Saturday, 20 de April de 2024


Sí, Calibre 50 y El Komander son unos criminales y no deben actuar en el Palenque




Escrito por  Arturo Rueda
foto autor
¿En qué se diferencian Los Tigres del Norte con Calibre 50 y El Komander? ¿Por qué a unos se les permite actuar en el Complejo Cultural Universitario y a los otros, obligadamente, les cancelan sus actuaciones en el Palenque? ¿No todos ellos provienen de una “narcocultura” que idolatra a los capos, las armas y el dinero?

Nunca en la vida he escuchado a Calibre 50. Tampoco a El Komander. No sé en qué género se encuadra su música. Solamente por sus nombres, jamás en la vida me hubiera planteado bajar alguna de sus canciones o comprar alguno de sus discos. Pero a partir de que la empresa Gane Gallística del Noreste —por “sugerencia” del gobierno morenovallista— decidió bajarlos de la cartelera del Palenque de la Feria donde actuarían el 13 de abril y el 1 de mayo, indudablemente se hicieron más famosos. Sucede así con la censura: el morbo de la prohibición despierta la curiosidad y el apetito por consumir lo prohibido. Es un mecanismo ancestral de la humanidad: prohibir algo es alimentar el deseo secreto para consumirlo.

 

 

El morbo de la censura me llevó a escuchar a Calibre 50 y a El Komander. Seguramente hoy son más famosos de lo que eran, tanto que la empresa Gane Gallística del Norte tenía contemplado lleno en el Palenque. Se les acusa de que ambos grupos hacen apología del delito. Sus videos están llenos de armas y balaceras. Sus canciones en estilo banda norteña no son más que una derivación de aquello que comenzó hace muchos años, el fenómeno de los “narcocorridos”, inaugurado por los famosísimos Tigres del Norte y su “Camelia La Texana”.

 

 

Calibre 50, El Komander y los propios Tigres del Norte son parte de la “narcocultura” que domina el norte del país, pero que también ha permeado en lugares supuestamente ajenos a la guerra de cárteles como Puebla. Hace apenas unas semanas a Los Tigres del Norte se les dio el privilegio de tocar con la Orquesta Sinfónica de la BUAP en funciones ampliamente publicitadas y que tuvieron gran éxito, pues el Complejo Cultura Universitario se llenó a tope. Este grupo que dio origen a los “narcocorridos” le dedicó una de sus canciones emblemáticas, “El Jefe de Jefes”, al temido capo Amado Carrillo Fuentes.

 

 

¿En qué se diferencian Los Tigres del Norte con Calibre 50 y El Komander?¿Por qué a unos se les permite actuar en el Complejo Cultural Universitario y a los otros, obligadamente, les cancelan sus actuaciones en el Palenque? ¿No todos ellos provienen de una “narcocultura” que idolatra a los capos, las armas y el dinero?

 

 

Es lo malo de la censura: trazar la línea entre lo permitido y lo prohibido, entre aquello que es entretenimiento sano y aquello que es apología del delito, es extremadamente difícil. A este paso, el gobierno morenovallista debería pedir a todas las librerías de Puebla que retiren la venta La reina del Sur del inigualable Arturo Pérez Reverte. O apersonarse en todos los Sanborns, Mix Up y Tower Récords a decomisar todas las series de El cártel de los sapos, El patrón del mal y demás programas que hacen apología del delito.

 

 

Ya metidos en la función de censurar, también podrían retirar la venta de la excelente serie Breaking Bad, multipremiada en los Globos de Oro por sus actuaciones y guión. ¿Acaso el trayecto oscuro del profesor de química Walter White que culmina transformándose en el temido capo Heisenberg, no es otra apología del delito? ¿Utilizar los conocimientos de química para producir la metanfetamina más pura jamás creada?

 

 

No será que El Komander, Calibre 50, Los Tigres del Norte, El cártel de los sapos, La reina del Sur y hasta Breaking Bad revelan una realidad que existe, que en apariencia es distante para los poblanos, pero que está más cerca de lo imaginado como revela el periodista italiano Roberto Saviano en su reciente libro CeroCeroCero, ya que si el petróleo es el combustible de las industrias, la cocaína es el combustible de los cuerpos.

 

 

¿Cuántos empresarios, periodistas, políticos, gobernantes, socialités, funcionarios y anexas son adictos a la coca? ¿Cuántos en Puebla la utilizan como combustible para sus negocios, conspiraciones, fiestas, columnas, borracheras y anexas? ¿En verdad alguien en esta sociedad cocainómana puede censurar a Calibre 50 y a El Komander?

 

 

Pero la censura triunfó. Tras cancelarles sus actuaciones en el Palenque, tuve que buscar sus videos en You Tube. En efecto, algunos son apologías abiertas del narcotráfico. Como “La mafia se sienta en la silla” de El Komander o “Escuela del Virus Ántrax” de Calibre 50. Sus videos están llenos de armas, cuernos de chivo, balaceras, coches lujosos, cocaína y mujeronas. Nada que no puede verse en la programación normal de la televisión o en el mismo You Tube.

 

 

En algo tiene razón el gobierno morenovallista: Calibre 50 y El Komander son unos criminales, y por eso, no deben actuar en el Palenque de la Feria de Puebla. Su música es horrorosa y horripilante. En cualquier caso, la culpa es del funcionario que revisó la lista de cantantes y grupos que iban a actuar en la Feria y pasó por alto que se habían colado “apologistas del crimen”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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