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Sábado, 07 Marzo 2015 15:44

Estos son los riesgos para extraer cuerpos de alpinistas momificados

A los cinco mil 300 metros sobre el nivel del mar, en la cara norte del volcán Pico de Orizaba, el aire es más pesado y la falta de oxígeno en el cuerpo hace estragos en el cuerpo


En lo más alto de la montaña, el color del cielo es otro. A los lejos se divisa una línea en la atmósfera, como si se dividiera lo mundano de lo espiritual. A partir de los cuatro mil metros sobre el nivel del mar, el azul es más azul.

A los cinco mil 300 metros sobre el nivel del mar, en la cara norte del volcán Pico de Orizaba, donde se ubican los restos de dos alpinistas momificados, el aire es más pesado y la falta de oxígeno en el cuerpo hace sus estragos.

El oxígeno baja de 95 a 40 por ciento y si el cuerpo no está preparado vienen los síntomas: cansancio, fatiga, mareos, dolor de cabeza y de ojos..., por decir lo menos. También puede llegar hasta un derrame cerebral o infarto.

"Es una situación muy adversa, muy delicada. Hay bastantes factores que implican la falta de oxígeno en el cerebro", explica el Director Operativo de Protección Civil del Municipio de Chalchicomula, quien formó parte de la expedición para ubicar las coordenadas exactas de los cuerpos de los alpinistas.

El ascenso a la cara norte de la montaña más alta de México es riesgosa y más si se está a merced de las condiciones meteorológicas. "La inclinación es bastante significativa y estamos hablando de un glaciar", agrega el socorrista alpino.

Contrario a la cara sur del volcán, en el norte -donde fueron localizados los restos de los alpinistas- hay cantidades abundantes de nieve, así como "hielo negro", es decir que está totalmente congelado, cristalizado, duro, casi como concreto.

"Si no se tienen los conocimientos en lo que es el alpinismo se vuelve un factor extremadamente peligroso, pero el peligro es cuando hay excesos de confianza", advierte el hombre que ha participado en rescates de alpinistas lesionados y fallecidos.

En la cara norte, la inclinación puede llegar desde el 50 hasta el 70 por ciento, pero ésta no es pareja. El ascenso es difícil, más cuando las rutas pueden ser cubiertas por la nieve o por una tormenta y entonces, si no se conocen bien, el regreso puede ser mortal.

"La cara norte es muy complicada, pero muy bonita", resume.

La diferencia con la cara sur es que hay nieve y glaciares. La sur es ruta de arenales, donde los alpinistas se encuentran con piedras. "En la cara norte hay terreno y una parte de glaciar y donde hay glaciar la ruta se puede perder con alguna nevada o si no es tan transitada no puede encontrarse tan fácilmente", relata.

Del primer albergue asentado a 4 mil 300 metros sobre el nivel del mar a los 5 mil 300 donde se ubican los restos, es necesario caminar, a buen paso, seis horas.

La montaña en sí es un factor de riesgo, porque es impredecible; pero el factor humano influye y mucho. Cada alpinista lleva encima tres capas de ropa. Una de tipo polar o térmica que es la que va pegada al cuerpo.

"Esa debe ir ajustada para mantener la temperatura corporal", explica. Luego viene una capa de algodón o polar que producirá más calor y la última ropa es tipo rompe vientos que va a impedir que el aire entre al cuerpo.

Aunque la tecnología ha creado ropa más especializada para tormenta, con una sola capa, para el rescatista es contraproducente, pues cuando caminan por horas el cuerpo va generando calor y se puede acalorar de más.

El equipo de montaña también influye. Como obligación deben llevar botas, crampones (especie de picos en el zapato para adherirse al hielo); un piolet o piqueta (herramienta en forma de pico), arnés, cuerda, goggles para cuidar la vista y un casco especial de poco peso.

"También se necesita una maleta de ataque", aclara. Diseñada para alpinistas, pues contiene unos rieles que se ajustan a la espalda y áreas de ventilación. En ella deberá caber agua o bebida hidratante, semillas, fruta seca, manta de plata, material de curación y equipo que no se ocupe en ciertos momentos.

Al inicio de cada escalada, la sola maleta llega a pesar hasta 20 kilos, pero en el primer albergue se deja la mayor parte de alimentación y se viaja lo más ligero posible. "Solo se asciende con agua o bebida hidratante, fruta seca, semillas, cacahuates, pero en la montaña uno va dejando peso en el camino", explica.

Francisco Rodríguez, junto con el experimentado Hilario Arenas, subió al glaciar hace menos de una semana para poder localizar el cuerpo de un alpinista momificado que fue ubicado de manera accidental por unos excursionistas. En lugar descubrieron un segundo cuerpo. Y hoy solo se está a la espera de un nuevo ascenso para bajar los cuerpos.

"La ruta la tenemos marcada y coordenadas, el problema ahora no es subir, sino que los cuerpos se saquen de una manera que no se destruya la forma original ni la evidencia para identificarlos. El problema no es que suban los agarren y los bajen, eso pudimos hacer el primer día, sino que se hagan trabajos arriba especializados, que se corte la superficie del terreno y que los traigan así".

Se preocupa, porque ahora los expertos de esa región quedaron fuera. La Coordinación Nacional de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación, determinó que el grupo de especialistas denominado "Brigada de Rescate del Socorro Alpino de México, A. C.", será el que encabece las labores de recuperación.

Fuente: El Universal