Wednesday, 01 de May de 2024

Martes, 31 Marzo 2015 00:36

De la agenda de un arzobispo




Written by  Irma Sánchez

“Soy un jubilado sin prerrogativas, sin chofer, sin secretaria” fue la respuesta de don Rosendo Huesca Pacheco a la insistente propuesta de una señora para que haga un libro sobre las anécdotas del día a día a lo largo de los 30 años al frente de la arquidiócesis de Puebla.


El séptimo arzobispo de la Angelópolis hoy, a sus 83 años, convertido por los cánones de la Iglesia católica en el arzobispo emérito de Puebla, en un diálogo informal en el que platicó de todo y con sabor a una sobremesa, recordó algunos de los entretelones de varios capítulos de la historia que le tocó hacer a partir del 22 de noviembre de 1977 justo para preparar la celebración de la tercera conferencia del Episcopado Latinoamericano y la visita de Juan Pablo Segundo.

 

Organizar la recepción y visita de un papa y ser el anfitrión a la vez de 300 obispos y a lo largo de seis semanas representó el más alto reto para la Iglesia católica, para el gobierno de Puebla, el gobierno mexicano y para los católicos y los mexicanos en general.

 

Pero el apoyo fluyó, hubo confianza y al término de la jornada, con 250 mil pesos en caja, decidió con su equipo de trabajo invertirlos en la apertura de Caritas, para la que hubo que localizar desde el inmueble, y se aprovecharon las instalaciones del que había sido el hospital del Sagrado Corazón de Jesús.

 

También la creación de la Casa de la Familia Juan Pablo II en el que fuera el edificio del Seminario Palafoxiano en la 9 Oriente.

 

Don Rosendo, hoy inmerso en el recuento de sus 30 años de arzobispo, recordó que a su arribo las cosas no fueron fáciles cuando la sociedad poblana estaba polarizada ideológicamente.

 

“Prevalecía la división entre los poblanos con enfrentamientos surgidos desde los tiempos de su antecesor don Octaviano Márquez y Toriz, a quien los movimientos de izquierda responsabilizaban del asesinato del universitario Joel Arriaga”.

 

Pero esa división fue posible irla superando a través del insistente diálogo que pudo establecer con la mediación del entonces subprocurador de Justicia, licenciado Barquet, que convocaba a las partes en pugna a su casa en la colonia América.

 

Ahí sentaba a la mesa a los líderes de los movimientos FUA, que ya habían fundado su universidad, la UPAEP, y a las cabezas del MURO, con el senador Horacio Labastida Muñoz, que representaba a los grupos de izquierda. Al senador priista entonces se le acusaba de marxista, pero en la realidad era social-demócrata.

 

Al lado del presidente del parque España, Francisco Suárez Bonet y de Lina Arce, promotora de esta plática, por primera ocasión habló de uno de sus logros en el trabajo: el rescate de lo que resultaron 4 mil cajas de archivo que permanecían en los sótanos de la catedral infectados de polvo y roedores, pero con el financiamiento de la fundación Mary Street Jenkins ydel Archivo General de la Nación fueron rescatados por seminaristas en jornadas sabatinas.

 

Se trata de un rico archivo, el más amplio y mejor organizado de toda América Latina.

 

Esto lo detectó después de ser nombrado arzobispo, cuando decidió recorrer los túneles de la catedral para conocer lo que guardaban.

 

Y, ¡oh sorpresa!, encontró pacas y pacas de papeles que contenían la historia de Puebla, de sus capítulos más significativos de los hechos, encuentros y desencuentros de los hombres de la Iglesia católica desde los siglos XVI y XVII.

 

Este finalmente fue almacenado en 4 mil cajas para las que se tuvo que acondicionar debidamente el inmueble donde operaba el asilo de los niños, en el costado de la catedral del lado de la 5 Oriente.

 

Se trata de un archivo que contiene cartas, actas con información de primera de varios capítulos que grabaron la historia, no sólo de la Iglesia, sino de la nación, y las diferencias de la misma Iglesia.

 

Para los especialistas hay mucho que averiguar.

 

Podría estar abierto.

 

Y para optimizar su servicio habría que conseguir recursos para ampliar la planta de luz de la catedral para introducir la electrificación al edificio.

 

Ante el interés del auditorio Don Rosendo, propuso otro encuentro con varios temas igualmente interesantes, como los trabajos para la beatificación y hoy santificación de Juan de Palafox y Mendoza, sobre el que la arquidiócesis envió a España a realizar los trabajos de paleografía a la especialista Marcelina Arce.

 

 

 

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