Thursday, 25 de April de 2024


Los parecidos entre Israel Pacheco y Elba Esther




Escrito por  Arturo Rueda
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Enrique Agüera perdió la alcaldía, e Israel Pacheco Velázquez perdió doblemente: primero porque se equivocó de candidato, y luego porque traicionó la mesa en la que había hecho promesas. Si la primera se la podían, la segunda no. Desde entonces, el líder sindical da tumbos. Buscó el perdón del dogerismo, pero le dieron con la puerta en las narices. Creyó que el árbol agüerista podía protegerlo, pero tras la derrota, el ex rector se fue a un retiro apacible

En su búsqueda de apoyos políticos para mantener su oprobioso liderazgo vitalicio al frente de la burocracia municipal, Israel Pacheco Velázquez da palos de ciego desde que se equivocó de candidato en la contienda por la alcaldía de 2013. Mejor dicho, en vez de equivocarse, traicionó al grupo con el que había pactado su apoyo. Su última alianza, según se reveló ayer en la votación del cabildo para designar al presidente del Tribunal de Arbitraje Municipal, es con la senadora Blanca Alcalá, quien a través del voto en contra de su hija Karina Romero Alcalá —el único, pues la fracción priista liderada por Iván Galindo se sumó a la propuesta del gobierno municipal—, dejó en claro que el líder sindical se ha echado en sus brazos para salvarse de la furia conjunta del morenovallismo y del tonygalicismo. Difícil tarea.

 

 

Blanca Alcalá no es el primer punto de apoyo al que recurre Israel Pacheco. Criatura creado por el alcalde Mario Marín, se refugió en los brazos de Enrique Doger a partir de 2004, grupo del que fue expulsado en 2013 cuando se descubrió su doble negociación: lo mismo se había sentado a vender a sus 3 mil agremiados con Enrique Agüera Ibáñez que con Antonio Gali Fayad sin pensar en las consecuencias de traicionar a uno u otro. Para amarrarse aún más, pidió el sacrificio del entonces candidato a regidor Iván Galindo, a lo que el dogerismo se negó, lo que acabó de consumar la ruptura. En los días finales de la campaña, se postró a los pies del ex rector de la BUAP pese a que las encuestas marcaban una diferencia de 10 puntos. Según los propios priistas, 5 millones de poderosas razones inclinaron la balanza del líder sindical.

 

 

Pero Enrique Agüera perdió la alcaldía, e Israel Pacheco Velázquez perdió doblemente: primero porque se equivocó de candidato, y luego porque traicionó la mesa en la que había hecho promesas. Si la primera se la podían, la segunda no. Desde entonces, el líder sindical da tumbos. Buscó el perdón del dogerismo, pero le dieron con la puerta en las narices. Creyó que el árbol agüerista podía protegerlo, pero tras la derrota, el ex rector se fue a un retiro apacible, desde donde agraviara lo menos posible. El líder de los burócratas municipales no encontró protección.

 

 

En plena desesperación, Pacheco Velázquez incluso acudió a Pablo Fernández del Campo a venderle la idea de crear un frente de sindicatos en los ayuntamientos gobernados por el morenovallismo, pero que respondieran al tricolor. El ridiculizado dirigente estatal del tricolor le compró la idea durante unas semanas, pero después se acordó de que tenía una plurinominal en las manos y dejó de interesarle organizar tal frente de resistencia.

 

 

En la calle de la amargura, Israel Pacheco Velázquez terminó cobijado por la alcaldesa que aborreció durante el trienio que compartieron, y a la que siempre acusó de no tener la palabra. La alianza quedó evidenciada ayer cuando la fracción de regidores del tricolor se sumó a la propuesta del alcalde Gali para designar al presidente del Tribunal de Arbitraje. La única regidora que rompió la disciplina fue Karina Romero Alcalá, quien hasta el último momento pugnó por el derecho del sindicato para nombrar al presidente del órgano en consenso con el representante patronal, es decir, el presidente municipal. Pero también ahí se equivocó la senadora a través de interpósita persona de su hija.

 

 

Una vez más, el dirigente sindical rompió su palabra. A través del síndico Héctor Sánchez, con Iván Galindo como testigo de honor, Pacheco Velázquez ya había pactado la integración del Tribunal laboral del municipio, pues su única exigencia era retirar del puesto a Mónica Arroyo, a quien acusó de servir a los intereses del gobierno lalista a lo largo del trienio. El alcalde Gali autorizó tal negociación, e incluso el sábado pasado todo estaba previsto para darle forma al acuerdo. Pero fiel a su estilo, Pacheco rompió unilateralmente la negociación: ni llegó ni contestó teléfonos. Incluso dejó colgado a su abogado Lauro Sánchez, quien de plano ya renunció a la defensa luego de ser burlado por enésima veces por los juegos traicioneros de Israel.

 

 

Dos golpes mortales recibió Pacheco Velázquez en su lunes negro: ya enfrenta un sindicato alterno que se creó en los últimos días de Lalo Rivera, y además no tiene mayoría en el Tribunal de Arbitraje, por lo que es previsible que perderá todos los casos habidos y por haber en los próximos cuatro años. Entonces nadie duda que haya una migración lenta de los trabajadores del Ayuntamiento hacia un sindicato que sí pueda defender sus intereses, y no tenga el estigma del PRI, de los 5 millones de poderosas razones que lo hicieron inclinarse por Enrique Agüera.

 

 

Todavía ayer en sesión extraordinaria Israel Pacheco se volvió a dar el lujo de despotricar en contra del gobernador Moreno Valle y del alcalde Gali. Dijo a sus agremiados que se irá cuando él quiera, pero no cuando lo pida el mandatario estatal. Que va a ganar el caso de las 400 bases, y en 23 días doblará al gobierno municipal cuando estalle la huelga del Organismo de Limpia.

 

 

Hay días en que Israel Pacheco Velázquez se parece tanto a Elba Esther Gordillo: está a un paso del abismo y ha decidido dar un paso adelante. Hay quienes no escuchan el sonido del cadalso.

 

 

 

 

 

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