El 2 de octubre es una fecha que no puede ser ignorada. Este día está impregnado de recuerdos dolorosos y un legado de valentía que ha definido la forma en que la juventud mexicana participa y se manifiesta en la sociedad. Es hora de considerar la posibilidad de que el 2 de octubre se convierta en un día que conmemora la tragedia del 68 y también nos recuerda la importancia de la participación activa de los jóvenes en la construcción de un futuro mejor.

El 2 de octubre de 1968, la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, Ciudad de México, se convirtió en el escenario de una tragedia que aún resuena en el corazón de la nación. Miles de estudiantes se habían congregado pacíficamente para protestar contra el gobierno autoritario de Gustavo Díaz Ordaz y exigir libertades democráticas; sin embargo, lo que ocurrió esa noche fue una masacre brutal que dejó un número desconocido de muertos y heridos. La versión oficial del gobierno minimizó la magnitud de la violencia, pero los testimonios y las investigaciones posteriores dejaron claro que se trató de un acto de represión desmedida.

La tragedia del 68 marcó un punto de inflexión en la historia de México y la lucha de la juventud. Se convirtió en un símbolo de resistencia y valentía, un recordatorio de que la voz de los jóvenes no podía ser silenciada por la fuerza bruta. A pesar del miedo y la represión, los estudiantes continuaron luchando por la democracia y los derechos humanos en México.

El legado de la lucha del 2 de octubre trasciende las décadas. Inspiró a generaciones posteriores de jóvenes mexicanos a levantar la voz y defender sus derechos. Movimientos estudiantiles, activistas y organizaciones de derechos humanos se han inspirado en la valentía de aquellos que enfrentaron la represión en Tlatelolco. El lema "¡No olvidamos!" ha sido un grito de unidad y resistencia en las calles de México.

Este legado también ha recordado a la sociedad mexicana la importancia de la participación cívica y la vigilancia constante del gobierno. La lucha del 2 de octubre nos enseña que la democracia no es un regalo que se da por sentado, sino un ideal que debe ser defendido y nutrido constantemente.

A pesar del legado de lucha y resistencia, en la actualidad enfrentamos un desafío significativo: la falta de voluntad de la juventud para participar activamente en los asuntos políticos y gubernamentales. Si bien es cierto que los jóvenes han estado en la vanguardia de numerosos movimientos sociales en México, como el movimiento #YoSoy132 en 2012 o las protestas feministas recientes, aún existe una brecha importante en la participación electoral y la toma de decisiones políticas.

Esta apatía política entre los jóvenes puede atribuirse a varias razones. En primer lugar, la desconfianza hacia las instituciones políticas y los partidos tradicionales ha llevado a una sensación de que la participación electoral no genera cambios significativos. Además, la corrupción y la impunidad en México han erosionado la confianza en el sistema político. Los jóvenes, a menudo, se sienten alienados y desencantados.

Sin embargo, la falta de participación política juvenil es un problema que debe abordarse. Los jóvenes representan una parte significativa de la población mexicana, y su voz es crucial para moldear el futuro del país. La democracia solo puede prosperar si todas las voces son escuchadas y representadas en el gobierno.

Una propuesta fugaz

Una forma de abordar esta falta de participación política y alentar a los jóvenes a tomar un papel activo en la sociedad es considerar la posibilidad de que el 2 de octubre se convierta en el "Día Nacional de la Lucha Juvenil" en México. Este día se dedicaría a recordar y honrar el legado de valentía de aquellos que protestaron en Tlatelolco en 1968 y a promover la participación cívica de los jóvenes en la vida política de la nación.

Establecer el 2 de octubre como el Día Nacional de la Lucha Juvenil enviaría un poderoso mensaje: México reconoce y valora el papel de los jóvenes en la construcción de una sociedad más justa y democrática. Sería un día para reflexionar sobre la historia de la lucha juvenil en el país y para inspirar a las generaciones futuras a tomar las riendas de su propio destino.

Al establecer el 2 de octubre como el "Día Nacional de la Lucha Juvenil", México estaría dando un paso importante hacia el reconocimiento y la promoción de la voz y el papel de los jóvenes en la sociedad. Sería un día para recordar el pasado y reflexionar sobre el futuro. Un futuro en el que la juventud mexicana esté empoderada y comprometida en la construcción de un país más justo, democrático y próspero.

Este día no solo sería un tributo a los valientes manifestantes de Tlatelolco en 1968, sino también un recordatorio de que la lucha por la justicia y los derechos humanos es una responsabilidad compartida por todas las generaciones. Los jóvenes de México tienen un papel vital en la creación de un futuro mejor, y el 2 de octubre puede ser el día en que se celebre y se inspire a la próxima generación de líderes y defensores de los derechos.