Este 1º de mayo de 2021, con esta pandemia tan prolongada, se conmemora el día del trabajo, pero sin trabajo. Desafortunadamente, en los tiempos que estamos viviendo, lo primero con que estamos enfrentándonos es con que no hay empleo. Algo así refiere el escritor uruguayo Eduardo Galeano con “El mundo al revés”, respecto de lo que sucede con los mártires de Chicago, suceso que no se conmemoran en Chicago.

Todas las reformas que se han presentado en esta administración pública van encaminadas, exactamente, a lo contrario de fomentar el empleo, esto es, a des-estimular el trabajo, como si no hubiera necesidad de fomentarlo después de lo que sucedió en el año de 2020, cuando, a decir de las estadísticas del Inegi , más de un millón de empresas, de las cuatro millones y medio que había en México, han cerrado antes de la pandemia. Este dato era suficiente para que se tomara más en serio la necesidad de fomentar el empleo, pero no sucedió así; por el contrario, lo que se observa es que las referidas reformas legales y las políticas públicas están encaminadas a provocar desempleo. Lo más que preocupante es que se están aplicando leyes y políticas que van en contra del ideario del partido político en el poder, pues, si éste se trata de un partido de izquierda, lo que no requiere es fomentar el capitalismo financiero y sí darle mayor prioridad a un sistema que provoque más  empleos; pero esto no es así, se está haciendo lo contrario.

Si a los empresarios se los está sosteniendo con leyes como la actual reforma a las outsourcing o, bien, con políticas públicas con las que, como se ve siempre en los medios, las autoridades del Servicio de Administración Tributaria, de la Unidad de Inteligencia Financiera de la SHCP, de la Procuraduría Fiscal de la Federación permanentemente amenazan a los contribuyentes, entonces, todo esto se ha vuelto una invitación para que se incremente el capitalismo financiero, es decir, el especulativo, el que no busca trabajadores ni fomenta el empleo, sino el que busca simplemente la ganancia por la ganancia. Entonces, el empresario que tiene recursos económicos, pero observa los riesgos para invertir y crear empleos, todas las consecuencias que esto representa, voltea hacia otro lado y le da prioridad a la inversión que corresponde a compara y vender acciones, acudir a las bolsa de valores e, incluso, invierte en otros países. Por ello, la propuesta del Partido ya en el poder no tiene nada que ver con una propuesta de izquierda, porque, de serlo, no estaría, de ninguna forma, estimulando el capitalismo financiero, que es como sucede actualmente.

Además, ¿cómo vamos a contar con trabajadores que celebren el 1° de mayo? En lugar de que se dé prioridad a leyes y políticas públicas que den certidumbre a las inversiones, particularmente, de los medianos y pequeños empresarios, se opta por otros caminos, como ya lo ha sentenciado el profesor polaco Zygmunt Bauman: “Los programas para pobres son programas pobres”. Tarde o temprano, se descubren “estafas, engaños y abusos”; los pobres son irresponsables y sólo tienen hijos para gozar de las prestaciones públicas (Bauman, Zygmunt, Trabajo, consumismo y nuevos pobres, Barcelona, Gedisa, 2008). Es decir, con estas políticas públicas, es más seguro caer en la ruina general de la economía del país que a fomentar los empleos que se requieren; por ello, este año nos toparemos con la celebración del primero de mayo, pero sin trabajadores, y no por la pandemia, exclusivamente, sino porque cada día son menos los que cuentan con un empleo. (Web: parmenasradio.org).