Con una carrera ilustre que alcanzó su pináculo en 2000 cuando quedó al frente de la Secretaría de Gobernación a la salida de Francisco Labastida Ochoa de la dependencia para convertirse en candidato presidencial del PRI, el oaxaqueño Diódoro Carrasco quedó marcado por la derrota del partidazo y la sospecha de su participación en el “impulso” a la transición democrática de Vicente Fox Quesada.
Tras la derrota del 2000, el ex gobernador oaxaqueño ya no volvió a entenderse con sus correligionarios priistas, pues Ulises Ruiz lo desplazó del cacicazgo en su entidad tras asumir la gubernatura de ese estado en 2004. Ya como militante de Acción Nacional, Carrasco Altamirano obtuvo su venganza cuando en 2010 fue intenso promotor de la alianza PAN-PRD que llevó al poder a su vástago político Gabino Cué.
Sin embargo, el ex gobernador fracasó en su intento de convertirse en senador, pues fue derrotado en las elecciones del 2012 y ni siquiera pudo ingresar a un escaño mediante la figura de primera minoría.
Tras tres años de bajo perfil, en marzo del 2015 se subió al barco morenovallista cuando aceptó convertirse en embajador político del gobernador poblano que lo designó oficialmente, ya que “Representa al gobierno poblano en el Distrito Federal”, aunque realmente se convirtió en un operador político que atrae a otras figuras regionales al proyecto del gobernador poblano.
Fracaso en la operación electoral del 2000
Responsable de facto de la maquinaria tricolor en su calidad de Secretario de Gobernación, Diódoro Carrasco Altamirano fue uno de los priistas señalados de traición al partidazo para beneficiar la transición democrática, cargo del que también fue acusado sotto voce Ernesto Zedillo.
Cuando el PRI perdió la Presidencia de la República frente al candidato del PAN, como secretario de Gobernación incurrió en “omisiones políticas” graves, pues aunque su papel como autoridad era el de ser imparcial, puesto que como jefe del gabinete zedillista tenía que volcar la maquinaria gubernamental en favor del abanderado oficial Francisco Labastida Ochoa, lo que no sucedió, por lo que fue tachado como un traidor por no pocos priistas.
Su carrera al interior del tricolor fue meteórica, de ser funcionario estatal en su natal Oaxaca llegó al Senado de la República de 1991 a 1992, año en que regresó a su estado para ser postulado y ganar la gubernatura. Al terminar su sexenio, en 1998, se incorporó al gobierno de la República como subsecretario de Gobernación. En el año 2000, a la salida de Francisco Labastida Ochoa de la dependencia, fue designado por Ernesto Zedillo titular de la Segob, por lo que encabezó el proceso de transición con la administración foxista.
Ante la debacle del PRI a nivel nacional, regresó a Oaxaca y en 2004 nuevamente fue acusado de traicionar al PRI, al apoyar a Gabino Cué Monteagudo en su primera intentona por gobernar dicha entidad. Tras el triunfo del priista Ulises Ruiz, Carrasco Altamirano enfrentó en un proceso de expulsión, junto con Elba Esther Gordillo, iniciado por la dirigencia estatal del PRI por haber apoyado al candidato opositor.
En 2005, después de ser un apestado al interior del PRI, el ex gobernador Oaxaqueño renunció a su militancia y se sumó al equipo de Felipe Calderón Hinojosa y como premio fue designado como candidato plurinominal del PAN a diputado federal en ese mismo 2006, sólo que no lo hizo como representante de Oaxaca, sino de Quintana Roo, que pertenece a la misma Tercera Circunscripción federal, a fin de evitar las protestas de los panistas oaxaqueños por su nominación.
2010: se juntan los caminos de Diódoro y Moreno Valle
En 2010, los caminos de Diódoro Carrasco y el hoy gobernador Rafael Moreno Valle se cruzaron, pues operaron en conjunto con las dirigencias del PAN, PRD y Convergencia para lograr alianzas opositoras al PRI en sus entidades. El primero para impulsar nuevamente a Gabino Cué, mientras que Moreno Valle hizo lo propio por su candidatura. En ambos casos llevaron como madrina de lujo a las negociaciones a la entonces poderosa lideresa del SNTE, Elba Esther Gordillo Morales y resultaron triunfadores.
Pero en 2012 su estrella se apagó y su postulación como candidato al Senado de la República por el PAN resultó todo un fracaso, pues ni si quiera le alcanzaron sus votos para alcanzar un escaño como “primera minoría” o “gran perdedor” en Oaxaca.
Tras la derrota, se refugió en su estado natal donde ocupó la presidencia del Consejo Consultivo de la Fundación para la Reserva de la Biósfera Tehuacán-Cuicatlán AC y se encargó de su empresa, AGP Consultoría, donde fungía como director general. Desde dicha compañía, aseguran algunas fuentes, volvió a tener contacto con Moreno Valle realizando diversos trabajos para su administración.
En marzo del 2015, el gobernador poblano lo designó como representante del gobierno de Puebla en la Ciudad de México, para servir como enlace con las dependencias federales y el Congreso de la Unión. A la par de su encargo, Carrasco se dedicó a tender puentes entre Moreno Valle con personajes con ascendencia política en diversos estados.
Ayer, Diódoro Carrasco se convirtió en el cuarto titular de la Secretaría General de Gobierno, cargo que ocuparon anteriormente Fernando Manzanilla y Luis Maldonado Venegas, además de Jorge Cruz, a quien sustituyó, quien fungió sólo como encargado de despacho de la dependencia.