Jueves, 25 de Abril del 2024
Lunes, 10 Agosto 2020 01:53

Siguen siendo los muertos de AMLO

Siguen siendo los muertos de AMLO Escrito Por :   Arturo Rueda

Comienza una nueva cuenta, con normalidad económica y la única previsión es que el ritmo de muertes continuará estable, por lo que a final de año tendremos los 100 mil muertes oficiales, aunque con el factor de corrección de 2.8 que señalan varios matemáticos, terminaremos probablemente el fatídico 2020 con 300 mil muertos reales por la pandemia… en su año 1.


 

El ritmo de la vida normal se va imponiendo a los 52 mil muertos de la pandemia. Si México es el país en el que, cuando pasa algo, en realidad no pasa nada, Andrés Manuel López Obrador camina campante al igual que Hugo López-Gatell, ahora que iniciamos el camino rumbo a los 100 mil muertos oficiales.

 

Recuerde que, desde mayo, en este espacio pronosticamos entre 100 y 120 mil muertos para el último día de diciembre. Quien me llamó exagerado o amarillista, ahora sabría que mis cálculos adelantados no estaban equivocados.

 

La normalización de los muertos de la pandemia se parece mucho a la normalización de los muertos por la inseguridad. Cada día, un conteo, de vez en cuando una cifra llamativa, y después, vuelta a la normalidad.

 

El nivel de la tragedia, sin embargo, ha sobrepasado cualquier estimación catastrófica, incluidas las mías, las de Gatell y las de cualquier matemático al inicio de la pandemia.

 

El 13 de marzo escribí, en el inicio de la cuarentena, que veía un Presidente chiquito para una crisis tan grande. Así ocurrió, pues AMLO se ha ido haciendo pequeño mientras la pandemia cobra cada día más fuerza.

 

El miércoles 18 de marzo le narré, aquí, los tres escenarios que le habrían presentado a AMLO sobre la evolución de la pandemia, la reunión en la que se decidió la reconversión de los hospitales, y le conté que el escenario más catastrófico era un millón de contagios y unos 25 mil muertos para los siguientes tres meses.

 

El escenario catastrófico se cumplió con un detalle: los sistemas hospitalarios no colapsaron. ¡Sorpresa!

 

Creo que López-Gatell realizó sus escenarios mirando hacia España e Italia, y lo que estaban sufriendo esos países europeos: colapsos hospitalarios por la cantidad de pacientes intubados, en condiciones críticas, que saturaron las unidades de terapia intensiva y agotaron la disponibilidad de respiradores artificiales.

 

Así que, el plan para domar la pandemia fue reconversión de hospitales y la adquisición de respiradores. En el papel, no parecía un mal plan, pero lo fue. Hubo dos fallos.

 

Uno, se descuidó al ejército blanco. Médicos, especialistas, enfermeras y personal de todo tipo del sector salud fueron los más golpeados. En Puebla, más de 4 mil han dado contagio positivo y vamos por los cien muertos.

 

Dos, los hospitales nunca se saturaron porque en México los enfermos de coronavirus se mueren muy rápido, en promedio 5 días. No duran más, mientras que en Italia y España los pacientes intubados llegaron a durar más de 30 y hasta 50 días en cuidados intensivos.

 

La rapidez con la que se mueren los mexicanos es la causa eficiente de que el sistema hospitalario nunca se haya saturado en su totalidad, pero también es la causa de que haya tantos muertos.

 

La rapidez con la que se mueren los mexicanos no es culpa de AMLO ni de Gatell, sino de los hábitos alimenticios y de salud de los propios mexicanos. Un país lleno de obesos, diabéticos, presión alta y tantas comorbilidades, nos hicieron un festín para el bicho.

 

Por eso, ahora se habla de un replanteamiento de la estrategia, porque el plan original falló. Hubo acumulación de tragedias. Un sistema de salud precario y un estado de salud precario de los mexicanos.

 

 

Comienza una nueva cuenta, con normalidad económica y la única previsión es que el ritmo de muertes continuará estable, por lo que a final de año tendremos los 100 mil muertes oficiales, aunque con el factor de corrección de 2.8 que señalan varios matemáticos, terminaremos probablemente el fatídico 2020 con 300 mil muertos reales por la pandemia… en su año 1.

 

En el origen de todo, nunca deberá olvidarse el discurso errático de AMLO ante la pandemia —salgan, ya domamos a la epidemia— y su renuncia absurda a usar el cubrebocas —lo usaré cuando se acabé la corrupción— y su festejo insensato —nos cayó como anillo al dedo.

 

En el plano técnico de Gatell, la decisión de no cerrar fronteras aéreas, el fallido modelo Centinela, del que ya no se acuerda y, sobre todo, renunciar a la receta de la OMS: pruebas, pruebas, y más pruebas.

 

 

El 30 de marzo, escribí que serían los muertos de López Obrador. Ahora les rinde homenaje patriótico y un silencio en Palacio Nacional. No importa. 20 mil, 30 mil, 52 mil, 120 mil.

 

 

Serán suyos.

 

Atacar la pandemia era su responsabilidad histórica.

 

 

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