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Martes, 27 Abril 2021 01:17

Que coman pasteles

Que coman pasteles Escrito Por :   Francisco Baeza Vega

S’ils n’ont pas de pain, qu’ils mangent de la brioche”. “Si no tienen pan, que coman pasteles”. Seguramente, María Antonieta, la antipática esposa de Luis XVI, nunca haya dicho tal barbaridad –probablemente, la haya dicho María Teresa, la no más simpática consorte de Luis XIV– pero sus hambrientos súbditos le adjudicaban el insulto y estaban furiosos. En la Francia turbulenta de mediados del s. XVIII ese polvorín sobre el cual la reina posaba ingenuamente sus muy nobles asentaderas, el hambre detonaría la Revolución: colgados de las verjas de Versalles, los franceses exigían pan; luego, exigirían la cabeza de su exquisita reina. (Y la conseguirían, en su jugo).


 

El pan combina con todo: con rosas (Todd), con vino robado (Rousseau) o efervescente (Abellán); la falta de pan va bien con las revoluciones –los hombres podemos aceptar las peores humillaciones pero no podemos aceptar pasar hambre, se sabe–.

 

La falta de pan fue la causa fundamental de la Guerra civil siria, la cual estos días cumple 10 sangrientos años de vigencia. Sin despreciar otros factores de estrés, podemos afirmar que el conflicto más importante del s. XXI es la primera gran crisis en la cual el calentamiento global, el aumento de la temperatura del planeta debido, primordialmente, a factores antropogénicos, a la deforestación y a la emisión de gases de efecto invernadero y aerosoles, ha jugado un papel determinante:

 

En el Levante, la región que se extiende desde el Mediterráneo oriental hasta el golfo Pérsico, engullendo a Siria, este fenómeno ha contribuido a debilitar las corrientes de aire que llevan nubes cargadas de lluvia a tierra firme, desde el mar. Menores precipitaciones implican menos agua y menos agua, magras cosechas, escasez de alimentos. La sequía de 2006-2010, la más severa que se recuerde, destruyó la agricultura del norte de Siria sumiéndolo en una penosa crisis humanitaria; a la desesperada, millones de personas debieron migrar de los campos moribundos a las ciudades atestadas.

 

En Damasco, Alepo o Homs su hambre se cruzó con la protesta social que se extendía desde Túnez, donde acababa de inmolarse Mohammed Bouazizi, un joven tunecino en paro, como la mitad de los jóvenes árabes, y con cientos de miles de refugiados llegados desde Iraq. Los sirios estaban furiosos pero no contra las empresas mineras supercontaminantes ni contra el disminuido Enlil sino contra Bashar al-Assad, quien seguía zampándose los mejores crepes mientras ellos, a ajo(derse) y agua(ntarse). (Seguramente, Asma, la muy presentable esposa de Bashar, tuviera más zapatos que María Antonieta pero no tantos como el cuñado de esta, el impresentable conde de Artois. Daba igual: en tiempos de crisis, el reclamo social se dirige inequívocamente hacia la clase gobernante; especialmente, si ésta destaca por su opulencia).

 

Si los motivos de la revuelta siria hubieran sido estrictamente políticos, al-Assad hubiera podido administrarlos como hicieron algunos de sus vecinos. El raïs lo intentó, de veras; hizo concesiones: depuso gobernadores corruptos, liberó presos políticos, otorgó la ciudadanía a los kurdos; finalmente, aceptó levantar el estado de excepción vigente desde 1963. Los esfuerzos fueron en vano: no hay negociación posible si la contraparte tiene el estómago vacío. Los sirios exigían pan; luego, exigirían la cabeza de su presidente. (Y casi la conseguirían).

 

La Guerra civil siria es el doloroso botón de muestra de que el calentamiento global puede debilitar a los Estados mermando su capacidad de satisfacer eficientemente las demandas sociales, demandas tan básicas como proveer a sus ciudadanos tres comidas diarias. No podemos minimizar la amenaza: este es el principal factor de inestabilidad global. Lo ocurrido en Siria se repite en el mar de China, en el Cuerno de África, en el Ártico; en todos lados. (¡Uf, qué calor!).

 

(Mis sobrinos crecerán en un mundo sin ositos polares, me temo; aunque, claro, ese no es el mayor de mis temores).

 

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