Una dependencia federal, la Comisión para la Regularización de la Tenencia de la Tierra, que en Puebla es representada por Alberto Jiménez Arroyo, es la encargada de la realización de este programa, que para tener éxito debe contar con el apoyo de los gobiernos municipal y estatal.
Tanto el gobernador Rafael Moreno Valle como el presidente municipal Antonio Gali están colaborando ampliamente con la Corett y es seguro, nos comenta el funcionario, que al finalizar el periodo del actual ayuntamiento se llegue a la meta de entregar 10 mil 162 títulos de propiedad a otros tantos poblanos jefes de familia, que habitan en 27 colonias de esta capital y municipios conurbados.
La primera entrega de 200 títulos se hará mañana en un acto en el que estarán el gobernador, el presidente municipal y el delegado de la Corett.
Esto será a las 10 horas en las instalaciones del Centro Integral de Servicios, en la zona de Angelópolis.
Los beneficios que este programa acarreará a Puebla, son numerosos, pues al dar certidumbre a los habitantes de colonias construidas en tierras ejidales o irregulares por diversas causas, adquirirán un patrimonio para ellos y sus familias, que les permitirán vender, obtener créditos hipotecarios y, sobre todo, contar con servicios que deberá proporcionarles la autoridad municipal.
Además, el ayuntamiento poblano y los de municipios conurbados verán aumentada su nómina de predial, lo que significará mayores ingresos para la realización de obras de beneficio colectivo. Evitará actos de corrupción, pues muchos vivales ya no podrán aprovecharse para exigir cuotas a vecinos asentados en tierras ejidales o no debidamente regularizadas. El trabajo para la regularización lo llevan a cabo las autoridades y están alertando a los habitantes de las zonas que están dentro del programa, que no se dejen sorprender y que denuncien cualquier intento de extorsión o pago de cuotas indebidas.
Nueva etapa del PRI poblano
Ayer, vísperas del 85 aniversario de la fundación del Partido Revolucionario Institucional, el partido más longevo de América Latina y el que mayor tiempo ha estado en el poder, tuvo un acto en Puebla para dar posesión a los delegados nacionales para el estado y para el municipio de esta capital.
La secretaria general del partido a nivel nacional, Ivonne Ortega, ex gobernadora de Yucatán, presentó ayer en un acto efectuado en el patio de la sede del comité municipal del PRI, a la senadora Angélica Araujo Lara, como delegada del comité nacional priista para el estado de Puebla y a Gabriel Barragán Cásares como delegada para el municipio de esta capital.
Ante la presencia del secretario regional, René Juárez Cisneros, ex gobernador de Guerrero y de la dirigencia estatal encabezada por Pablo Fernández del Campo, Ivonne Ortega dijo que la vida del priismo en Puebla empieza a construirse hoy.
Después de la estrepitosa derrota que el PRI sufrió en 2010 y que le hizo perder el gobierno poblano y los principales municipios de la entidad, el partido tricolor, que había sido el más fuerte y mejor organizado en la entidad durante casi ocho décadas, inició un proceso de decadencia que le hizo perder la elección presidencial de 2012, que ganó en la entidad el candidato del PRD, Andrés Manuel López Obrador; en 2013 en un proceso local para elegir nuevos diputados locales y nuevos ayuntamientos perdió los principales municipios de Puebla, incluyendo el de la capital. De los 217 municipios, solo se quedó con 83 medianos y pequeños. Sólo pudo recuperar Tehuacán, el segundo en importancia del estado.
Para el Congreso sólo pudo ganar tres diputaciones de mayoría y cinco de representación proporcional, quedando con una mínima representación, la más baja de su historia.
El surgimiento de grupos o tribus
Los descalabros electorales sufridos por él, en otros tiempos el todo poderoso PRI, debilitaron su estructura.
El debilitamiento se agudizó por la pésima estrategia utilizada en el último proceso electoral local, provocando el fraccionamiento del partido en pequeños grupos, semejantes a las tribus perredistas, que se enfrentan entre sí en la lucha interna por pescar algunas posiciones.
Tal vez por eso los priistas de la cúpula repiten y repiten la palabra unidad en sus discursos, tratando de convencer a sus militantes de unificarse para hacer frente a la oposición en los próximos comicios.
El problema es que, como ha ocurrido en el PRD, los pequeños grupos que se han formado se han ofendido mucho mediante chismes y rumores, y hasta en abiertas declaraciones de prensa, lo que hará más difícil su unificación. Pero no tienen otro camino si quieren recobrar algo de lo que perdieron.
Lo peor es que su estructura partidista ha quedado muy maltrecha y se requiere de mucho trabajo, de mucho esfuerzo, para recomponerla. Algo que tendrán que hacer forzosamente, pues no hay otra manera de “empezar a construir al PRI”, según dijo su secretaria general.
Una de las virtudes priistas que le dio fuerza y poder a lo largo de su historia, fue su disciplina. Esa se ha perdido. Los priistas, sobre todo los de grupos cupulares, andan como adolescentes, rebeldes sin causa, criticándolo todo y amenazando con irse a otro lado, si no se atienden sus reclamos.
Volver a las viejas virtudes partidistas no será fácil, pero se tiene que intentar, pues de lo contrario la nueva construcción que anunció doña Ivonne, no se va a llevar a cabo, sobre todo por su edad, 85 años ya pesan.
Y a propósito, hoy habrá un acto en el patio del edificio que ocupa el comité municipal del Revolucionario Institucional. Será por la celebración de su 85 cumpleaños. Como es lógico, habrá discursos, ofrenda floral ante el busto de su creador, el general Plutarco Elías Calles, pero también algo inusual en los partidos políticos en general y en el PRI en particular, se hará un reconocimiento a los viejos militantes que dejaron huella en su partido, a quienes fueron diputados, senadores o desempeñaron algún cargo público importante y además, participaron en la dirección del partido tricolor en alguna época.
Ese es un buen principio para iniciar la recomposición de un partido. Rendir honor a quien honor merece.
