Friday, 26 de April de 2024


El morenovallismo paga a los donantes de campaña en 2010 con el erario




Escrito por  Arturo Rueda
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No es la primera vez que al morenovallismo le explotan en la cara sus donantes de campaña. Ya ocurrió cuando se conoció que el famoso Leonardo Tiro Moranchel, preso por sus fraudes a miles de poblanos a través de Sitma, en 2006 apareció con una donación por 500 mil pesos a la campaña al Senado de…Rafael Moreno Valle. Aunque quiso negarlo, los nombres aparecieron en un reporte oficial del IFE.

El caso Oceanografía destapó la caja de Pandora que el morenovallismo había mantenido celosamente cerrada durante la primera mitad del sexenio: la lista de donantes que en 2010 aportaron recursos a la campaña de Rafael Moreno Valle y que luego, tras la victoria, han cobrado ampliamente su factura con contratos de obra pública, licitaciones y concesiones. De acuerdo con el periodista Raymundo Riva Palacio, el gobierno federal tiene confirmado que Amado Yáñez fue financiero de la megacoalición “Compromiso por Puebla”, tras lo cual recibió en condiciones ventajosas la autopista Audi, antes llamada Cuapiaxtla-Cuacnopalan. De acuerdo con Federico Berrueto, según escribió ayer en Milenio confirmando la especie, el nexo financiero es tan sólido para derrumbar las aspiraciones presidenciales del gobernador poblano.

 

 

De acuerdo con los personajes destacados de 2010, existen dos listas de donadores de campaña: la oficial presentada ante el Instituto Estatal Electoral por los líderes partidistas de la megacoalición “Compromiso por Puebla” en el proceso de fiscalización, y que tiene cifras y nombres insignificantes para poder cumplir los términos legales del financiamiento privado. Sorprendentemente, en el portal del IEE, ese listado ni siquiera está a disposición pese a que el proceso de fiscalización terminó desde 2011.

 

 

La otra lista es la importante: la del dinero por debajo del agua. Los compromisos impublicables por vergonzantes. Una lista con nombres y montos prácticamente secretos, y que solamente llegaron a conocer los miembros más cercanos del entonces candidato Moreno Valle. El acceso a esa lista, prácticamente, es un secreto de Estado, aunque las filtraciones comienzan a correr.

 

 

¿Quiénes tuvieron acceso a la lista real de donantes en ese 2010, que todavía se sigue pagando en 2014?

 

 

De entrada, en la campaña morenovallista había los que recaudaban y los que gastaban, con funciones muy bien diferenciadas. Entre los gastalones, lógicamente, se ubica al coordinador de la campaña Fernando Manzanilla Prieto, así como al de comunicación, Marcelo García Almaguer, por lo que parece difícil que ellos conocieran los nombres de los “donantes anónimos” gracias a los cuales podían pagarse los ejércitos electorales y espacios en medios de comunicación. Por tanto, habría que descartarlos.

 

 

Sin Manzanilla ni Marcelo solamente quedan tres o cuatro nombres.

 

 

En primera instancia, el papá del candidato y del hoy gobernador, Rafael Moreno Valle Suárez, que entre sus actividades en la gestión de fondos de inversión y la gran cantidad de conexiones que generó como presidente de la Fundación UNAM, fue uno de los promotores más entusiastas ante los hombres del capital en México, especialmente en el sector de la construcción.

 

 

Luego, quien sin nombramiento ejerció de tesorera de la campaña, quien registraba entradas y salidas de dinero con mano draconiana y se hacía responsable del rendimiento de los recursos, así como pago a los operadores de todo el estado. Nada más y nada menos que Martha Erika Alonso, esposa del ahora gobernador.

 

 

En tercer lugar, designado desde 2013 como delfín sexenal, Zavalán Macari Álvaro era el dirigente estatal de Nueva Alianza y nexo con varios grupos empresariales como el de su primo Jorge Kahwagi Macari. De hecho, Zavalán llegó a Puebla en los años 90 a administrar los verificentros que su primo había conseguido gracias a las excelentes relaciones empresariales de su papá.

No en balde Zavalán despachó en el primer tramo del trienio en la Secretaría de Administración, desde donde se operaron todas las licitaciones, adjudicaciones directas, así como las compras gubernamentales. Muchas cosas pasaron por sus manos, y en muchas saldrá embarrado.

 

 

Por supuesto, no podemos olvidarnos del nexo financiero con Elba Esther Gordillo. Aunque “La Maestra” ha caído en desgracia, no debe pasarse por alto que en 2010 fue la causa eficiente de que muchos intereses económicos se acercaran a la prometedora campaña morenovallista a través de su hija Mónica Arriola, profundamente resentida ahora con todos los que se decían “en deuda eterna” con su mamá. No puede descartarse que desde ahí provengan filtraciones, pues la misma senadora por Nueva Alianza ha amenazado en corto con hacer revelaciones de los beneficiarios del poder de Gordillo Morales.

 

 

Por último, el nexo con los pocos empresarios locales que se atrevieron a la recaudación de fondos tuvieron un interlocutor único en Pablo Rodríguez Regordosa, aunque en su caso quedó mal con varios de los donantes a los que no pudo conseguir obras ni licitaciones relevantes.

 

 

La lista de donantes a la campaña morenovallista es quizá el secreto mejor guardado del régimen que, nunca, formalmente consolidó un Comité de Financiamiento con empresarios poblanos distinguidos ya que, en su mayoría, se la jugaron con Javier López Zavala. En ese 2010, previo a la campaña y en los días más intensos, el núcleo central del candidato afirmaba que “eran empresarios nacionales los que aportaban la mayor parte de los recursos, ya que los poblanos ni tienen dinero y hacen compromisos muy caros”.

 

 

No es la primera vez que al morenovallismo le explotan en la cara sus donantes de campaña. Ya ocurrió cuando se conoció que el famoso Leonardo Tiro Moranchel, preso por sus fraudes a miles de poblanos a través de Sitma, en 2006 apareció con una donación por 500 mil pesos a la campaña al Senado de…Rafael Moreno Valle. Aunque quiso negarlo, los nombres aparecieron en un reporte oficial del Instituto Federal Electoral junto con otros nombres que pronto iremos recuperando.

 

 

La corrupción de cuello blanco del morenovallismo empieza a escribirse.

 

 

 

 

 

 

 

 

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