proyectos productivos mediante la creación de pequeñas granjas avícolas, para producir huevo y carne. Granjas donde se criarán las llamadas especies menores que no sólo mejorarían la alimentación de los integrantes de esas comunidades, sino que permitirían a quienes viven en la ciudad, obtener alimentos frescos, naturales y a precio justo.

Crear huertos productores de hortalizas y verduras, apoyar a quienes tengan terreno suficiente para la producción de maíz y frijol, en fin, convertir a los habitantes de esas poblaciones que rodean a Puebla, en pequeños y medianos granjeros, sería un verdadero éxito, no sólo político, sino humanitario.

La inversión que en eso se hiciera redituaría innumerables beneficios para todos y se resolverían muchos problemas, sobre todo de pobreza extrema que ahora padecen miles de habitantes de todas las ciudades. Los pobres concentrados en las ciudades del país suman más de 60 por ciento del total de quienes están en extrema pobreza. La titular de Sedesol, Rosario Robles, acaba de señalar que sólo 36 por ciento de los mexicanos que viven en pobreza extrema, están fuera de las ciudades.

Los habitantes de las juntas auxiliares de esta capital de hecho viven dentro de la ciudad que cada día avanza más, es necesario rescatarlos para que vivan dignamente de su trabajo en actividades agropecuarias, antes de que la llamada mancha urbana se los coma y se dificulte más sacarlos de la marginación en que han vivido, pues lo suyo ha sido el campo y muchos no están preparados para afrontar las exigencias de una vida citadina.

Delfino Flores Melga sigue preso

Un anciano de 90 años, de oficio albañil y dedicado desde hace varias décadas al trabajo social y político para rescatar a los pobres de la marginación, está preso en el reclusorio de San Miguel desde hace cuatro meses.

Desde hace tiempo, él y sus compañeros de lucha ocupan terrenos federales en los alrededores de Puebla, para que en ellos familias de marginados construyan su casa y tengan un pequeño espacio para sembrar hortalizas. El ejemplo es la colonia Artículo Primero, por los rumbos de San Francisco Totimehuacán, creada por él.

Por lo general cuando se ocupa un terreno federal, le salen muchos dueños, pero como nunca pueden comprobar legalmente la propiedad, las autoridades federales acaban por cederlos para vivienda popular.

No es la primera vez que Delfino Flores Melga está en la cárcel. Lo estuvo en tiempos de Mariano Piña Olaya, que no sólo lo puso en libertad cuando se aclaró el problema, sino que lo hizo su amigo; estuvo en tiempos de Vicente Fox, cuyo gobierno también cedió ante los argumentos de Flores Melga y entregó los terrenos a los ocupantes, casi todos marginados. Es, pues, un luchador social.

A sus 90 años (su señora madre murió hace cinco o seis años a la edad de 103 años) sigue luchando y vuelve a la cárcel, pero a su edad y con los fríos que hacen, ya no es lo mismo.

Por eso mismo debería, si los terrenos que ocuparon sus compañeros de lucha son realmente propiedad privada —que al parecer no lo son— ser declarado prisionero en su domicilio particular, como lo fue el ex presidente Luis Echeverría.

Parece que ya les cayó el veinte a las autoridades judiciales y ya sólo falta que sus defensores entreguen algunas cartas de buena conducta. Cartas de buena conducta para un señor con casi un siglo de edad.

Notas breves: La senadora Lucero Saldaña Pérez, dio a conocer ayer en conferencia de prensa en céntrico restaurant, el informe del trabajo que ha realizado como representante de Puebla. Preside la Comisión de Relaciones Exteriores y organismos no gubernamentales… Tony Gali, el presidente electo de Puebla, saludó muy cordialmente al aspirante a la presidencia estatal del PRI, Jorge Alducín Morales, cuando salía del palacio municipal donde se reunió con Eduardo Rivera, actual presidente de Puebla. El priista que se andaba promocionando en el centro de la ciudad, lo esperó pacientemente una vez que se enteró de que estaba ahí, y salió a su encuentro. Ante los reporteros, Morales Alducín dijo que fue un encuentro casual, y pudo ser, pues él andaba trabajando su candidatura para dirigir su partido… ¿Sabe cuánto costaba el relojito que le robaron al señor secretario federal del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida? Oficialmente se dijo que 300 mil pesos, pero un columnista de la ciudad de México dice que el tipo y la marca del reloj del funcionario, se venden en joyerías de lujo de la capital del país en casi medio millón de pesos. ¿Cuántos salarios mínimos representa eso?