Existe la creencia de que Porfirio Díaz movió la fecha del grito para hacerla coincidir con su cumpleaños, ya que el primer grito fue en realidad cerca de las 2 am del 16 de septiembre de 1810. Sin embargo, desde 1840 –cuando el general tenía 10 años- la fiesta cívica ya empezaba el día 15 con serenata, fuegos artificiales y más.
Hidalgo no tocó la campana
Al contrario de lo que la mayoría creíamos, el que en realidad tocó la campana fue José Galván, un hombre que fungía como campanero de la parroquia.
¿Quién trasladó la campana?
Fue Porfirio Díaz quien ordenó en 1896 el traslado de la campana con la que se dio el grito original. Por lo que pasó de la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores en Dolores Hidalgo, Guanajuato, hacia el Palacio Nacional en el Centro Histórico de la Ciudad de México, para que todo mexicano la viera y venerara.
Las últimas palabras de Hidalgo
Según un manuscrito citado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) estas fueron las últimas palabras de Hidalgo antes de ser fusilado: “No me tengas lástima, sé que es mi último día, mi última comida y por eso tengo que disfrutarla; mañana ya no estaré aquí; creo que eso es lo mejor, ya estoy viejo y pronto mis achaques se van a comenzar a manifestar, prefiero morir así que en una cama de hospital”.
La barragana, una desconocida heroína
Seguramente no has escuchado de Juana Barragán, quien armó un grupo de campesinos y se unió a las tropas de Morelos, desde entonces se dice, nunca volvió a vestirse de mujer. Llegó a comandar un numeroso grupo de insurgentes con el grado de capitana y fue fusilada en 1815. Actualmente “La Intrépida Barragana” da nombre a una de las calles de Cuautla, en Morelos.