El Congreso cerró ayer el último periodo ordinario de sesiones con un rezago de más de 25 leyes y reformas relevantes entre las que destacan el paquete en materia de seguridad que envió el presidente Enrique Peña Nieto, y que incluye la desaparición de municipios en casos de infiltración del crimen organizado, además de la reforma política del DF.
El Senado de la República es quien muestra un mayor estancamiento, como es la iniciativa para reformar la Ley General de Hidrocarburos que castiga con penas más severas el robo de combustible, ello debido a que tanto los senadores como los diputados no se han puesto de acuerdo sobre qué minuta deben procesar.
También se quedaron en comisiones la reforma a la Ley de Ahorro y Crédito Popular con lo cual se daría una solución a los ahorradores defraudados por la sociedad financiera de inversión popular Ficrea.
Además se aplazó la discusión de la Ley del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) que le da autonomía a ese organismo, así como la ley de la Fiscalía General de la República, que ya fueron aprobadas por diputados.
En la “congeladora” legislativa también se quedaron la minuta enviada por San Lázaro para la expedición de una nueva Ley de Juegos y Sorteos, pues de acuerdo con los legisladores no entró entre las prioridades legislativas definidas en abril pasado.
Así como también la expedición de la Ley reglamentaria del artículo 33 de la constitución referente al derecho de audiencia para extranjeros; la Ley General de Derecho de Réplica; Ley que reforma la Propaganda Gubernamental; reformas en materia de Pensión Universal y Seguro de Desempleo, la eliminación del Fuero, entre otros.
Para septiembre, que inicia la siguiente legislatura, heredaron la minuta aprobada por San Lázaro de la Ley General de Obras Públicas y la minuta a la Ley de Minas que prohíbe los tiros verticales de minas.
San Lázaro no camina
Pese a las 29 reformas constitucionales y las 43 leyes aprobadas, ayer los integrantes de la Cámara de Diputados concluyeron prácticamente la 62 Legislatura, a la cual asistían alrededor de 350 a 380 legisladores. En tres años ellos disfrutaron de varios puentes, no obstante dejan rezagos legislativos.
Entre los pendientes sobresalen la reforma política del Distrito Federal, la Ley General de Aguas; modificaciones a la Ley de Consulta Popular; la aprobación de una nueva Ley General de Propaganda Gubernamental reglamentaria por el artículo 134 constitucional.
Sin recordar los pendientes, los diputados ayer no dejaron pasar la oportunidad de prodigarse abrazos, regalarse flores y tomarse la foto del recuerdo, pues ellos ya no volverán a San Lázaro, a menos que abran un periodo extraordinario de sesiones.
Entre la lista de dictámenes irresueltos, se pueden encontrar la reforma constitucional para incluir el referéndum, plebiscito y revocación del mandato; establecer horarios para los cuerpos de seguridad en el país; el Código de Ética de los diputados y la Ley secundaria que regula los salarios mínimos, a fin de que nadie gané más que el Presidente de la República.
“Sirva esta tribuna siempre para escuchar a los diferentes. Más allá de los gritos, más allá del hartazgo, más allá de los chiflidos y de las diferencias, la Cámara de Diputados es la representación plural del poder público y que sea ésta la tribuna donde tengamos la paciencia y la decencia de construir en la diferencia. Muchas gracias a todos ustedes, los llevo en el corazón”, afirmó ayer la diputada Lilia Aguilar (PT).