Thursday, 25 de April de 2024


¿Tiene ideología política el PRI?




Escrito por  Gabriel Sánchez Andraca
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Ni en el acto realizado en Puebla para celebrar el 85 aniversario de la fundación del Partido Revolucionario Institucional, ni en el acto efectuado en la ciudad de México ante la presencia del presidente Peña Nieto, se dijo cuál es la ideología que sustenta el “nuevo PRI”.

 

Aquí en Puebla se hizo un reconocimiento, como le informamos ayer, a 12 priistas locales que se han distinguido por su trabajo partidista y su buen desempeño en los cargos políticos y administrativos que les ha tocado desempeñar. Pero fuera de hacer llamados a la unidad y de convocar a apoyar al Presidente de la República impulsando sus reformas, no hubo ninguna definición ideológica.

 

 

Bueno ni siquiera se mencionó, como se hacía antes, al movimiento revolucionario de 1910, ni a ninguno de sus próceres. Como si fuera algo que los priistas de la cúpula quisieran olvidar.

 

 

Escuchando el “nuevo” discurso priista, se da uno cuenta de que ese partido ya quedó sin ideología precisa: no es de izquierda, no es de derecha y aunque realmente nunca ha pertenecido a ninguna de esas dos corrientes, tampoco ya es un partido liberal progresista, porque en opinión de numerosos priistas y de académicos universitarios, las reformas laboral, educativa, energética y hacendaria están más inclinadas a la derecha.

 

 

Su discurso, el “nuevo”, es de vaguedades: debemos estar unidos, somos un partido abierto, no habrá revancha contra los que abandonaron la nave, debemos hacer del PRI un partido cercano a la gente, etcétera.

 

 

Para los mexicanos de los años cuarenta o cincuenta, el PRI es el partido que surgió de la Revolución de 1910, un partido heredero de la tradición liberal de Benito Juárez y de la lucha libertaria de Hidalgo, Morelos y Vicente Guerrero.

 

 

Un partido ligado a las clases populares de este país y comprometido con la lucha social, para lograr que todos los mexicanos tengan trabajo, un techo donde vivir, educación y eficientes servicios de salud. Un partido que luche por el establecimiento de un sistema en el que todos los mexicanos, por el sólo hecho de serlo, gocemos de las libertades y derechos que nos otorga la Constitución general del país, sin distingos de raza, religión o situación económica.

 

 

Mientras el PRI sostuvo esos principios, mientras estuvo ligado realmente a las clases campesinas, obreras y medias populares, se mantuvo en el poder por varias décadas. Su decadencia se inicia con la llegada de los jóvenes doctores egresados de las mejores universidades de los Estados Unidos, capitaneados por Carlos Salinas, quienes ignorantes de nuestro desarrollo histórico, pretendieron “modernizarnos” y nos llevaron a la dramática situación en la que nos encontramos.

 

 

La actuación de los tecnócratas fue tan mala que incluso los disciplinados priistas, sometidos siempre a la autoridad presidencial, tuvieron que rebelarse y en un congreso nacional de su partido, en tiempos de Ernesto Zedillo, dejaron claramente establecido que no querían en la Presidencia a un tecnócrata más.

 

 

Fue entonces cuando, para salvar su proyecto que era el que Estados Unidos nos había impuesto a través de la tecnocracia, se arregló todo para que el PAN, el partido representante de la derecha, arribara al poder, en una pretendida apertura democrática. Y llegó Fox y luego Calderón y este país se derrumbó.

 

 

Lo de “El Chapo”, lo de Michoacán, lo de Chihuahua, lo de Tamaulipas, Coahuila, Sinaloa, Guerrero, Morelos, etcétera, son consecuencia de tres décadas del abandono del proyecto nacional, de tres décadas del incremento de la corrupción, de tres décadas del abandono del campo, de tres décadas de una pésima política social. José López Portillo, que no fue precisamente un gran presidente, dijo: “yo fui el último presidente de la Revolución”.

 

 

El fue López Portillo el que dejó en la Presidencia a Miguel de la Madrid, que nunca había ocupado un cargo político, y cuando fue cuestionado por esto, el todavía presidente manifestó: “Miguel es un gran técnico y estoy seguro que llegará a ser un gran político”. El pronóstico lópezportillista no se cumplió.

 

 

Al inicio de esta semana, la OCDE, organismo internacional al que pertenecen 34 países del mundo desarrollado y en el que está México por obra y gracia de Carlos Salinas, cuando se imaginaba que nos había llevado al primer mundo, informó que México es el país de esa organización en el que su población vive en las peores condiciones.

 

 

Inseguridad, pobreza, bajos salarios, mala educación, corrupción, son los problemas que según ese club de países ricos, nos colocan a la cola. Ah, pero 70 por ciento de los mexicanos dijo estar satisfecho con su vida. Pues claro, tenemos a la virgencita de Guadalupe, que como dijera el ingeniero Eduardo García Suárez (ya fallecido), quiso quedarse entre nosotros.

 

 

Notas breves: hoy habrá un curso gratuito, organizado por el ICADEP del PRI, para los militantes que quieran tomarlo, sobre el tema: gobierno y estrategia digital. Interesante, ¿no? Los nuevos políticos deben conocer las nuevas tecnologías para combatir la pobreza, la ignorancia, la marginación, el desconocimiento ya casi total de nuestra Historia y qué mejor que con las nuevas herramientas que el “hombre blanco” ha puesto en nuestras manos… Marcela Lagarde es una mujer que ha luchado por la dignidad de su sexo en un pueblo de machos. Ha escrito libros, numerosos artículos periodísticos, ha dado conferencias y pláticas sobre el empoderamiento de la mujer en nuestro país y el reconocimiento de sus derechos humanos. Por eso, por la gran labor que ha hecho a favor de las mujeres, el Senado de la República le entregará hoy en sesión solemne y por primera vez, el reconocimiento que lleva por nombre Elvia Carrillo Puerto. Este premio quedará instituido y se otorgará cada año a mexicanas que hayan destacado en alguna actividad. Marcela Lagarde es actualmente catedrática e investigadora de la UNAM, pero fue hace algunos años catedrática de la BUAP y colaboradora de CAMBIO en los primeros años de este diario. Felicidades… Han empezado a circular rumores y chismes sobre el actuar del rector de la BUAP, Alfonso Esparza Ortiz. La verdad es que el empeñoso trabajo del rector para corregir lo que está mal y que hay que enderezar, está afectando algunos intereses y de ahí los ataques anónimos que se han venido esparciendo. Lo cierto es que los cambios que se han realizado y que según sabemos continuarán, han sido bien recibidos por la mayoría de maestros y estudiantes, que han sabido apreciar el trabajo que en forma discreta se están llevando a cabo… Carlos Navarrete, el ex senador perredista que aspira a dirigir nacionalmente a su partido, ha dicho que no se retirará de la contienda interna, es decir, que permanecerá en la lucha por la presidencia que dejará Jesús Zambrano, hasta el final. Apoyado por dos corrientes perredistas, entre ellas Nueva Izquierda, que es la que está en el poder, resiste las presiones de otras corrientes para que decline a favor de Cuauhtémoc Cárdenas, que no aceptaría ser candidato a menos que hubiera una total unidad en torno a él. Esto no quiere decir que las cosas se estén complicando en el partido del Sol Azteca, simplemente que siguen complicadas como siempre han estado.

 

 

 

 

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