Ante la continua batalla contra el dolor y las enfermedades que lo aquejaban, un hombre de la tercera edad en Atlixco tomó la decisión más sombría.
Agustín, de 68 años, vencido por el sufrimiento y la desesperanza, optó por poner fin a su vida en la intimidad de su hogar.
Este acto de desesperación se produjo durante la ausencia de su esposa, quien había salido para realizar compras y dejó a Agustín solo en su residencia situada en la calle Pino Suárez, de la colonia Revolución.
La tragedia se reveló al regreso de ésta, quien encontró a su compañero de vida sin signos vitales, colgado en su domicilio.
A pesar de los esfuerzos desesperados por revivirlo, llamando a servicios de emergencia en busca de auxilio, solo se pudo confirmar lo irreversible de su acción.
Este suceso no solo dejó un vacío irreparable en el corazón de su familia, sino que también inició un debate sobre la necesidad de un apoyo más robusto para los que sufren de enfermedades crónicas y el manejo del dolor en la tercera edad.
La comunidad, ahora en luto, reflexiona sobre las medidas de prevención y el soporte emocional necesario para evitar que el dolor y la desesperanza nublen la búsqueda de alternativas ante las enfermedades; además, subraya la importancia de la solidaridad, el acompañamiento y la accesibilidad a cuidados paliativos y apoyo psicológico para quienes enfrentan situaciones similares a la de Agustín.
Hace apenas unos días, otro hombre sumido en la depresión y bajo los influjos del alcohol también se privó de la vida en Tochimilco. Sin duda este fenómeno social se ha recrudecido en los últimos años y afecta principalmente a los hombres.
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