Sin tiempo de más, una multitud de reporteros lo cercó, atrapándome a 20 centímetros de él. No era nuestra intención entrevistarlo en absoluto, pero una vez atrapados e iniciada la metralla de preguntas, no me quedó más remedio que colocar mi micrófono para fingir demencia.
Pero lo que dijo me parece tan importante y revelador que lo compartimos contigo aunque él nos caiga gordo.
Esto no es de simpatías.
Encaró el grave problema del huachicol, del robo de combustible.
No solo lo desmenuzó. Prometió una respuesta.