Tlatlauquitepec.- Aunque continúan los trabajos de demolición de las rocas que aún obstruyen la carretera Tlatlauqui-Mazatepec en el tramo “Banco Negro” tras el deslave registrado el pasado 13 de junio, se tendrá que hacer una inspección a este tramo carretero para verificar que no haya sufrido daños que pongan en peligro a la población una vez que se hayan fragmentado las rocas.

Afirmó lo anterior el Director de Protección Civil Municipal, Honorio Muñiz Sánchez al afirmar que los trabajos avanzan de manera paulatina ya que las rocas están siendo demolidas por maquinaria pesada ya que ni siquiera con detonaciones de dinamita pudieron hacerle algo para poderlas remover.

Y es que al ser de gran tonelada las rocas que cayeron se prevé que la vía de rodamiento haya sufrido alguna fractura o hundimiento lo que pudiera provocar un nuevo deslave pero ahora de la propia carretera.

"Es de reconocer el trabajo de la Comisión Federal de Electricidad para retirar las piedras, nosotros apoyamos, pero la labor más importante es de ellos", destacó Muñiz Sánchez.

Apuntó que si bien en el mismo espacio han ocurrido varios deslaves en distintas temporadas por las precipitaciones pluviales, ahora es evidente que el daño fue mayor por la gran cantidad de rocas que cayeron. "No se puede hacer nada ante tales situaciones más que actuar en caso de contingencia, ya que la zona está catalogada como de alto riesgo".

El paso sigue provisional, la gente se desplaza varios minutos caminando para tomar el transporte a unos 30 metros de la zona siniestrada y los que cuentan con vehículo tienen que salir por rutas alternas.