Mañana jueves 13 de noviembre se aprobará el Presupuesto de Egresos de la Federación 2015 y los últimos minutos serán tensos por las peticiones de redistribución de recursos que realizan los coordinadores parlamentarios y los gobernadores con la Secretaría de Hacienda. Aunque el cabildeo ya no es visible, como era la romería de San Lázaro, Luis Videgaray y sus subsecretarios son las únicas puertas para la reasignación de fondos, máxime tratándose de un año electoral en el que el PRI, aliado a Nueva Alianza y al Verde, tratará de ganar la mayoría. Después de la obligada visita de Videgaray, el cabildeo realizado por el gobernador Moreno Valle y su secretario Roberto Moya puede considerarse feliz en términos generales: la barrera de los 70 mil millones será alcanzada, aunque eso no le quita el aspecto austero comparado con las reasignaciones de años anteriores.

El que el presupuesto federal para Puebla tenga un carácter marcadamente austero no es un mensaje para la administración morenovallista. Se trata, esencialmente, de una lógica política marcada por Luis Videgaray: abrir la puerta a numerosas reasignaciones provocaría una competencia entre los gobernadores, especialmente los del PRI, que reclaman recursos para enfrentar con éxito los comicios federales. En año electoral, ¿cómo se vería que uno de los principales beneficiarios fuera un mandatario emanado del PAN?

Videgaray, además, busca estirar la cobija presupuestal con el diseño original del PEF 2015 al que le fueron recortados 8 mil millones de pesos a causa de la caída en los precios del petróleo, pese a que este fue compensado con 595 mil millones como techo de la deuda pública, así como el gasolinazo extraordinario de 3 por ciento previsto para enero del próximo año.

Así que la respuesta que Videgaray ofrece a los numerosos peregrinos que se agolpan en su puerta es la misma: 2015 es un año para apretarse el cinturón y hay que acomodarse a las cantidades planteadas en el proyecto de presupuesto, sobre las que se respetará el incremento inflacionario. En corto, sin embargo, el titular de la SHCP sabe que tiene margen para realizar reasignaciones, sobre todo si el precio del petróleo se recupera, de tal forma que entonces podrá aplicar la máxima juarista de que a los amigos la gracia y a los enemigos, el presupuesto a secas.

Así, en el caso poblano, si el proyecto original marca alrededor de 66 mil 500 millones de pesos para el próximo año, aplicando el aumento inflacionario de alrededor del 4 o 5 por ciento, se estaría en posibilidad de llegar a los 69 o máximo 70 mil millones de pesos, justo la cifra que han manejado los diputados priistas José Luis Márquez o Carlos Sánchez.

Por cierto, este último fue censurado por sus compañeros de partido e incluso fue objeto de mofa, ya que sin consenso previo, ofreció al gobernador Moreno Valle y a Moya la posibilidad de que toda la fracción reuniera en una sola bolsa los 10 millones de pesos de los que cada uno dispone, de tal forma que consiguieran alrededor de 160 millones para aplicarse en la remodelación del estadio o en la construcción del tren turístico a Cholula.

Sus compañeros diputados, sin embargo, se rehusaron rotundamente e incluso se burlaron diciéndole que las amenazas de Eukid habían funcionado para que anduviera de “ofrecido”, haciendo referencia al episodio ocurrido en la crisis de Chalchihuapan, cuando en el restaurante Los Vitrales el coordinador de la fracción poblana sufrió la gritoniza del principal operador del morenovallismo.

Le negativa de los diputados del tricolor se debió a que hace un año se pactó una bolsa semejante, reunir los fondos de cada uno de los diputados e invertirlos en la construcción de la carretera a Tecali. Y aunque nunca fue aclarado el porqué, los recursos nunca llegaron a la Tesorería de la SFA y la carretera nunca fue licitada. Hace un mes se decidió que finalmente el proyecto recayera directamente en la delegación de Comunicaciones y Transportes, de tal forma que Raúl Salvador Aguirre Valencia será el encargado de repartirle las buenas noticias a los enojados diputados federales del PRI que las esperan con ansias desde hace un año.

Moreno Valle ni sufre ni se acongoja por la decisión de los priistas de no sumar sus recursos a los proyectos del Cuauhtémoc VIP o el tren turístico ya que tiene previsiones económicas para solventarlos. No en balde, de acuerdo al reporte trimestral emitido por SFA, el gobierno poblano tiene un superávit fiscal de 18 mil millones de pesos listos para soportar cualquier contingencia de fin de año, así como para cubrir los compromisos de pago de obra.

Al final, nadie debe olvidar que 2015 será un año electoral y que una elección de estructuras se gana con dinero. De tal forma que Videgaray busca tener el mayor margen posible para aplicar en los seis primeros meses con el objetivo de que el PRI y sus aliados conquisten la mayoría. Y ya después puede reponerse mediante asignaciones extraordinarias lo que se haya perdido en el proyecto original.