Canibalismo panista, capítulo dos. El alcalde Antonio Gali Fayad, la figura política del momento, sufre un traspié más que humano en el discurso de apertura del mitin de campaña de Gustavo Madero en Puebla. Inmediatamente, la batería tuitera de #CorderOliva desata una jauría en las redes sociales con memes, burlas y escarnio injusto hacia la figura del presidente municipal. La policía morenovallista del Twitter ubica como jefe de la pandilla al tuitstar Javier Lozano Alarcón. Bajo el lema mosquetero de “uno para todos y todos para uno”, se prepara la respuesta. Gali exhibe un audio en el que Ernesto Cordero habla del “pequeño priista que todos llevamos dentro”. De golpe y porrazo, sin haberse afiliado al PAN, el alcalde de Puebla ya es parte de la rebambaramba albiazul.

Vaya descomposición. Hace un año, en las elecciones locales de 2013, toda era armonía. Hoy son una familia disfuncional que quieren arreglar todo a navajazos. Alrededor del proyecto de Antonio Gali se ubicaban tres personajes que hoy están confrontados con el régimen a partir de la contienda interna. Fernando Manzanilla Prieto era el coordinador de campaña, Javier Lozano Alarcón y Max Cortázar eran sus eficientes voceros en contra del PRI y Enrique Agüera. Hoy usan sus talentos para denostar a los maderistas, dentro de los que se encuentran los morenovallistas, y por supuesto, Tony Gali.

Desde su posición de tuitstar, Lozano Alarcón hace rounds de sombra y tira jabs contundentes. Lo mismo se burla de Lalo Rivera por subirse al barco maderista, se bate a duelo con Rafael Micalco, provoca a las buenas conciencias como Marisa Ortiz por subirse al templete —¿tú también?—. No los remata, pero los exhibe. Con eso le basta para exhibir su bravuconería.

Max Cortázar, en su calidad de ex director de Comunicación Social de Presidencia, junto con Ale Sota, todos los días cobra favores a medios de comunicación y periodistas que bebieron de su mano durante un sexenio. Aunque el audio corderista de “el pequeño priista que todos llevamos dentro” amenaza con convertirse en escándalo nacional, Cortázar y Ale Sota cobran algunos favores y al final solamente aparece en los portales nacionales de Proceso y SDP noticias.

El alcalde Gali ha cobrado la afrenta, y devolviendo el golpe demuestra que no es un payaso de las cachetadas del que puedan mofarse. Hombre de buena fe, como casi todos, cuando lo buscan lo encuentran. Ahora, por más amigo personal que pueda considerarse de Manzanilla, Cortázar o Lozano, la lógica política lo hará operar contra ellos, así como éstos contra él. La contienda interna no lleva ni una semana y los navajazos empiezan a desatarse. Pasa hasta en las mejores familias.

Cuando todavía faltan larguísimas ocho semanas de la contienda interna panista, hoy muchos dudan de la conveniencia de abrir a voto universal de la militancia. Acción Nacional nunca fue un partido de masas, sino de cuadros ilustrados que apostaban a la transformación democrática del país, aunque fuera a largo plazo. Y tuvieron razón, aunque a la hora de ejercer el poder fueron poco estratégicos, además del pequeño priista que todos llevamos dentro los hizo proclives a la corrupción.

El error de Gali en el discurso de apertura de mitin tuvo relevancia por el contexto en el que se desarrolla la interna panista, pues el eje de las acusaciones es qué tanto corazón priista tiene Gustavo Madero. Lo que pudo ser una anécdota que provocara risa, terminó siendo un argumento con el que la pandilla tuitera se dio vuelo a costas de una campaña injusta hacia el alcalde. Lo buscaron, lo encontraron. Pecado lavado.

¿Quién da el siguiente navajazo?

**** La visita folklórica al Senado.Turistas en las propias instituciones de su país, boquiabiertos por conocer la exquisitez con la que viven los senadores, una troupe de periodista y dueños de medios de comunicación asistieron a la sede de la Cámara baja a invitación de Blanca Alcalá, quien encontró en el centenario de Octavio Paz un pretexto para continuar su campaña a la gubernatura.

En la troupe hubo de dulce, de chile y de manteca, pero sobre todo llamó la atención la presencia de periodistas y dueños de medios que hasta hace poco estaban totalmente identificados con el régimen morenovallista, pero en la medida en que se acerca la mini-sucesión de 2016, empiezan a buscar acomodo. Entre ellos Armando Prida Huerta, Coral Castillo de Cañedo, Mario Alberto Mejía, Antonio Grajales Farías, Iván Mercado y hasta Fabián Gómez.

El momento chusco de la tarde se lo llevó el dueño de Síntesis quien, en plena comilona, le ofreció a Alcalá todas las facilidades de su imprenta para los proyectos culturales de la senadora. La minigubernatura bien vale una visita folklórica al Senado.

A la hora buena del homenaje a Octavio Paz, el único periodista poblano que quedaba era el bate de Huauchinango, Mario Alberto Mejía, admirador sempiterno del autor de Piedra de Sol y único poblano auténticamente interesado en el libro presentado, lo cual demuestra que los demás periodistas y dueños de medios fueron a la Cámara baja a buscar otra cosa y que no fue el amor al arte.