Tuesday, 07 de May de 2024


Cuatro historias de diputados que fueron y no fueron




Escrito por  Arturo Rueda
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Aceptó el reto de una diputación local y tras su contundente victoria inmediatamente se le vieron espolones de gallo para conducir la fracción panista. Algún nubarrón se atravesó y alguien quiso vender a la mujer que es muy leal. Pero el campeonato de lealtad se lo lleva Aguilar Chedraui: en bonanza, decandencia, prosperidad y tormentas. De los pocos, poquísimos. Que nadie lo olvide.

*** Decreto de inexistencia.Fernando Manzanilla Prieto culmina sus vacaciones en la India y se prepara para reaparecer el próximo 15 de enero en la vida pública de Puebla, cuando tomará protesta como diputado local pese a las varias presiones que hay sobre él para que, literalmente, abandone el estado. La suya es la historia de una ida y una vuelta: llegó a la Angelópolis a finales de los 90, de la mano de su amigo, compañero de ruta y hasta cuñado Rafael Moreno Valle. Después desistió de la actividad política y ya acomodado en sus empresas, en 2010 acudió al llamado de la historia: coordinó la campaña, el periodo de transición, diseñó gran parte del gobierno que iba a revolucionar Puebla, condujo el primer tramo desde la Secretaría General de Gobierno. Su futuro político era luminoso, pero algo se pudrió y casi nadie sabe qué.

 

 

Hoy pesa sobre él un Decreto de Desaparición: Manzanilla ni existe, ni existió, ni debe existir. Pese a ganar una curul como candidato plurinominal, la orden es tajante: si insiste en tomar protesta, debe ser tratado de forma infamante. Que quede claro que no será un diputado más, sino el último de la fila. Si se pudiera, ni asiento le darían.

 

 

Pero en política los decretos de inexistencia no funcionan: los que se creen muy vivos, a menudo ya pasaron a mejor vida, y los que se creen muertos de un día a otro vuelven a andar como Lázaro. Manzanilla no desea desatender ni a su familia, ni a sus empresas. Así que tomará protesta y luego…quién sabe.

 

 

*** Caminante no hay camino, se hace camino al andar.Muchos lo ambicionan, pocos lo consiguen: Víctor Giorgana hoy puede ser considerado, con todo derecho, como un personaje transexenal: brillo con Melquiades Morales, transitó al marinismo y luego formó una alianza con Blanca Alcalá. Peleó la alcaldía, nadie creía en él. Peleó la diputación del distrito XVI, primero con votos, luego con recursos jurídicos y abogados. Un recuento ordenado por el TEPJF lo hizo ganador por dos votitos.

 

 

Con la diputación en la mano y el reloj en los últimos segundos, se empleó a fondo por la coordinación de la minibancada. Todos daban por seguro a Pepe Chedraui, y así era, pero la coyuntura cambió: el PRI necesita en el Congreso a alguien que no se someta con docilidad al morenovallismo ni haga transacciones funestas. El largo oficio de Giorgana, heredero del “huachipower”, garantiza una bancada pequeña pero independiente a los dictados de Casa Puebla. El triunfo de la línea dura.

 

 

*** Más Leal que la mujer Leal.Pocos, muy pocos, son los que han acompañado a Moreno Valle en todo su proyecto político desde la etapa inicial del Grupo Finanzas. Todo significa día a día, mes a mes, año a año, de los últimos 14 años. Uno de ellos es Jorge Aguilar Chedraui, cuya composición química indica “morenovallista puro”. Disciplinado, atento lector de los estados de ánimo, fue un eficiente secretario de Salud y eso le dio boleto para pelear la alcaldía que finalmente se embolsó Tony Gali.

 

 

Aceptó el reto de una diputación local y tras su contundente victoria inmediatamente se le vieron espolones de gallo para conducir la fracción panista. Algún nubarrón se atravesó y alguien quiso vender a la mujer que es muy leal. Pero el campeonato de lealtad se lo lleva Aguilar Chedraui: en bonanza, decandencia, prosperidad y tormentas. De los pocos, poquísimos. Que nadie lo olvide.

 

 

*** La política es cruel.José Chedraui Budib perdió la candidatura a la alcaldía de Puebla en 2013 como una novatada a su ingreso en la vida política. Sus credenciales de amigo de Peña Nieto no fueron suficientes frente al posicionamiento de Enrique Agüera, aunque le dieron una plurinominal en compensación. Todo Puebla daba por hecho que sería el coordinador de la minibancada.

 

 

El empresario Chedraui recibió otra novatada. En esta ocasión fue del morenovallismo, quien lo utilizó en los últimos meses para llegar a personajes claves del gobierno federal, y por supuesto, al Presidente. Se convirtió en un puente eficiente entre Luis Miranda, subsecretario de Gobernación, y Luis Maldonado Venegas. Ayudó a destrabar varios asuntos. Trajo y llevó mensajes. Se convirtió en un aliado del régimen para demostrar que en el Congreso podrían transitar amigablemente.

 

 

Pero una mano avisa se atravesó e informó a César Camacho y a Ivonne Ortega de la cercanía creciente de Chedraui con el morenovallismo. “Se acercó tanto que se quemó”, les dijo. Esa mano lo inhabilitó para llegar a la coordinación. Si sospecha de ella, podría decirle que está en lo cierto.

 

 

 

 

 

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